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Hijo y nieto de libreros, Fernando García-Barredo estaba predestinado a estar al frente de la Librería Estvdio de Santander como responsable de Comunicación y Actividades Culturales. Sin embargo, no se lo puso fácil al destino. Estudió Económicas y después hizo el servicio militar. El ... azar quiso que al volver a Santander estuvieran a punto de finalizar el Centro Comercial Valle Real, donde creó su primera empresa. Todo había surgido setenta años antes. Dionisio García-Barredo, su abuelo, fue uno de los personajes claves del magisterio cántabro en la primera mitad del siglo XX. Con una gran vocación didáctica, fundó la Librería Estvdio, para contribuir al fomento de la lectura y la cultura.
-La Librería Estudio nació hace 70 años. ¿Cómo fue el cambio de Estudio a Estvdio?
-El logo y el nombre de la librería desde el primer momento fue concebido tal y como se mantiene hoy en día, con la V. El diseño fue obra del arquitecto Ramiro Sainz Martínez, quien fue el que diseñó los Jardines de Piquío de Santander.
-Son años en los que han superado dificultades. Cuéntenos alguna anécdota.
-Dificultades han existido como en cualquier otra empresa o negocio surgido en la posguerra y que haya visto desfilar tres generaciones al frente de la misma. Los momentos más duros han sido las crisis económicas, sobre todo la última, la más intensa, y de la que empezamos a ver el final del túnel.
-¿Cuál ha sido el mejor momento de Estvdio?
-Los mejores momentos han sido muchos, porque muchos clientes se han convertido en amigos y las relaciones humanas son las mejores experiencias que nos brinda la vida. Otros activos muy importantes han sido todas y cada una de las personas que trabajan y han trabajado con nosotros; sin ellos esta aventura no habría sido posible.
-¿Y el peor?
-Todo lo relacionado con enfermedades y fallecimientos de miembros de la empresa o familiares.
-¿Cómo deberían ser las librerías del siglo XXI?
-La librería del siglo XXI debe ser un espacio cultural, de entretenimiento... Un ente vivo, en el que ocurran cosas y el lector disfrute de su estancia. Un lugar de encuentro que conjugue el momento de la compra con una experiencia de ocio.
-Los comercios abren y cierran, pero Estvdio sigue año tras año, ¿cuál es el secreto de su éxito?
-Las librerías son unos negocios muy vocacionales. Es un oficio que se aprende cada día y que no se llega a dominar nunca. Tal vez en nuestra familia se ha dado la concatenación de tres generaciones que se han sentido atrapadas por este veneno de los libros.
-¿Cuándo descubrió que quería ser librero?
-Esa es una pregunta de difícil respuesta. Siendo nieto de un librero y de un impresor tenía muchas papeletas para que mi carrera profesional se desarrollara entre el papel y la tinta. Sin embargo, yo me decanté por estudiar Ciencias Económicas. Tras acabar la carrera marché a hacer el servicio militar y al terminar, la casualidad quiso que estuviera finalizándose la construcción del Centro Comercial Valle Real en Camargo y existía la posibilidad de implantar una nueva librería en ese espacio. Me lo tomé como un reto temporal... y hasta hoy. Pude combinar la pasión que siempre sentí por los libros con mi formación académica y no tenía que renunciar a abandonar Santander, una ciudad que me fascina y donde vivo feliz.
-¿Qué es lo que más le atrae de su profesión?
-La profesión de librero tiene mucho de romántico y está bastante idealizada. El día a día difiere mucho de la imagen que se pueda tener. Es un trabajo que engloba la atención al público, la gestión de un negocio (proveedores, administración, financiero...) y una responsabilidad añadida de agente y dinamizador cultural de tu ciudad. Es evidente que cuanto más grande es la empresa, es más necesario repartir responsabilidades. Afortunadamente, además de mi hermano Ignacio, y tres primos que están al frente del negocio (Teresa, José María y Juan), contamos con un equipo de 60 personas que hacen este oficio más llevadero.
-¿Cuál es su libro y su autor favorito? Díganos el por qué.
-Esto es como los hijos; es imposible decir a quién quieres más. Aunque me marcó muchísimo una lectura del colegio, 'La isla de los delfines azules', de Scott O'Dell. Con el tiempo se descatalogó y hace poco he vuelto a releerla porque la rescató del olvido el grupo Planeta. Es evidente que la impresión no ha sido la misma que la primera vez, pero sigue siendo una novela que no me canso de recomendar, ya que contiene todos los ingredientes necesarios para atrapar a cualquier chaval en su lectura: intriga, naturaleza, supervivencia... Y si tengo que elegir otra más reciente, me quedo con 'Intemperie', de Jesús Carrasco, editada bajo el sello de Seix Barral. Una obra de extensión corta donde prima el mimo del lenguaje sobre la propia historia. Una delicia.
-¿Qué proyectos tiene ahora entre manos?
-Actualmente estamos celebrando el 70 aniversario de la librería con multitud de eventos culturales. Tenemos una agenda cargada de encuentros con autores, actividades para niños y unos recitales de música y poesía con los que sorprenderemos a todo el público que quiera acercarse hasta nuestra librería para disfrutar de los mismos.
-Cumplen setenta años y lo celebran con escritores, ¿cuál es el espíritu de esta celebración?
-70 años de historia no pueden resumirse en unas páginas ni queremos ceñir la celebración a unas jornadas. 70 años de historia son muchas vivencias, muchos recuerdos, muchas personas, muchos desvelos, muchos autores, muchos libros, muchos clientes... y es precisamente a ellos, a los clientes, a quienes debemos agradecer haber llegado hasta aquí.
-Explique a los lectores porqué hay que regalar libros.
-Regalar libros y autoregalarse libros. Regalar libros a quien disfruta con la lectura siempre es un acierto y regalar libros a aquellos que aun no han descubierto el placer de leer también es una buena apuesta. Además, en el mundo de hoy, en el que estamos bombardeados por la cultura de la imagen y de la inmediatez, la lectura de un libro conlleva un ejercicio de paciencia y de esfuerzo, una labor de análisis crítico, una formación de ideas e imágenes propias y nos ayuda a labrarnos nuestra propia perspectiva ante la vida y ante la realidad que nos quieren ofrecer como verdadera. En la lectura reside una de las mayores libertades del ser humano.
-¿Qué opina del ebook?
-La venta de soportes de lectura digital se ha estancado. Es un soporte que aporta determinadas ventajas y que permite disfrutar de la lectura a unos precios más reducidos que el soporte papel, pero aun estamos lejos de que los precios se ajusten a su horquilla definitiva, ya que la piratería en España y la cultura del 'todo gratis' nos impide consolidar una industria cultural y ofrecer contenidos digitales a sus precios reales.
Dionisio García-Barredo es uno de los personajes claves del Magisterio cántabro en la primera mitad del siglo XX. Con una gran vocación didáctica, editó un método de aprendizaje de la lectura titulado ‘Claridad’, y un libro de lectura, ‘Placer’. Sus deseos de divulgar la cultura le impulsaron a poner en marcha en 1942 las bases de lo que sería la Librería Estudio, en un pequeño comercio de libros y papelería dentro de la droguería de su suegro, Valeriano Alonso, en la Alameda Primera de Santander.
Defensor de la lectura y los libros, entendía que «la lectura asidua y reflexiva forma un buen maestro y sólo los libros pueden evitar el adocenamiento y la rutina e ilustrar en el conocimiento». Falleció en 1965 y dejó la librería en manos de sus dos hijos, Valeriano, José María y María Lourdes García-Barredo. La familia, que hoy sigue al frente, contribuyó a la dinamización y difusión cultural al frente de esta librería-editorial, hoy en día referente histórico de la actividad desarrollada en torno al libro en Cantabria.
-Usted prefiere el libro en papel.
-Es cierto que prefiero el papel y también es cierto que nunca he leído en digital.
-¿Cree que la cultura tiene el valor que merece?
-En España la cultura está dejada de la mano... diría que de la de Dios, pero realmente está dejada en gran parte en manos de la voluntad y de la iniciativa privada.
-¿Qué necesidades tienen las librerías?
-Necesitamos ese reconocimiento oficial; no por parte del público y de los lectores, sino por parte de las instituciones. Que se ponga freno a toda la piratería.
-Cerremos pensando en el futuro. ¿Le gustaría que la saga familiar siguiera en las librerías?
-En lo que respecta a mis hijos me gustaría que pudieran optar por lo que más les gustara, aquello que les apasione. Los mayores de la cuarta generación ya están inmersos en el mercado laboral y, por el momento, ninguno e ellos ha escogido esta profesión.
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