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iñaki juez
Jueves, 13 de noviembre 2014, 16:11
Siempre que se habla de Podemos pensamos en sus propuestas para crear empleo o luchar contra la corrupción. Pero la formación liderada por Pablo Iglesias está elaborando un completo programa de gobierno que afectará a todos los ámbitos de la vida pública. Y el deporte no es una excepción. Por ello, el periodista Fonsi Loaiza y la profesora de Derecho Deportivo Nerea Huete, responsables de este área o círculo como lo llaman ellos, están estos días desgranando sus planes para regenerar el deporte base y el profesional en manos de unas federaciones y unos clubes a los que nadie parece controlar y que mueven millones de euros cada temporada. Un cambio en la forma de entender el deporte en general, y el fútbol en particular, a través de un decálogo que puede provocar una auténtica revolución en los estamentos deportivos al uso si Podemos llega algún día a gobernar, algo que cada vez parece más factible tras la última encuesta del CIS en la que se sitúa como el primer partido en intención de voto.
1. Nivel mínimo de estudios para los futbolistas de élite
El practicar un deporte, en este caso el fútbol, no será una excusa para no saber hacer la O con un canuto. Prácticamente es lo que viene a decir uno de los puntos de Podemos para que todos los jugadores de Primera y Segunda cuenten, al menos, con la Educación Secundaria Obligatoria (ESO). De esta forma, y pensando sobre todo en el deporte base, los chavales que despunten en el mundo del balompié deberán seguir con sus estudios aunque los grandes clubes de España se los rifen desde corta edad.
2. Los jugadores decidirán si van o no a la selección
Muchos aficionados desconocen que los jugadores españoles no pueden rechazar una convocatoria con su selección. En teoría, claro. Normalmente, el seleccionador nacional elude llamar públicamente a futbolistas que no deseen formar parte de 'La Roja'. Fue el caso del exdefensa del Barça Oleguer Presas, quien mostró a Luis Aragonés, el míster en aquella época, su deseo de no jugar con el combinado nacional cuando estaba en activo. Dicho y hecho. 'El Sabio de Hortaleza' nunca le llamó. Lo que ahora quiere Podemos es dejar claro por ley que los futbolistas no tendrán problemas jurídicos por rechazar la llamada de la selección. Estarán en su pleno derecho de hacerlo. Otra cosa es lo que opinen los aficionados de 'La Roja' de su decisión. Es lo que sucedió con Piqué, cuyo apoyo al referéndum independentista de Cataluña provocó que fuera abucheado por varios hinchas cuando entrenaba junto a sus compañeros de selección en Las Rozas.
3. Limitar el salario máximo de los futbolistas
Con lo que gana una estrella del balompié al año como Messi, da para invitar durante toda la Liga a 20.000 aficionados a presenciar los partidos del Athletic en San Mamés desde la mejor localidad. Una barbaridad. Por ello, Podemos pretende instaurar un tope salarial para los futbolistas de élite similar al que podemos encontrarnos en EE UU con los jugadores de la NBA. Así, se evitaría que los clubes se endeuden una y otra vez para poder pagar a sus figuras y que no se vayan a otros equipos donde les puedan tentar con más dinero. Lo malo es que con esta medida, los astros del balón ya no recalarían en la liga española, cambiando de aires por otras extranjeras sin límites de gasto en cuestión de sueldos.
4. Dirigentes deportivos con fecha de caducidad
Las poltronas del poder suelen ser demasiado apetecibles para abandonarlas a las primeras de cambio. Y en el fútbol tenemos muchos ejemplos de esto. Desde Joseph Blatter, presidente de la FIFA desde 1998, hasta el propio Ángel María Villar, al mando de la Federación Española de Fútbol desde hace 20 años. Casi nada. Por ello, la propuesta de Podemos es que "la casta deportiva" no se eternice en sus cargos y la única forma de hacerlo es limitar sus mandatos a 8 años como máximo, algo que han hecho algunos clubes de fútbol como el Barcelona. De esta forma, se evitarían tratos de favores y corruptelas varias tras tantos años en lo más alto.
5. Reparto equitativo de los derechos de televisión
Siempre es lo mismo. Barcelona y Real Madrid se llevan las mayores raciones de esa tarta de millones de euros que se reparten, es un decir, los clubes de fútbol. Ese desigual trato siempre favorece a los grandes de la Liga, lo que provoca que tengan más presupuesto para fichar a estrellas del balompié mientras los pequeños apenas pueden hacer frente a los pagos ordinarios que casi siempre en el mundo del fútbol son realmente extraordinarios. De esta forma, torneos como el liguero se desvirtuan por culpa de unos equipos con unas plantillas de lo más desiquilibradas, lo que casi siempre deja la puerta abierta para que los clubes con más dinero en sus arcas reediten sus hazañas deportivas prácticamente a perpetuidad. Por ello, Podemos quiere un reparto más equitativo de los derechos televisivos, como sucede en la Premier League inglesa, para mejorar el nivel de competiciones como la Liga o la Copa, así como para evitar los escalofriantes niveles de endeudamiento de los distintos clubes.
6. Abaratar las entradas
Ver un buen partido de fútbol cuesta un riñón. Por eso, Podemos apuesta porque existan precios módicos para que se vuelvan a ver los campos llenos, sobre todo en los estadios más modestos, tirando de subvenciones para los colectivos sociales más desfavorecidos económicamente como ancianos o parados. De esta forma, se trataría de hacer posible que las entradas no costaran tanto evitando los precios abusivos y, sobre todo, que los reventas campeen por sus anchas en los aledaños de los campos de fútbol con entradas sacadas de no se sabe donde. Y esta propuesta de Podemos es de todo menos utópica. Solo hay que fijarse en la Bundesliga alemana, empeñada en no subir las entradas hasta precios imposibles pese a que los germanos poseen un alto nivel adquisitivo comparado con los españoles. El resultado de estas particulares rebajas futbolísticas son campos a rebosar durante toda la temporada.
7. Incluir en las quinielas partidos de fútbol femenino
En Podemos se pretende que las mujeres tengan los mismos derechos que los hombres en todos los ámbitos. Por ello, no dudarán en incluir en las quinielas partidos de fútbol femenino y dedicar una parte de la recaudación total en financiarlo. Así, se evitaría que las mejores jugadoras españolas tengan que emigrar a otras ligas para estar bien consideradas tanto social como económicamente. Al mismo tiempo, esta medida provocará que los aficionados se tengan que empapar de los diferentes equipos femeninos y de sus jugadoras si quieren tener alguna oportunidad de atinar con sus resultados. Una forma muy original de promocionar a unas futbolistas que nunca aparecen en las portadas de los diarios deportivos pese a jugar al mismo deporte que los hombres.
8. Dotar a los árbitros de un régimen jurídico
Sin ellos no se podría disputar un partido de fútbol. Pese a ser esenciales para este deporte, los árbitros carecen de un régimen jurídico propio. De hecho, su figura no está contemplada en Ley10/90 del deporte. Una situación que solo se explica porque las normativas vigentes no les reconocen como deportistas, situándoles en una especie de limbo legal del que parecen condenados para toda la eternidad. Podemos quiere cambiar eso y pretende ampararles como parte esencial que son del mundo del balompié.
9. Lucha contra el dopaje y los amaños de partidos
Podemos quiere endurecer la ley del deporte para evitar que las sombras del dopaje y de amaños de partidos pueda ensombrecer las competiciones nacionales. En ese sentido, sus responsables critican que la mayoría de las veces las investigaciones por estas circunstancias quedan en nada ante el cúmulo de intereses, en su mayoría puramente monetarios y alejados del juego limpio, que deben superarse antes de que alguien sea acusado formalmente de este tipo de prácticas.
10. Acabar con los eternos reservas en el fútbol infantil
Muchas veces hemos asistido a la misma postal en los campos de juego infantiles. Chavales que se pasan todo el año entrenando para jugar unos pocos partidos cada temporada. Con Podemos esto se va a acabar, así que obligarán a los entrenadores de equipos formados por jugadores menores de 14 años a que disputen, al menos, el 25% de los minutos de juego en una temporada. De esta forma, todos se podrán sentir los Messis o los Ronaldos de su equipo aunque sea muy de vez en cuando. Menos es nada.
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