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Los bolos vivieron esta noche, en el cierre de la Semana Bolística en Treceño, su particular escenificación del presente y el futuro de este deporte. Una demostración de lo que hay y lo que está por venir. Pero por el momento, el futuro deberá esperar. Jesús Salmón, el capitán de Hermanos Borbolla Villa de Noja y cerca de los 43 años, consiguió en la portátil de un abarrotado polideportivo Valdáliga su sexto título de campeón de España de Primera Categoría. Y lo hizo ante el porvenir de esto de los bolos. Víctor González, jugador de Peñacastillo Anievas Mayba y de apenas 23. Todo en un día apasionante de bolos, en el que el camargués fue de menos a más, devastó el concurso en las semifinales con unos brutales 151 palos y que vio cómo el chaval, cuando se le quitaron los nervios en la final, le puso contra las cuerdas hasta el punto de exigir una mano excelsa al jugador que más competiciones ha ganado en la historia de este deporte.
Los cuartos de final comenzaron con el emparejamiento entre Víctor de la Torre y Rubén Haya. El capitán de Ribamontán se quedaba en 109 bolos para sumar unos a priori insuficientes 350 tras dos bolas quedas. Pero Haya tiró de orgullo de campeón. El capitán de Roper peleaba su corona y con 129 palos se ponía con unos interesantes 372. Un registro que a priori le daba alguna, aunque lejana, opción de entrar en semifinales. Pero poco le duraron sus esperanzas. En el siguiente partido, Salmón derribaba 136 palos, el tercer mejor registro de lo que iba de campeonato, para totalizar 391 y sacar billete para semifinales. Mientras, su compañero de partido, Ico Núñez, tiraba 124 para igular los 372 de Rubén Haya.
Alfonso Díaz y Rubén Rodríguez, en el siguiente emparejamiento, iban a dejar las opciones en manos de unos pocos. El de Casa Sampedro, muy regular en este Campeonato de España, sumaba 116 para totalizar 376 y convertirse en semifinalista. Por dos palos se quedaría fuera Rubén Rodríguez, uno de los primeros clasificados antes de los cuartos de final. Sus 110 dejaban con 374 bolos.
Faltaba el partido de cuartos entre el aún favorito, Óscar González, y un Víctor González que en la ronda de octavos, con 264 palos, se había acercado peligrosamente al registro del de Liérganes, esos 265. A priori, a nada que no fallasen –les bastaban 111 bolos– estarían entre los cuatro elegidos. Y el favorito dio alguna muestra de debilidad. Sus 130 palos, para totalizar 395, no indicaban precisamente eso. Pero el ‘Junco’ estuvo irregular. Soberbio en algunas bolas y muy escaso en otras, como los cuatro que subió desde el tiro en la última mano. Por su parte, el chaval de Peñacastillo Anievas Mayba lo bordó. Y tiró abajo la bolera con un emboque en la última mano para, con 144 bolos en esa ronda de cuartos, ponerse al frente del concurso hasta ese momento con 408 bolos.
El primer emparejamiento de las semifinales hizo que la abarrotada bolera portátil del polideportivo Valdáliga estallase en ovaciones varias veces en cada mano. El protagonista de tanto aplauso fue un jugador que demostraba ir de menos a más en el campeonato y que, cuando se pone a derribar bolos, casi nadie en el planeta bolístico puede igualar. Jesús Salmón comenzó a tirar madera a mansalva ante un Alfonso Díaz que se convirtió en espectador de lujo de la exhibición del camargués. 19 en la primera mano, 17 en la segunda, otros 19 en la tercera... El jugador de Hermanos Borbolla Villa de Noja no bajó en ninguna mano de 17 para sumar unos estratosféricos 151 palos en las ocho manos. Y sus 542 le ponían al frente del concurso. Alfonso Díaz, con unos más modestos 119, se quedaba con 485 palos a la espera de la segunda semifinal, aunque lo tenía realmente difícil ante los bolos que arrastraban Óscar y Víctor González. Así, al jugador de Peñacastillo le hacían falta 135 palos más para pasar a la final por delante de Salmón; a Óscar, 148. El camargués había dado un golpe de mano al Campeonato de España en las semifinales.
Los registros de ambos jugadores en su partido eran menores que los que había sumado Salmón. Pero Víctor González se mostraba mucho más atinado que el de Liérganes. El chaval de Astillero no sólo conservaba su ventaja de 13 bolos sobre el jugador de Hermanos Borbolla, sino que la ampliaba un poco al final de la tercera mano (49-52).
Pero el puesto de finalista –el otro parecía ya adjudicado a Salmón– aún debía pelearse. No en vano en el corro estaba el jugador más destacado a nivel individual en este 2017. Y Óscar empezó a remontar. Una buena quinta mano de 19, unida a una más pobre de Víctor González (13) le ponían a tiro del de Peñacastillo, que empezaba a flojear. Los nervios de verse ante los dos grandes del momento.
Con 106-98 para Óscar se entraba en las dos últimas manos. Y la renta se mantenía antes de la última, 122-115. Con eso, a Óscar no le valía para ser finalista. Con 21 –un birle de seis incluido– mandaba a Víctor González a 16 para citarse con Salmón en la final. Cinco de tiro, cuatro en la primera bola de birle, cinco en la segunda... Y los dos que le hacían falta en la segunda. Con 131 bolos, sumaba 539. Uno más que Óscar. El jugador de Peñacastillo Anievas Mayba desafiaba, hasta el momento, el orden establecido y se clasificaba para la final entre el jolgorio del público que le había acogido como su preferido.
La final comenzaba de forma desigual. Los nueve bolos de la primera mano demostraban que el chaval estaba atenazado. Y Salmón, camino de los 43 ‘tacos’ hace mucho que no se atenaza en finales. El camargués amarraba 16 para subir ya un +10 de diferencia. Y en la segunda ya eran 13 de diferencia, con un 24-34 en la final. A González no le quedaba otra que intentar un emboque, pero no lo encontraba y las más de las veces subía pocos bolos. Tras tres manos, Salmón ya tenía una diferencia de 17 bolos a su favor. Parecía que la final se había acabado
Pero Víctor González logró sacarse un tanto los nervios y se fue entonando. A la séptima mano se entraba con un 84-91 para Salmón (más sus tres de renta). Y a la última mano entró con seis de desventaja. En esa jugada derribaba unos excepcionales 22 palos para mandar a Salmón a 17 para ganar. En la tercera de tiro, el capitán de Hermanos Borbolla derribaba cinco palos. Y en la primera de birle, seis. Con la segunda, ya era campeón de España para sumar 125 al final del concurso, un empate que la valía por los tres de renta con los que empezó la final. Victor González demostró que, a sus 23 años, será campeón de España. Pero no ayer. El presente, que no es otro que Jesús Salmón, derrotó al futuro que está por venir para conseguir su sexto título de campeón de España.
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