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El fútbol, como el cine, la literatura, el humor y el amor, está repleto de extrañas parejas. Y de parejas míticas. De todo tipo de parejas. Por Santander pasaron unas cuantas: San Emeterio y San Celedonio, Sotileza y Cleto, las de la Guardia Civil - ... estas intrínsecas a toda España- José y Manolo Villa del Río y, por supuesto, Santiuste y Naveda, que son algo así como una versión vintage acuñada antes de que pasaran los nacionales de Jesús Merino y Pablo Alfaro.
El Racing estrenó la semana pasada otra: la que forman Granero y Regalón. Extraña porque, por mucho que el año pasado se empeñara Ángel Viadero, el hábitat natural del capitán es el centro del campo, aunque ya el año pasado se le tratara de introducir en otros climas y latitudes. Y extraña porque al final le toca compartir por segunda semana consecutiva el centro de la defensa con Paco Regalón, llegado en verano a Santander para ser el shérif de la zaga. Cierto que su compañero debía ser y ha sido Gonzalo de la Fuente, pero en una plantilla en la que el central se ha convertido en una especie en riesgo de extinción a Borja Granero le ha tocado adaptarse.
El asunto no tendría demasiado recorrido si no fuera porque con esta nueva pareja el Racing rompió una racha de tres derrotas consecutivas iniciada en Copa precisamente en el campo de Sarriena, allí en Leioa, donde se puso también fin a la crisis. Y porque hoy les toca repetir ante la baja de un Gonzalo que aún no se ha recuperado de las heridas de Gijón, donde además de la autoestima racinguista también entró en el parte de heridos en la batalla su pie derecho, sometido a diversas contusiones.
Ángel Viadero, Entrenador del Racing
La pareja Regalón-Granero se da así una segunda oportunidad tras una primera cita en la que las cosas no se dieron mal, por mucho que el valenciano evidenciara unas enormes ganas de quitarse el balón de encima y no meterse en problemas en una posición que, pese a que la teoría diga que se puede adaptar sin problemas, sigue sin ser la suya.
La dupla se pondrá de nuevo a prueba ante un equipo modesto. No le viene mal, por eso de foguearse y afrontar unas primera experiencias que no suelen ser las mejores, pero resultan imprescindibles para coger tablas.
Tafalla tiene una población de 10.660 almas. Al menos eso dice el Instituto Nacional de Estadística que dice su padrón. Y un equipo, la Peña Sport, que en estas cinco primeras jornadas de Liga no ha sumado ni un solo punto y acumula diez goles en contra. La conclusión es clara: en las oficinas de los Campos de Sport se activó ya el mismo lunes la alerta roja por riesgo de paparda. Aunque la balsámica victoria ante el Leioa sirvió la semana pasada para mitigar una crisis que amenazaba con convertirse en pertinaz, cualquier nuevo traspié de un equipo que no ha comenzado como debería, o al menos como le hubiera gustado, puede suponer un pequeño cataclismo.
Con televisión en directo a través de la plataforma de pago por visión del propio Racing pero sin unos videomarcadores que esta tarde tampoco estarán en funcionamiento, el Racing recibe a esa modesta Peña Sport condenada a un año complicado en Segunda División B, pero sin ningún exceso de confianza. Los antecedentes no invitan a ello y sí a la precaución. La aconsejable para que una herida que en forma de tres derrotas seguidas todavía tiene fresca la cicatriz y que conviene no rascar demasiado para que no vuelva a abrirse.
Dani Aquino, Delantero del Racing
En ese contexto reciben Ángel Viadero y sus futbolistas, sometidos tras el no ascenso del año pasado a un permanente examen, al que tal vez sea el equipo más modesto de la categoría. Lo que en absoluto significa que no sea capaz de dar la sorpresa en los Campos de Sport.
Para evitarlo Granero y Regalón no estarán solos. Defendiendo la portería estará el de siempre: Iván Crespo, una vez la prematura eliminación copera parece haber relegado a Raúl Domínguez, salvo lesión, debacle o implosión, al papel de portero suplente, como ya le ocurrió la temporada pasada. Por las bandas, la nueva pareja de centrales estará escoltada por David Córcoles y Julen Castañeda. Otro dúo cántabro será el que formen Quique Rivero y Sergio Ruiz, a quien la confirmación de la sanción a Antonio Tomás y el traslado de Granero a la defensa permite una semana más ser titular tras su gran partido de Sarriena, que corría riesgo de quedarse sin recompensa si el equipo no hubiera sufrido de nuevo bajas. Y si el eje amenaza luchas por la titularidad, en las bandas se barruntan guerras. Óscar demuestra semana a semana que merece estar entre los once elegidos, y esta semana la baja por lesión de César Díaz se lo ha puesto muy sencillo, sin más alternativas, salvo que el entrenador cambie a un futbolista de banda.
Por la izquierda Héber apunta de nuevo a titular, aunque el gallego no haría nada mal en mirar de reojo a Álex García, un futbolista en quien en entrenador confía, y mucho, y que entra en competencia directa en su ecosistema.
En la delantera sí que no hay dudas. Juanjo Expósito y Dani Aquino son dos de los mejores delanteros de la categoría. Al menos lucen un currículum muy difícil de igualar en la división de bronce y a poco que se acoplen y el de Ontaneda llegue a su forma óptima deben marcar diferencias. Por ponerles un pero, ninguno de los dos son un 'nueve' puro, pero en un Racing que tiene aún menos delanteros centro que defensas centrales tienen estatus de titulares y, si pueden, de goleadores.
Sergio Ruiz, Centrocampista del Racing
Ahora les toca demostrarlo ante el equipo más goleado del grupo, que más que una víctima propicia es una víctima necesaria para que, en caso de ganar, el Racing recupere definitivamente la autoestima y no se vea de nuevo en plana crisis de credibilidad. O incluso de branding, que se estila mucho. Como se estilan en Santander unas decepciones a las que se quiere poner fin de una vez.
Para ello hay que recorrer caminos como el de esta tarde ante la Peña Sport, por mucho que el Racing se juegue el regreso a su hábitat natural, o al menos a su antesala, a al menos cuarenta etapas. Y mientras no lo haga no volverá a tener parejas auténticamente míticas como Jesús Merino y Pablo Alfaro; como Casquero y Vitolo, si se toma a la inversa. El fútbol se forma a base de hazañas y desventuras y el Racing moderno ya pide una de las primeras y está sobrado de las segundas. Para sacudírselas el primer paso es abandonar definitivamente la Segunda División B, en una pesadilla que se ha hecho demasiado larga. Y para llegar a ese destino hay que superar distintos checkpoint; el de la Peña Sport es uno de ellos.
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