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Sergio Herrero
Domingo, 25 de mayo 2014, 15:05
Miles de aficionados se han concentrado en torno a los campos de Sport de El Sardinero para recibir al autobús que ha llevado a los jugadores del Racing hasta el estadio. Antes ha llegado el vehículo con el Llagostera, pitos y gritos para su bienvenida. Pero la apoteosis ha sido al ver equipo verdiblanco. Especiales aplausos y vítores han recibido el entrenador Paco Fernández, Mario y Koné. Todo es una fiesta. Aficionados de todas las edades, niños, abuelos y familias completas, rodean los accesos al campo convencidos de que la de hoy será una jornada de fiesta.
El autobús del Racing ha tardado más en recorrer los 300 metros que separan la rotonda de la S20 al estadio, que el trayecto desde Mogro donde la expedición verdiblanca estaba concentrada. Los aficionados, con bufandas, bengalas y botes de humo verde y blanco, esperaban con ansias la llegada de la plantilla que dirige Paco Fernández. Una auténtica maraña de gente enfervorecida daba los últimos ánimos a los pupilos racinguistas antes de que se introdujeran en los Campos de Sport.
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Cantos de Si se puede o el clásico Que sí, joder, que vamos a ascender han acompañado a los jugadores que uno a uno han ido descendiendo por las escalerillas del autocar. El primero en hacerlo ha sido Paco Fernández que levantaba el pulgar ligeramente emocionado. Tras él, José María Lana, el preparador físico, con el móvil en alta no dejaba de grabar ni un instante. Pero el pico más alto de decibelios se ha alcanzado cuando el capitán Mario y Koné saludaban a todos los aficionados. Caras de concentración y de felicidad en una simbiosis auténtica con la afición.
Una vez dentro, han saltado vestidos de calle al campo para inspeccionar el terreno de juego antes de irse al vestuario para cambiarse. Aunque aún falta mucho para que comience el partido, los aficionados ya han comenzado a ocupar sus localidades.
Y es que el racinguismo aguarda la gran cita con nervios. Unos nervios que se hacen más patentes a medida que se acerca la hora señalada: las 19.00. Un momento en el que el Racing se jugará, en 90 minutos, el esfuerzo, el trabajo e, incluso, el sufrimiento de toda una temporada.
Poco a poco Santander se ha ido tiñiendo verde y blanco para el momento más esperado de la temporada: El partido decisivo de cara a devolver al Racing a Segunda División. Al fútbol de élite.
A pesar del mal tiempo, las camisetas, banderas y bufandas se han hecho visibles en los aledaños del estadio y las principales zonas de bares de la ciudad. Un ambiente festivo que desembocará en la masiva recepción que está prevista para los futbolistas a su llegada a El Sardinero y, posteriormente, ya en el graderío. Algunos rezagados se acercaban todavía hasta las taquillas de los Campos de Sport para retirar sus entradas. No estaban dispuestos a perdérselo.
Para cuando los futbolistas salten al césped, se ha preparado un mosaico verde y blanco que cubrirá el graderío por completo, además del tifo que se mostrará en La Gradona.
En caso de que el Racing consiga el ansiado ascenso, los jugadores recibirán el homenaje de la afición sobre el campo y la fiesta se trasladará a la Plaza del Ayuntamiento, donde los héroes del racinguismo saludarán desde el balcón.
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