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Pumpido sonríe rodeado por sus nuevos compañeros durante un ejercicio colectivo en La Albericia .
Duelo al sol en Las Gaunas
Fútbol | racing

Duelo al sol en Las Gaunas

La entrada de Jon García y Coulibaly serán las novedades en un equipo que buscará tener la pelota y protegerse de las contras y de la estrategia del Logroñés

Marcos Menocal

Domingo, 31 de enero 2016, 08:01

Antiguamente, en época medieval, existía un código por el que se regían las batallas. Los contendientes le ponían hora a su duelo y se pactaba un escenario para la cita. Todo acordado de antemano. El Logroñés y el Racing persisten en la tradición de sus ancestros y para el combate de hoy han quedado a las 17.00 horas y en Las Gaunas. A campo abierto. Una lucha de poder a poder y a pies desnudos. Eso sí, cada uno de ellos colocará a sus arqueros en las gradas, sin flechas ni arco que utilizar y con tan solo el vibrar de sus gargantas como arma arrojadiza.

Esta tarde, además del honor, se pondrá en juego sobre el césped buena parte del éxito final en el curso liguero. Los inquilinos del campo, el Logroñés, acarician el liderato que ostenta el otro Racing, el de Ferrol, -a tan solo un punto-, y los invasores, el Racing, que a trompicones remontan su mal arranque de temporada, no pueden permitirse dejarles escapar. Seis puntos les separan en una clasificación que se encoge y se estira como una goma jornada tras jornada. Es un partido de esos en los que se gana doble y se pierde triple. El que gane sumará sus puntos y, aunque no suban al casillero, también los que no se apunte su rival. El que salga perdedor, además de irse de vacío, quedará estigmatizado moralmente.

Con el propósito de la batalla bien claro, la clave del éxito está en los soldados. Pedro Munitis tiene un plan, pero también un plan B. La primera de las estrategias se basa en una defensa de tres hombres; Caneda, Jon García y Santamaría. Por delante, colocará una línea de cinco hombres, en la que a los dos carrileros les tocará subir y bajar; atacar y defender. Esa misión será para Óscar y Dani Rodríguez. En el medio montará un centro del campo en el que Granero será el que lleve el estandarte, custodiado por otros dos pivotes, Álvaro Peña y Fede San Emeterio. En primera línea de batalla se colocarán Dioni y Coulibaly. Un planteamiento eminentemente ofensivo. Guarda por si acaso una puesta en escena más comedida, aunque, por otro lado, es la más utilizada. En ese plan alternativo, la baja de última hora de Borja San Emeterio, resentido de sus problemas de pubis, unido a que Francis no va convocado, obligará a retrasar por enésima vez a Fede al puesto de lateral y formar un sistema 4-4-2 al uso. Así las cosas, Santamaría caería al carril del zurdo y en la zona ancha solo se situarían Granero y Peña. El estratega cántabro, Munitis, dijo el viernes tenerlo claro pero hasta que no salten al escenario de la guerra nadie puede firmarlo. El propio entrenador se ha cuidado de que su rival no supiera sus intenciones. En el arte de la guerra no hay nada como conocer a su contrario para saber donde le duele.

En frente, el Logroñés no cambiará ni un ápice de su 4-1-4-1 propio en los duelos en su casa. Carlos Pouso, el general que ha sido capaz de envenenar sin darse cuenta los sueños rojiblancos, suele preferir el escudo a la lanza para ganar sus combates. Es de los que esperan que su oponente se equivoque cuando salen fuera de su feudo pero en sus dominios, apuesta por hacerse respetar. Solo han perdido una cita en Las Gaunas y únicamente han encajado dos goles. Su fama de poderoso intimida. Con Adrián León por delante de la defensa, como un central adelantado; Titi y Milla -máximo goleador del equipo- en las bandas, y Carlos Fernández como ariete peleón, los rojiblancos plantearán hoy un partido en el que dosificarán la posesión. Su teoría es que ocupando bien el campo y sin perder el orden, el rival no llegará a su tesoro -la portería-.

Miedo y prisas

El choque de hoy tiene pinta de debatirse entre el respeto de los minutos iniciales y el miedo a no perder, por un lado, y la necesidad y las prisas de los instantes finales según el oponente al que le vaya mal el envite. Munitis quiere «recuperar el nivel de antes del parón». Esa forma de jugar machacona, intensa y con iniciativa por parte de todos los miembros. De esa manera, tarde o temprano podrá romper la madeja de efectivos que a buen seguro harán frente a los verdiblancos esta tarde en Las Gaunas.

En la reserva, como soldados de fortuna, el cántabro tendrá a Migue García y Artiles como estiletes. Cualquiera de los dos estará con espada presta. Su velocidad y verticalidad será necesaria en el caso de que las ideas no fluyan como deben. El Racing tiene claro que para ganarle hoy al Logroñés ha de ser fuerte en el centro del campo, por eso la primera opción es poblarlo con tres pivotes y no cometer un error no forzado, de ahí que los carrileros y Granero cuando no tengan el balón serán defensores. A todo ello, deberá añadir una pizca de riesgo contenido.

En las gradas, a pesar de ser forasteros, es probable que ganen por goleada. El respaldo de las gargantas agradecidas puede servir de danza intimidatoria. El desembarco de los seguidores racinguistas puede ser la mejor manera de cortarle las alas al rival. Las Gaunas no sabe bien la que se le viene encima.

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