Un final feliz
agustín ibáñez
Viernes, 6 de mayo 2016, 07:09
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agustín ibáñez
Viernes, 6 de mayo 2016, 07:09
En estos últimos días y a propósito de la clasificación del Atlético de Madrid para la final de la presente edición de la Champions League 2016 he oído y leído mucho sobre el sufrimiento de la parroquia atlética. Y uno, que cuando de fútbol se ... trata solo siente los colores verdiblancos, y que vive ajeno a los avatares de cualquier equipo distinto al Real Racing Club de Santander, no puede evitar sonreír con cierta resignación cuando alguien habla de sufrimiento tras haberse clasificado para la final de la máxima competición europea.
Y es que, queridos lectores, si hay una afición sufrida y estoica, esa es la del viejo Racing. Porque sufrir es pasar en unos pocos años de vibrar en la Copa de la UEFA a frecuentar los vetustos campos de la Segunda B española. Sufrir es empezar cada temporada futbolística sin saber si tu equipo llegará al final de la misma. Sufrir, en definitiva, es tener permanentemente encima de nuestras cabezas racinguistas la espada de Damocles, siempre amenazando con cercenar las mismas.
Pero también es cierto que no hay mal que 100 años dure, y que como dijo Manolo Preciado, «mañana saldrá el sol». Y por eso mismo, también los racinguistas tenemos derecho a disfrutar de alguna que otra alegría, aunque sean aisladas y normalmente efímeras. Quizás nunca ganemos ningún título y quizás nos tengamos que conformar con ascender de categoría único objetivo, recordemos, de la escuadra montañesa en la presente campaña. Por eso, cuando logremos el ascenso, y estoy convencido de que este año lo vamos a lograr, sin duda que lo celebraremos como si hubiésemos ganado la Champions League.
Y para lograr el ansiado ascenso, solo nos restan unas pocas contiendas que serán, como es obvio, las más decisivas. La próxima estación de nuestra ruta es Ferrol, dónde el sábado jugaremos para asaltar el estadio de A Malata, hacernos con el liderato del grupo por primera vez en la temporada y poder así encarar con la moral elevada el último partido de la fase regular y el inmediato play-off. De esta manera, tanto el equipo como la afición veremos mucho más cerca ese ascenso a la categoría de plata. Y será así, como una vez más, nuestro acostumbrado sufrimiento tenga una final feliz.
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