Acechar a la Cultural, único objetivo

Hace poco más de un mes, cuando a Dani Aquino le preguntaban por la diferencia de puntos entre el Racing y la Cultural, el murciano se mostraba optimista y defendía que los leoneses podían encarnar el rol de la liebre en el atletismo. Sale fuerte, marca el ritmo de la carrera y cuando llega el momento de la verdad, los buenos corredores la adelantan. El tiempo dirá si se cumple o no la metáfora del goleador racinguista, pero de momento, el conjunto que dirige Rubén de la Barrera y que se ha convertido en la revelación del grupo I de Segunda B después de no conocer la derrota en 17 jornadas trece victorias y cuatro empates, va camino de llegar en cabeza al final de la primera vuelta.

A falta de dos partidos para alcanzar el ecuador de la fase regular, la Cultural tiene todas las papeletas para convertirse en el campeón de invierno. No hay recompensa económica ni los jugadores del equipo leonés recibirán una cesta de Navidad de la Federación Española de Fútbol por ello. Es simplemente un cartel que, previsiblemente, podrán ponerse en el cuello a partir de enero. Una mochila repleta a partes iguales de autoestima y responsabilidad. En Santander, esperan que, con tanto peso, se rompa.

En estos momentos, el margen con los cántabros es de dos victorias. O lo que es lo mismo, que para que el conjunto santanderino empate a puntos con su principal rival en la lucha por el ascenso y le arrebate este primer placer de la temporada hace falta una doble carambola. Por un lado, es necesario que los de Ángel Viadero ganen sus dos encuentros, el del sábado contra la Mutilvera (Municipal Valle de Aranguren, 18.00 horas) y el del próximo fin de semana contra el Izarra en los Campos de Sport. Son choques asumibles, pero los rivales de la Cultural tampoco tienen excesivos argumentos para dar miedo. Y mucho menos teniendo en cuenta su trayectoria esta campaña.

De ocurrir, ambos empatarían con 43 puntos. Aún no bastaría. La carambola no es doble, sino triple, porque tras las tablas (1-1) entre ambos del 29 de octubre en El Sardinero, hay que mirar la diferencia de goles entre ellos. Y aquí los santaderinos pierden, y nunca mejor dicho, por goleada. Ahora es de 21 tantos. Nada menos. No vale con suerte, se necesita un milagro.

Así que los jugadores verdiblancos, que este jueves compartieron unos minutos con los aficionados más jóvenes del Racing, con los que se hicieron fotografías en las Instalaciones Nando Yosu de La Albericia con motivo del día festivo en los colegios, bien podían haber pedido a los chavales una plantilla de la carta a los Reyes Magos y empezar a escribir. En el vestuario tienen claro que el premio tiene que llegar en junio con forma de billete a Segunda, pero un caramelo a mitad de campaña habría dejado un buen sabor de boca. A ellos, y a los socios de El Sardinero.

Los que tienen que encargarse de hacerse un favor a sí mismos y al Racing de forma indirecta son Valladolid B, primero, y Osasuna B, el próximo fin de semana. Ambos filiales se verán las caras con la Cultural antes de que acabe la primera vuelta. Los pucelanos ocupan la quinta plaza de la clasificación y su rivalidad con los leones viene de lejos, mientras que los navarros están inmersos en una racha de cuatro partidos sin ganar tras un arranque más que aceptable. Claro que pueden ganar a la Cultu, pero las estadísticas juegan en su contra.

En estos momentos, llegar al ecuador en el segundo puesto sería el menor de los males. Porque por detrás, dos equipos gallegos pisan los talones al conjunto verdiblanco. Sobre todo el Celta B, que con 36 puntos está a sólo uno del Racing. El filial de Vigo acumula cuatro triunfos consecutivos con goleadas al Boiro (1-4) y Arandina (5-0) incluidas. Contra ambos, los de Viadero sufrieron para llevarse una victoria y un empate, respectivamente. Un peldaño más abajo, pero también siguiendo el rastro, está el Pontevedra, que cierra el grupo de cuatro que jugaría la fase de ascenso si hoy mismo se cerrara la competición liguera en Segunda División B.

Título virtual de campeón de invierno

Caiga de un lado o de otro, el título virtual de campeón de invierno muchas veces se convierte en un regalo envenenado. Se empieza el año pensando que se parte con ventaja para hacerse con la plaza que da acceso al camino sencillo hacia el play off y luego llega una sorpresa. Si no que se lo pregunten a los aficionados de Ferrol.

El año pasado, los gallegos completaron el 50% del curso a seis puntos del Racing, los mismos que ahora les saca la Cultural. No les sirvió de nada. Porque el 14 de mayo, cuando miraron el calendario, se dieron cuenta de que habían acabado la competición segundos, a un punto de los cántabros. Iban a jugar la fase de ascenso con la misma suerte que el equipo que dirigía Pedro Munitis, pero por el camino largo. Un Racing fue campeón de invierno, el otro líder del grupo y al final, ambos siguen en Segunda B. Que tome nota la Cultural.