

Secciones
Servicios
Destacamos
Raúl Gómez Samperio
Miércoles, 3 de mayo 2017, 07:27
José Antonio Bermúdez Rodríguez, el jugador racinguista que actuó en Primera División durante la etapa 1950-55, falleció el pasado lunes en su casa de Santander, lugar donde había fijado su residencia, cuando contaba con 89 años de edad. Su funeral se celebrará hoy en la iglesia parroquial de San Roque a partir de las 19.30 horas. El club cántabro recordará al jugador durante el encuentro del próximo domingo contra la Mutilvera.
Nacido en Las Palmas de Gran Canaria, Bermúdez era un típico futbolista de la escuela canaria, muy técnico y creativo, que contribuyó a mantener al Racing en la máxima categoría en las cinco temporadas en las que jugó en Santander. Debutó en el primer partido de Liga de la temporada 1950-51, el 10 de septiembre, en Alcoy, frente al Alcoyano, cuando el equipo dirigido por Antonio Barrios alineó a Juanito, Teruel, Amorebieta, Ruiz, Bermúdez, Elizondo, Revuelta, Pin, Mariano, Alsúa y Echeveste.
Bermúdez comenzó jugando como profesional en el conjunto canario del Marino (1945-49), donde coincidió con otros grandes jugadores, como Luis Molowny, dándose la circunstancia de que al ser demasiado joven para poder jugar en Tercera División, se hizo pasar por su hermano José Francisco, nombre que adoptaría en los ambientes futbolísticos e incluso en los familiares. En 1949 le fichó el Atlético de Madrid, aunque le cedería al Osasuna, pasando posteriormente al Racing, que había recuperado la Primera División con el legendario equipo comandado por Rafael Alsúa.
Jugador y entrenador
Bermúdez cumplió siempre con gran regularidad y acierto su cometido, jugando un total de 68 partidos oficiales en el conjunto cántabro. Su mejor temporada fue la de 1951-52, en la que actuó en 36 partidos ligueros, en uno de los cuales anotaría su único gol, marcado al Valencia en los Campos de Sport, tanto que supondría la victoria racinguista por 2-1. Entonces dirigía al equipo Gerónimo 'Oso' Díaz, que sería sustituido primero por Félix Elizondo hasta la llegada de Pascal Palomini. Cuando el club descendió a Segunda, se incorporó al Real Jaén (1955-61), junto a sus también compañeros Ortega y Ruiz. En su primera temporada, contribuyó al ascenso a Primera de los andaluces y en la última tuvo que hacer de jugador y entrenador. Tras dejar el fútbol como jugador, se trasladó a Santander donde se dedicó a seguir entrenando a equipos como el Laredo, Hércules, Gimnástica, Alcoyano, Cultural Leonesa, Salamanca y Ourense. Tras este último club, decidió abandonar su carrera como técnico para centrarse en su famosa zapatería santanderina.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.