
Secciones
Servicios
Destacamos
S. Herrero | d. martínez
Domingo, 4 de junio 2017, 18:40
El sábado, en el hotel de concentración del Racing en Mérida, un turista surcoreano ataviado con la camiseta del Fútbol Club Barcelona miraba anodadado el paso de los jugadores del equipo cántabro. Pronto identificó el escudo con ayuda del señor Google. Alguien le explicó que estaban esperando a un partido clave para subir a la Segunda División del Fútbol español. Extrañado, preguntó en inglés: "Pero, ¿el Racing no estaba hace poco en Primera?". Triste realidad. Para muchos, aún difícil de creer. El problema es que, después del estropicio de ayer, quizá los inasequibles al desaliento aficionados racinguistas y el turista surcoreano tardarán en ver al Racing entre los grandes. El conjunto dirigido por Ángel Viadero, ese equipo de las segundas partes, ayer murió tras el descanso, vapuleado por un rival modesto en estructura pero grande sobre el terreno de juego.
El Racing no se iba a encontrar en Villanueva de la Serena con un rival tan blando como el Rayo Majadahonda. El villano, como le conocen sus aficionados, quiso amargarle la tarde desde el inicio al Racing. Al final lo iba a lograr. Y quién sabe si todo el verano. Los extremeños salieron enchufados al tostadero que era ayer el Romero Cuerda. Y los primeros acercamientos al área fueron suyos, aunque sin trabajo para Iván Crespo.
La primera parte fue un intenso intercambio de golpes entre ambos contendientes. El Racing aguantó la primera ráfaga y tomó el mando del combate. Los de Ángel Viadero encadenaron varias ocasiones. Alguna de ellas muy clara. Un gran robo de Borja Granero en el centro del campo llevó el balón a la izquierda, donde se encontraba Héber. El medido envío del gallego, con rosca, lo remató Abdón Prats lanzándose al suelo y el balón se estrelló en el cuerpo de un Wilfred que tapó bien la meta. El córner posterior lo cabeceó el balear demasiado alto.
El Racing hilvanó una bella jugada que iba a dar más trabajo al portero local. Héber dejó pasar el balón hasta la frontal, donde llegaba Borja Granero. El alicantino se sacó un tiro que Wilfred no acertó a atajar. La zaga pacense acabó despejando el peligro lejos de su área.
El Villanovense recuperó la verticalidad. Jesús Rubio estuvo cerca de aprovechar un error de Israel Puerto, pero su disparo se marchó fuera. Poco después, un remate de cabeza de Carlos Fernández llevó el mismo destino. La mejor ocasión para los locales no iba a llegar de botas de ninguno de sus futbolistas. Beobide intentó despejar un centró desde la derecha, pero el balón se encaminó hacia su propia portería y obligó a Iván Crespo a hacer una soberbia parada.
El choque entró en un tramo de continuos parones. Faltas reiteradas por ambos lados y mucho balón al cielo. Respeto máximo. El Racing, en ese escenario se siente cómodo. La única acción destacable en esos minutos finales de la primera parte fue para los cántabros. Un libre directo botado por Santi Jara se marchó cerca del poste.
Rodillo local
La primera mitad pasó en un contexto de igualdad. Un aficionado verdiblanco comentó a su compañero de asiento: "Ahora viene lo bueno". Lo que no especificó si para el Racing o para los locales. Israel Puerto tuvo muchos problemas en la primera parte y el Villanovense, tras el descanso, empezó a cargar por el carril izquierdo racinguista. La apuesta le salió rentable al equipo extremeño. En uno de los acercamientos por el área racinguista, el central andaluz llegó tarde y se llevó por delante a un atacante pacense. Penalti. Jesús Rubio no falló desde los once metros. Su tercer gol en este play off de ascenso. El tercero también del Villanovense. Todos ellos de pena máxima. También valen y este, al Racing, le dejaba por detrás en la eliminatoria.
A los montañeses les tocaba levantarse, pero a esas alturas, el equipo extremeño ya le había perdido todo el respeto y fue a dar una puñalada mortal a los cántabros. Un disparo de Curro desde la frontal del área tocó en las piernas de un jugador racinguista y se encaminó, con mucho suspense, hacia el palo de la portería de Iván Crespo. No entró por el canto de un duro. Acto seguido, un remate de cabeza de Carlos Fernández acrecentó la diferencia anímica entre un Racing sobrepasado y un Villanovense convertido en rodillo.
Tras varios tímidos acercamientos racinguistas a la portería local, el cuadro extremeño volvió a castigar. Una y otra vez. Primero, un espectacular regate de Carlos Fernández dentro del área culminó un certero disparo que Iván Crespo detuvo con una gran mano abajo. El portero fue el mejor jugador del Racing en el partido de ayer y eso, casi siempre, es una mala señal. Un cabezazo centrado de Jesús Rubio en boca de gol lo atrapó el arquero de Viveda.
Borja Granero intentó tirar de un equipo cada vez más tocado de forma infructuosa. El valenciano galopó desde el centro del campo, se plantó en la frontal y sacó un duro disparo raso que se marchó cerca del poste. Mucha rabia y pocas nueces. Como el intento de Dani Aquino, que acabó en las manos de Wilfred. Por momentos, parecía que lo mejor que le podía suceder al Racing era marcharse a casa con el 1-0 e intentar darle la vuelta a la eliminatoria en los Campos de Sport de El Sardinero. En un ambiente menos hostil. Y el tiempo iba a dar la razón a ese razonamiento, porque la losa iba a ser aún mayor.
Mustafá le ganó la espalda a Córcoles, buscó el hueco en el área y su tiro no lo pudo detener Iván Crespo. El atacante local pudo ponerlo incluso peor para el Racing. En un nuevo despiste de la zaga cántabra se plantó solo ante el meta de Viveda e, inexplicablemente, la echó fuera. Los de Ángel Viadero, desquiciados, entraron en un juego difícilmente justificable, al no devolver la pelota que había lanzado fuera el Villanovense para que fuese atendido uno de sus futbolistas -seguramente perdiendo tiempo-.
Fue el último estertor de una aciaga tarde en Villanueva de la Serena en la que quizá el Racing se ha condenado la vida. La pena de estar una temporada más en Segunda División B. En el maldito pozo del fútbol español. O no. Quedan noventa minutos y habrá que confiar en la remontada en el templo verdiblanco. Pero vista la imagen de ayer y la confianza inquebrantable del rival, los de Ángel Viadero tndrán que dar lo mejor de sí mismos para sacar esto adelante. La semana va a ser muy larga. Costará digerir lo sucedido, pero a buen seguro, cuando se acerquen las 18.00 horas del próximo domingo, volverá la confianza en un milagro. Lo último que pierde un racinguista es la esperanza.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El motorista fallecido en Quintanilla de Trigueros es hermano del alcalde de Cigales
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.