Secciones
Servicios
Destacamos
DANIEL MARTÍNEZ
Lunes, 5 de junio 2017, 07:37
Si se tira de hemeroteca, cualquiera diría que a Ángel Viadero no le gusta el trabajo que desarrollan de forma conjunta Borja Granero y Jagoba Beobide en el centro del esquema racinguista. Se pueden contar con los dedos de las manos las ocasiones en las ... que el valenciano y el vasco han compartido juego a lo largo del curso. Pero nada más lejos de la realidad.
Las lesiones de ambos -el primero una rotura de ligamento cruzado que le tuvo apartado de la competición seis meses y el segundo los constantes problemas de tipo muscular- y la tardía incorporación del ex del Alavés en enero cuando ya había comenzado la segunda vuelta han sido las dos razones que han impedido al técnico santanderino hacerles coincidir con anterioridad. Ahora, a final del curso, cuando el Racing está luchando por el ascenso a Segunda División, Viadero había encontrado las piezas para construir lo que consideraba la mejor fortaleza posible para el conjunto verdiblanco en esa demarcación.
Encajaron por primera vez en la segunda parte del encuentro de ida contra el Majadahonda en tierras madrileñas. En los Campos de Sport, hace una semana, volvieron a demostrar que juntos hacían que el Racing ganara puntos en su faceta defensiva y que, sobre todo en el caso del capitán, también podían contribuir con la gente de arriba. Destacados a nivel técnico y también a la hora de colocar a sus compañeros y dirigir el juego, en el caso de Beobide, que ha quitado el sitio a Álvaro Peña, de forma más discreta. La misma discreción que no le hace brillar en la mayoría de sus intervenciones pero que hace que su ausencia se eche en falta. Ayer un poco menos de lo normal.
En el Romero Cuerda, el intenso calor de Extremadura provocó que la argamasa no hiciera efecto y la fortaleza del centro del campo se derritiera. No es que la culpa de la derrota se le pueda achacar a la pareja formada por el valenciano y el vasco. Ni mucho menos. De hecho, en la primera parte, cuando los cántabros tuvieron menos problemas y el Villanovense no logró ponerles contra las cuerdas, fueron dos de los más destacados y los que tuvieron más minutos el balón entre los pies.
Fue precisamente Granero, que después de cuatro años en Santander -el más veterano del equipo- ya tiene algún cromosoma verdiblanco en su ADN, el que desencadenó la primera gran ocasión para el Racing. En el minuto 11 pero, como el resto, se quedó en nada. Después pudo marcar -ya lo hizo contra el Majadahonda en la primera ronda de la fase de ascenso- después de que un generoso Héber dejara pasar un balón que también tenía bien colocado. Por lo menos hasta el minuto 45, el capitán se mostró intenso. Mirar atrás ni para protestar al árbitro. Ni para ver los gritos de la afición local cuando pedían para él la tarjeta amarilla. Estaba atrás, pero también cerca de Aquino y Prats. En todos los lados.
Beobide, como de costumbre, más lejos de la portería rival. Tanto se alejó que casi marca en propia en la de su compañero Iván Crespo. Tuvo más imprecisiones a la hora de sacar los balones. La prueba fue su sustitución por Peña, pero si hubiera premio al mejor corte de balón también habría sido para él.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.