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SERGIO HERRERO
Martes, 9 de enero 2018, 07:23
Ángel Viadero continuará al menos una semana más al frente del Racing. El Consejo de Administración del club mantiene su respaldo al técnico, a pesar de las dudas que ha generado el equipo a lo largo de toda la temporada y que se vieron agravadas ... el pasado domingo con la derrota y la deplorable imagen del conjunto verdiblanco frente al Arenas. De momento, aunque dentro de la propia directiva ya empiezan a surgir la indecisión al respecto, los gestores de la entidad no se plantean el despido del entrenador santanderino.
El Consejo de Administración racinguista se reunió ayer en los Campos de Sport. Fue un encuentro ordinario, de esos que tienen lugar el lunes posterior al encuentro del Racing a domicilio. Aunque la de ayer era una cita diferente, por lo sucedido el día anterior en Gobela. Sobre la mesa se habló con preocupación de la situación deportiva del equipo y del entrenador, pero no se tomaron decisiones al respecto. También se puso al día a los consejeros sobre el estado de las negociaciones abiertas de cara a los fichajes. Posteriormente estuvo reunida la comisión deportiva.
La directiva mantiene su confianza en el entrenador -aunque ésta ya no sea tan pétrea como antes- pese al rún-rún del entorno, que pide un cambio inmediato en el rumbo del equipo en una situación en la que la víctima, habitualmente, es el inquilino del banquillo.
El pasado verano, pese a no cumplir con el objetivo de subir a Segunda, el Consejo de Administración decidió apostar de nuevo por el entrenador de Canalejas. Y él aceptó para alargar su sueño de entrenar al equipo de sus amores. Pero esa continuidad supuso que la temporada arrancase para Ángel Viadero con un lastre difícil de compensar. Con un Racing siempre obligado a ascender en Segunda División B, el fracaso de apenas un mes y medio antes, con la eliminación del play off frente al Barcelona B, ya dejaba dañada la confianza de la grada con respecto al técnico. Un mal comienzo. Sin la frescura de un año antes.
Además, el preparador esta vez se limitó únicamente a su parcela, con la llegada de Pachín para la dirección deportiva. Viadero veía aliviada su carga de trabajo pero, a la vez, perdía peso en la toma de decisiones a la hora de confeccionar la plantilla. Algo en lo que demostró un gran tino en la campaña anterior. Algo en lo que el Racing, a la vista de los resultados y del rendimiento de las incorporaciones, en este curso ha fallado.
La pretemporada marchó relativamente bien, a pesar de los fichajes tardíos y con el consejo desde la comisión deportiva de un cambio en el estilo de juego. Menos directo. Más toque. Y poco a poco fueron llegando a La Albericia, además de Regalón y Gonzalo, varios viejos conocidos de Viadero como Quique Rivero, Juanjo, Álex García y Antonio Tomás para completar la plantilla. Junto a jugadores clave como Dani Aquino, Héber o Iván Crespo, renovados. Y la cantera, con un año más de rodaje, para completar.
El Racing sufrió para ganar al Arenas (1-0) en un típico inicio liguero. Y se impuso con solvencia ante el Gernika a domicilio. Pero esa semana ya llegó la primera crisis con la estrepitosa eliminación copera ante el Leioa (2-1). Esa derrota se sumó al tropiezo ante los dos principales rivales por el título: Mirandés (0-1 inmerecido) y Sporting B (3-1 y una triste actuación).
Fue precisamente en Sarriena, de nuevo ante el Leioa, donde el Racing cerró el círculo negativo con un triunfo en el que pareció descartar definitivamente ese buscado fútbol de toque. Vuelta a los orígenes. El Racing encadenó seis partidos sin perder -cuatro victorias y dos empates-, pero no convenció a casi nadie. Demasiadas dudas. Y otra caída llena de estrépito como la de Amorebieta puso la cabeza del técnico debajo de la guillotina.
No hubo ultimátum al uso, pero, si el equipo verdiblanco no ganaba al Burgos -invicto hasta entonces-, el Consejo se vería obligado a cesar al entrenador. El Racing, con bajas importantes, salvó la situación con un triunfo por la mínima y los más jóvenes dando un paso hacia adelante. Fue el inicio de otra racha con cuatro triunfos consecutivos.
El empate ante el Tudelano dolió menos por la buena imagen mostrada por el conjunto cántabro. Después el Racing cayó en Logroño y volvió a perder dos puntos frente a la Real Sociedad B, pese a ser muy superior al filial donostiarra. El solvente triunfo en Irún (1-3) parecía haber calmado las aguas. Ni mucho menos. El estropicio del pasado domingo ante el Arenas desató de nuevo las críticas contra el entrenador y contra a los jugadores. Y, como siempre, el que lleva la diana en el pecho es quien se sienta en el banquillo, porque despedir a veinte futbolistas y traer a otros veinte no es factible. Hombre por hombre es más sencillo.
Si el Racing de la pasada temporada -especialmente el del inicio y el del final de la campaña- desbordaba personalidad, sello de Viadero a lo largo de su carrera, este año es todo lo contrario. Y el técnico no consigue dar con la tecla después de numerosas probaturas. A veces, incluso, inesperadas. Y las dudas se acaban contagiando al vestuario y al entorno. Además, no ha sabido sacar el máximo rendimiento a futbolistas con un currículum importante en el fútbol español, con mucha experiencia en Segunda y hasta en Primera División.
El caso es que Viadero se enfrentará el domingo ante el Gernika (17.00 horas) a una nueva cita clave. Quizá no haya ultimátum, pero el hecho de no ganar, justo antes de enfrentarse a sus dos rivales por el título, puede dejar al Consejo de Administración en una complicada tesitura. En la directiva verdiblanca prefieren no pensar en ese posible escenario.
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