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El futuro de la plantilla del Racing depende en gran parte de que se logré o no el ascenso a Segunda División. En la actualidad, trece futbolistas tienen contratos de al menos una campaña más -la gran mayoría son dos- independientemente de la categoría en la que milite el equipo. Por otro lado, cinco futbolistas más tienen supeditada su continuidad a la consecución del objetivo de tal manera que si se logra ascender renovarán automáticamente un campaña como verdiblancos. En el tercer y último bloque se encuentran otros cuatro efectivos, que son los que finalizan su relación el próximo 30 de junio y salvo que se establezca una negociación para prolongarla abandonarán el club. En resumidas cuentas, prácticamente la mitad de la plantilla tiene asegurada -a excepción de que medie una rescisión- su continuidad de verdiblanco, la otra mitad no.
La política de fichajes ha seguido esta temporada varios patrones; el primero, debido a la escasez de recursos económicos, la directiva ha utilizado el 'gancho' de ofrecer un contrato más largo si se produjese el ansiado ascenso a Segunda. De esa manera, jugadores como Borja Lázaro, uno de los principales atractivos de la plantilla, aceptó el reto de bajarse una categoría y jugar en El Sardinero. Algo similar ocurrió con Adán Gurdiel, ambos llegados en el mercado de invierno. Los dos renovarían sin negociación previa si se asciende. Algo similar, pero sin condicionarlo a subir a Segunda, ocurrió con la hoja de ruta que los responsables del Racing pusieron en práctica con los futbolistas cántabros que han regresado este año desde distintos equipos; así las cosas, Juanjo o Antonio Tomás, dos jugadores con experiencia profesional en categorías superiores, aceptaron la oferta del club racinguista, entre otras cosas, porque les garantizaba una relación más duradera. Los dos, criados en La Albericia y formados en la cantera verdiblanca, seguirán una campaña más -hasta 2019- y después de que presumiblemente cuelguen las botas prolongarán sus contratos como miembros del cuerpo técnico. No está estipulada su función, pero en cualquier caso seguirán involucrados en la estructura del Racing.
Iván Crespo (33 años) Contrato hasta 2020
Raúl Domínguez (31 años). Contrato hasta 2018 (renovación automática si asciende)
Miguel Gándara (20 años). Contrato hasta 2020
Julen Castañeda (27 años) Contrato hasta 2020
Javi Gómez (19 años) Contrato hasta 2020
Paco Regalón (30 años) Contrato hasta 2018
Gonzalo de la Fuente (33 años) Contrato hasta 2018
Adán Gurdiel (24 años) Contrato hasta 2018 (renovación automática si asciende)
Borja Granero (26 años). Contrato hasta 2020
Sergio Ruiz (23 años). Contrato hasta 2020
Javi Cobo (20 años). Contrato hasta 2020
Antonio Tomás. Contrato hasta 2019 (e incoporación al cuerpo técnico)
Quique Rivero (25 años). Contrato hasta 2020
Óscar Fernández (22 años). Contrato hasta 2018 (renovación automática si asciende)
Héber Pena (27 años). Contrato hasta 2018 (renovación automática si asciende)
Álex García (33 años). Contrato hasta 2019
Jerín Ramos (22 años). Contrato hasta 2020
Dani Aquino (27 años). Contrato hasta 2020
Pau Miguélez (18 años). Contrato hasta 2020
César Díaz (30 años). Contrato hasta 2018
Juanjo Expósito (32 años). Contrato hasta 2019 (e incoporación al cuerpo técnico)
Borja Lázaro (30 años). Contrato hasta 2018 (renovación automática si asciende)
Franco Acosta (22 años). Contrato hasta 2018
Víctor Badiola (22 años). Contrato hasta 2018
Otra de las variantes que ha seguido la directiva a la hora de componer la plantilla actual fue la de ofrecer directamente -sin mediar ascenso- un contrato de dos campañas para así salir de los equipos en los que se encontraban. En este apartado se encuentran Quique Rivero y Álex García, a quienes se les puso encima de la mesa una oferta de tres y dos años, respectivamente a cada uno.
El último de los guiones seguido desde las oficinas de El Sardinero para fichar el pasado verano se utilizó con jugadores veteranos, caso de Gonzalo o Paco Regalón, a los que se les ofreció un año tan solo y por eso ambos finalizan su relación el 30 de junio. Con ambos futbolistas se decidió ser cauto y comprobar su rendimiento para posteriormente proceder.
El fatal desenlace del pasado curso cuando en la última eliminatoria del play off se cayó ante el Barcelona B y se fue al traste el ascenso aceleró las negociaciones con algunos futbolistas, así como propició la salida de otros. De este modo, la secretaría técnica, con el anterior director deportivo a la cabeza, Pachín, el pasado verano puso en marcha la renovación y en su caso ampliación de contratos de los futbolistas más destacados. Iván Crespo y Dani Aquino vieron mejoradas sus relaciones de manera ostensible, tanto en lo económico como en lo deportivo. Ambos futbolistas, dos de las referencias obligadas hasta entonces, prolongaron su estancia en Santander hasta 2020. Lo mismo ocurrió con los chavales de la casa como Pau Miguélez, Javi Cobo, Sergio Ruiz y Miguel Gándara. Con todos ellos, el club decidió apostar por darles continuidad y mantenerles en el equipo para que su consolidación siguiera por el camino correcto. El acuerdo impidió, por ejemplo, que Cobo decidiera olvidarse de una presunta salida unilateral que planeó por La Albericia o que Pau, una de las joyas de la cantera, dejara para más adelante lo de escuchar ofertas. Los otros dos jóvenes cántabros, Gándara y Ruiz, habían aparecido en escena durante la temporada (2016-2017) y su proyección animaba a confiar en ellos. Los dos cumplieron con las cláusulas que figuraban en sus contratos, ambos sumaron un número concreto de partidos con el primer equipo y pasaron a formar parte de la plantilla con todo derecho. Más tarde se decidió, incluso, aumentar sus fichas.
Existen, por otro lado, tres futbolistas más que se encuentran pendientes del final de Liga: Raúl Domínguez, Héber Pena y Óscar Fernández. A los tres se les amplió el contrato un curso más el pasado año y si se subiese a Segunda renovarían sin negociación alguna. Fuera de todos estos bloques se encuentra César Díaz , que no ha variado su relación original desde que llegó a Santander y que el próximo 30 de junio expirará. El último de los futbolistas que completa la plantilla es el capitán Borja Granero, cuyo caso es un tanto especial. El valenciano suma ya cinco campañas en el club verdiblanco y en este periodo se le ha ampliado el contrato en dos ocasiones, ambas coincidiendo con sus fatales lesiones de rodilla. Granero será racinguista, salvo que ocurra un desencuentro entre el futbolista y el club, hasta 2020.
Para ser estrictos, a esta lista habría que añadir a Franco Acosta, que regresará a Villarreal el 30 de junio tras finalizar su cesión por la entidad amarilla, y, por supuesto, no aparece David Córcoles, que fue despedido del Racing en el mercado de invierno de una forma un tanto sorprendente al necesitar el club una ficha libre para incorporar jugadores.
Es pronto para analizar lo que se tiene, entre otras cosas porque 'Chuti' Molina, el director deportivo actual, se encuentra atado de pies y manos para organizar el año que viene al desconocer la categoría en la que figurará el equipo. Tiempo habrá de valorar quiénes de los jugadores seguirían en Segunda -si se produjese un hipotético ascenso- y serían del agrado de los responsables o se les buscaría una salida. De la misma manera, aunque con una solución más complicada si cabe, la secretaria técnica deberá hilar fino con los jugadores que con fichas altas y con contratos en vigor se verían obligados a mantenerse como racinguistas en Segunda B. Es obvio que en este último caso, las oficinas de los Campos de Sport tienen mucho trabajo por delante.
Podrían producirse ventas o salidas con el consiguiente deterioro deportivo del equipo y -eso está por ver- económico, puesto que podrían devaluarse el valor de los futbolistas. Son los casos, por un lado, de Dani Aquino e Iván Crespo, jugadores atractivos y con fácil acomodo, que estaría por ver si continuarían pese a tener contrato en vigor en la entidad en la división de bronce. Podrían barajarse posibles ventas, pero es evidente que en estas categorías los beneficios son más bien escasos. En otro apartado estarían los jugadores con difícil acomodo por veteranía y ficha -como Juanjo, Álex García o Antonio Tomás- y a los que no sería sencillo buscarles una salida.
El play off se aproxima y con él buena parte del futuro a corto y medio plazo de la entidad. Esperar hasta el final puede ser un arma de doble filo y es probable que por eso se ha fichado a un director deportivo antes de que acabe la temporada. Su labor es adelantar el trabajo y escudriñar el mercado para acertar antes que nadie. Hay una cosa clara y es que el dinero que tiene el Racing no da para muchas alegrías, pero aún puede dar para menos si se espera más de la cuenta.
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