

Música renacentista para el público más verde
El artista Eugenio Ampudia celebra en las Jardines de Pereda un concierto para plantas, de la mano del Centro Botín y la Universidad de Cantabria
Fernando, Rosa y Sebastián no se conocen, pero tienen algo en común. Han llegado a los Jardines de Pereda con una maceta entre sus ... manos. Cada uno la suya. Con ellas, se han acercado al rincón donde seis guitarristas esperaban el momento para comenzar a tocar. El público, en este recital, no eran las personas, sino las plantas. Sí, han leído bien. Más allá de concepciones de sostenibilidad, esta propuesta tiene una base artística. Es la propuesta del creador Eugenio Ampudia (Valladolid, 1958). Esta iniciativa del ha pasado por el Gran Teatre del Liceu de Barcelona, el Teatro Carlos III de El Escorial, el Teatro Sucre en Ecuador y la Estufa Fría de Lisboa. En Santander se ha desarrollado entre el azul y el verde de la bahía y los Jardines de Pereda. «Quiero que cada vez que hacemos algo sirva para ampliar las posibilidades de lo planteamos y dar nuevas perspectivas», señala Ampudia. Quiere conectar sus conocimientos con el resto de la gente y «crear líneas empáticas que podamos seguir todos». Y es que, señala, «tal como están las cosas o cambiamos la perspectiva, miramos desde otro lado y nos asociamos a las otras especies de una forma coherente y razonable o vamos al desastre, Para evitar llegar a ese punto sin retorno, Ampudia prefiere «probar nuevas posibilidades», como esta actividad performativa. «Primero miramos nosotros para que otros miren, o, al menos, quieran mirar». expone.
En semicírculo, la Agrupación de Guitarras del conservatorio Jesús de Monasterio tocó piezas de danza renacentistas y barrocas. «La música va más allá de lo que suena en un auditorio y en un entorno natural y privilegiado como este se puede crear algo mágico», dijo su directora, Natalia Díaz. No hubo altavoces ni micrófonos, solo sonido ambiente porque «las plantas estarán más a gusto así», explicó Ampudia, quien destacó, con el ejemplo de este «singular concierto», que la música «es un buen gancho para tratar de igual a igual a otros seres, estableciendo una relación interespecies».
Las obras de Ampudia, asentado en Madrid, se han expuesto a nivel internacional y ha recibido, entre otros, el Premio AECA al mejor artista español vivo representado en ARCO en dos ocasione. En este caso, su acción ha servido como broche al curso 'Actividades artísticas en la naturaleza para potenciar la creatividad', desarrollado por el Centro Botín en colaboración con la Universidad de Cantabria y sus Cursos de Verano. La codirectora del curso, Marina Pascual, detalló que, entre otros aspectos, en las sesiones han explorado las posibilidades de la naturaleza como elemento formativo; «Para educar tu cerebro tienes que tenerlo en tus manos». Así, el arte se convierte en un modo de imaginar.
Por las escaleras del Centro Botín descendió una larga fila de personas, participantes en el curso, cada una con un ejemplar de laurel de medio metro entre sus brazos que colocaron como oyentes de excepción en lugar preeminente. Con la música sonando, Ampudia se retiró a un segundo plano, detrás del centenar de personas que poco a poco y con la curiosidad como motor, se acercaron al sutil sonido de las guitarras. Entre el público, Gloria Pereda, Carmen Quijano o Manuela Alonso. A Oli se lo contó su hija, adelantando que le iba a llamar la atención, y así fue. La abuela de Cecilia, una de las guitarristas, fue de las primeras en llegar y celebró el buen tiempo, con un suave nordeste, acompañando esta «idea estupenda».
Con la sensación de haber visto algo diferente y participativo, se retiraron contentos y animando a que esta iniciativa se repita porque «Te vas con una planta totalmente diferente a la que trajiste».
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