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El cantautor Jorge Drexler pasa sus vacaciones en Cantabria, en pleno proceso de escritura. Daniel Pedriza

«Mi trabajo es encontrar ese algo inasible entre música y lenguaje»

El cantautor Jorge Drexler dialogó con el neurocientífico Xurxo Mariño en la clausura del curso sobre el reto de la divulgación de ciencia en español de la UIMP

Sábado, 12 de julio 2025, 02:00

«Soy todo aquello que no puedo llamar mío», entonó Jorge Drexler, a guitarra y voz, en una repleta aula Pedro Salinas, ante medio centenar de privilegiados. Su canción 'Madera de deriva' sonó poco después de que el neurocientífico Xurxo Mariño le regalase una madera de deriva real, recogida en la Illa D´Arousa. «Un ejemplo de construcción a base de interacción», entre material y mar. E interactuar fue una de las claves de la conversación que ambos mantuvieron, como clausura del curso 'La aventura de divulgar ciencia en español con éxito: claves y herramientas', desarrollado en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo por The Conversation.

En un círculo de miradas atentas, silencio respetuoso y sonrisas afables, ambos fueron desgranando, con complicidad y amplios conocimientos y referencias, ejemplos de los argumentos que iban exponiendo, coincidiendo o no, lanzándose preguntas. El rector, Carlos Andradas, escuchaba atento, lo mismo que el director del FIS, Cosme Marina, o la compañera de Drexler, Leonor Watling, como una alumna más. Así, en común, Mariño señaló que «necesitamos interaccionar con otros seres humanos para que emerja la noción de la individualidad», así como la «herramienta más importante en la construcción de nuestra mente: el lenguaje».

«Varias de mis canciones más importantes las he escrito a la luz de la mesilla de noche»

Jorge Drexler

Cantante y músico

«Necesitamos interactuar con otros seres humanos para que surja la noción de individualidad»

Xurxo Mariño

Neurocientífico

En un territorio más cercano, la mente es «como el sonido de una guitarra», según Mariño. El instrumento es el encéfalo y la música es la mente. «Y tú -le dijo ea Drexler- eres la prótesis necesaria para unir ambos, porque sin un músico, nada surgiría».

La duermevela del despertar, esa vigilia en la que uno está a medio camino del sueño puede ser un excelente estado creativo. «Me he ido dando cuenta de que es un momento fructífero para resolver problemas y se genera un buen chasis de canción«, relató Drexler. La estructura central de una composición. Su arquitectura básica. Más aún: «Lo que motiva que exista la canción». Una palabra, una melodía, una idea. «Varias de mis canciones importantes las he escrito con la luz de la mesilla de noche», dijo. Antes con cuaderno y lápiz, ahora en el móvil.

Y sobre otro antes y ahora: la idea tradicional de la neurociencia, de la medicina, de las ciencias cognitivas, que se ha desarrollado a lo largo del siglo XX, es que la mente surge a partir de un encéfalo en funcionamiento. «A la manera en que un horno produce calor, nuestro encéfalo produciría la mente, como la digestión». Esa visión está «completamente desmoronada», destacó el científico gallego, profesor del Departamento de Fisioterapia, Medicina y Ciencias Biomédicas de la Universidad de A Coruña e investigador en el Grupo de Neurociencia y Control Motor de la misma universidad.

La noche previa al curso, Drexler, que está en pleno proceso de escritura, mientras pasa las vacaciones en su Cantabria- estuvo leyendo el libro de Hellen Keller -'El mundo en el que vivo'-una niña sordociega que pasó aislada siete años, hasta que Anne Sullivan, una profesora también ciega se cruzó en su camino y diseñaron un sistema de comunicación. Keller se convirtió en escritora, oradora y activista. «¿Cómo puede ser la mente de una persona sin lenguaje», se preguntaba.

Para el uruguayo, que se define «no como poeta, ni músico» sino como «cancionista», la guitarra y el lenguaje son herramientas de las que no puede prescindir, con las que expande su mente en el día a día. «La música es un sistema propio de tensión y resolución que genera un cosmos propio, transmite algo que nadie sabe qué es» y cambia en cada cultura. «Mi trabajo es encontrar ese algo inasible entre música y lenguaje», dijo.

A juicio del cancionista, hay músicos, como el brasileño Joao Gilberto, que desde que empezó «hace discos todos muy parecidos con el mismo toque de guitarra, inclusive con el mismo repertorio que vuelve a grabar una y otra vez y yo no le pido que cambie, al contrario, él va profundizando en un mismo tema hasta el punto de que es como una especie de submarinista que entra hasta las profundidades de una misma cosa». Otros, como David Bowie, «mutan de disco en disco», y lo que une le pide «es justo que haga no como un submarinista, sino como un surfista, que recorre la superficie, cuanto más amplio mejor y le traiga más elementos».

Para Mariño, «el trabajo de artista consiste en implantar parte de su mente en otras personas». El ejercicio se llevó a la práctica con 'Al otro lado del río', la composición que le valió a Drexler el Oscar a Mejor Canción Original en 2004, y el Grammy Latino a Canción del Año. Sin acompañamiento, la cantó para los presentes, que participaron en algunas estrofas de la misma. «Soy mucho menos de lo sé que lo que siento», dice en 'Madera de deriva'. Para todos los que tuvieron ocasión de compartir la sesión, conocimiento y emociones se dieron la mano.

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