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Manuel Pimentel intervendrá el próximo viernes en el Foro Económico de El Diario
"Siempre es mejor un acuerdo que la simple aplicación de una ley"

"Siempre es mejor un acuerdo que la simple aplicación de una ley"

Escritor, consultor y exministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Manuel Pimentel considera que "técnicamente la gran recesión quedó atrás, aunque no sus devastadoras consecuencias como el alto paro o la gran deuda pública y privada"

Isabel Arozamena

Lunes, 13 de marzo 2017, 18:29

Es un experto en mediación, por ello asegura que, en el conflicto tan actual de los estibadores, "siempre es mejor un acuerdo que la simple aplicación de una ley". Manuel Pimentel participará en el Foro Económico de El Diario Montañés el próximo viernes, 17 de marzo, con la conferencia 'Economía, empleo y política en la España de hoy' en una cita que comenzará a las 9.30 horas en el hotel Bahía. El exministro popular ha hecho en política lo que muy pocos, dimitir. Dejó su cargo como ministro con Aznar al asumir la responsabilidad política por un escándalo de fondos públicos que salpicó a un alto cargo de su departamento y luego abandonó el PP por su rechazo a la guerra de Irak. Pimentel asegura que no volverá a la política activa aunque guarda un buen recuerdo de aquellos años. Una de sus pasiones es la literatura, ya que además de escritor es editor de la editorial andaluza Almuzara.

Usted ha participado como negociador en varios conflictos, entre ellos el de los controladores aéreos. ¿Ve una salida al que mantienen actualmente los estibadores por la reestructuración que quiere hacer el Gobierno en cumplimiento de una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea?

De la política a la literatura

  • perfil

  • Nacido en Sevilla en agosto de 1961, Manuel Pimentel es un hombre polifacético. Ingeniero Agrónomo, es licenciado en Derecho y diplomado en Alta Dirección de Empresas.

  • Fue diputado en el Parlamento andaluz además de secretario general de Empleo y ministro de Trabajo y Asuntos Sociales.

  • En 2003 causó baja como militante del PP. En 2004 fundó el colectivo Foro Andaluz, del que se desvinculó poco después. Se dedica a la resolución de conflictos y es editor. Ha escrito libros de novela y ensayo y presenta Arqueomanía en TVE2.

-Existen evidentes parecidos, pero también diferencias sensibles. En el caso de los estibadores, el Gobierno está obligado por una sentencia que hay que cumplir. Creo que es posible conseguir la libertad de contratación y competencia en el puerto, que establece el fallo, y una especial atención a los estibadores actuales. Espero que se alcance un acuerdo. En caso contrario, el Ejecutivo debería seguir adelante con su proyecto. Otro asunto es que la oposición no le convalide el decreto ley en el Congreso, lo que sería una irresponsabilidad.

¿Cuáles son las claves para que este tipo de conflictos de colectivos muy influyentes se puedan cerrar con éxito?

En este caso existen algunos mimbres sólidos. Una patronal experimentada, un sindicato representativo y un Gobierno que, a pesar de tener un imperativo legal, apuesta por el diálogo. Hay que pedirle voluntad a las partes, y siempre es mejor un acuerdo que la simple aplicación de una ley, por más razonable y obligada que sea.

Fue ministro de Trabajo y Asuntos Sociales sólo un año, de enero de 1999 a febrero de 2000. ¿Salió desencantado de la política?

Para mí la política fue una experiencia muy grata, de la que guardo un recuerdo agradecido. El paso por la política te enriquece como persona y te aporta una visión mucho más amplia de la España compleja y hermosa que habitamos.

Luego hizo un giro de 180 grados al mundo editorial. ¿Cómo se da ese salto?

Me gusta la empresa, me gustan los libros, por lo que de manera natural me hice editor. Un editor debe tener alma de poeta y entrañas de mercader de libros.

"Cantabria podría ser el centro logístico del norte"

  • El exministro de Trabajo cree que Cantabria tiene un gran potencial para poder liderar el desarrollo económico de España. "El principal recurso económico de cualquier territorio es el talento y la iniciativa de sus gentes". Por tanto, Cantabria "será lo que quieran, y puedan, los cántabros".

  • Considera que Santander "tiene un puerto muy activo en el tráfico de vehículos, Torrelavega y el arco de la bahía cuentan con tradición industrial" y Comillas "tiene la universidad que podría ser centro internacional de aprendizaje de español".

  • Todo ello hace que Cantabría "podría ser el centro logístico del norte" por su relación con Castilla. Además, "es la sede del uno de los mayores bancos del mundo. En fin tiene enormes posibilidades, dependerá del éxito y de la visión de sus empresas".

¿Hay alguna posibilidad, aunque sea lejana, de que vuelva a la primera línea de lo público?

Me interesa la política, la sigo, participo en foros, escribo artículos, edito libros, pero no volveré a la política activa. Fue bonito mientras duró y ahora tengo otros retos muy estimulantes en el camino de mi vida.

¿Tiene algún plan que pueda sorprendernos como cuando protagonizó, en 2015, una campaña de Ikea en la que actuaba de mediador frente a una pareja que tenía problemas de espacio en su armario?

Ojalá sea capaz de escribir libros sabios y hermosos.

Su responsabilidad al frente del Ministerio de Trabajo fue antes de la crisis. ¿Cómo ve ahora la situación económica? ¿Está ya la crisis totalmente superada en España?

Este año 2017 será el tercero de crecimiento sólido. Técnicamente la gran recesión quedó atrás, aunque no sus devastadoras consecuencias como el alto paro o la gran deuda pública y privada. A corto plazo, soy optimista para nuestra economía. Creceremos más del 2,5% este año y la gente comenzará a creerse que lo de la recuperación es cierto.

Uno de los problemas más graves en España es la falta de trabajo. ¿Cuáles son las claves para reducir el paro que todavía es elevado?

La única solución es que las empresas creen empleo y para ello es necesario crear condiciones para favorecer la actividad económica, las vocaciones empresariales y la innovación. Aún nos queda mucho camino por andar y la revolución tecnológica y la economía digital pueden ser una gran oportunidad para el talento español.

¿Qué medidas hay que tomar para garantizar la prestación de las pensiones en un futuro?

Es uno de los grandes temas que tendremos que abordar. El sistema actual se irá tensionando a medida que el imperativo demográfico desequilibre sus cuentas. Dado que no se deben subir las cotizaciones sociales a las empresas, ya que son de las más altas de Europa, sólo queda la vía de más empleo, ajustes en el gasto y, sobre todo, participación de los ingresos generales del Estado para que no sean financiadas en exclusiva sobre impuestos al trabajo. Otra posibilidad, con muchas dudas todavía, serán los impuestos a los robots. Tenemos instrumentos para trabajar sobre las pensiones; las cobraremos a buen seguro cuando nos jubilemos.

Según el CIS, los españoles sitúan la corrupción como el principal problema. Usted fue ejemplo de honestidad al dimitir como ministro por un asunto en el que no estaba directamente implicado. ¿Cree que hacen falta más gestos de este tipo?

No soy ejemplo de nada, Dios me libre. Es cierto que ha existido corrupción, pero también que ahora hay una mayor sensibilidad de la sociedad en el tema, de los políticos y de las leyes. Creo que ya estamos mejorando.

¿Qué está ocurriendo con los partidos políticos? El PSOE y Podemos están inmersos en luchas internas y en Cantabria, el PP está viviendo una profunda división entre las dos fracciones lideradas por el presidente popular, Ignacio Diego, y la secretaria general, María José Sáenz de Buruaga.

Respeto la vida interna de los partidos. Vivimos tiempos de inestabilidad como consecuencia de la crisis brutal que hemos padecido. Iremos a elecciones pronto y creo que conseguiremos mejorar la estabilidad si la economía sigue creciendo.

Y el asunto independentista de Cataluña. ¿Cómo lo ve?

Es un tema de máxima gravedad. Yo, como español, no puedo permitir que nadie me quite mi derecho a decidir sobre mi país, España, como pretenden de manera antidemocrática algunos grupos independentistas. No puede ocurrir. Estoy seguro de que el Estado actuará contra la sedición. A eso hay que añadir el disparate que enseñan a los niños en el colegio y demás despropósitos que hemos tolerado por falta de vigor democrático. Esto no ocurriría en ningún otro país europeo. Creo que, democráticamente, deberíamos decir que hasta aquí ha llegado la broma.

En asuntos literarios. ¿En qué está ahora?

Termino una novela sobre megalitismo y un ensayo sobre la fuerza del lenguaje en la negociación.

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