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Reyes González del Río, María Victoria Campo, Juan Carlos Saavedra y Francisco Calderón. Javier Cotera
El 54% de las pensiones de Cantabria no supera la barrera de los 1.000 euros al mes

El 54% de las pensiones de Cantabria no supera la barrera de los 1.000 euros al mes

La movilización del pasado jueves pone de relieve el malestar de un colectivo que ha perdido un 3,62% de poder adquisitivo en un lustro

Jesús Lastra

Santander

Domingo, 4 de marzo 2018, 08:15

Un colectivo generalmente identificado como tranquilo y conservador, la llave que abre y cierra la puerta de las victorias electorales, se ha echado a la calle. Los pensionistas están hartos de un sistema en el que ven cómo su nivel de vida no transcurre paralelo a la evolución de los precios después de décadas de cotización a la Seguridad Social. La solidaridad intergeneracional, dicen, esto es, que los jóvenes garanticen el sustento de los ya retirados, empieza a flaquear ante la precariedad actual del mercado laboral. El jueves más de un millar de personas se manifestó en Santander para decir basta y reclamar soluciones. Un grito de enojo engordado al calor de una realidad que aportan las frías estadísticas. En Cantabria, al cierre de 2017, el 54,11% de las 139.451 pensiones registradas no llegaba a los 1.000 euros al mes, según los datos del Ministerio de Empleo y la Seguridad Social ofrecidos por el sindicato UGT.

La Comunidad totalizaba a finales del ejercicio pasado 125.635 beneficiarios -menos que prestaciones ya que hay ciudadanos que acumulan más de una-, que desde 2013 han perdido un 3,62% de poder adquisitivo en relación al Índice de Precios sobre el Consumo (IPC). En ese año el Gobierno dirigido por Mariano Rajoy decretó una reforma que, entre otras consecuencias, implicaba que las pensiones se actualizaban según el denominado Índice de Revalorización para garantizar la viabilidad económica del sistema de la Seguridad Social. El Ejecutivo puso un límite mínimo de revalorización, el 0,25% que se ha aplicado desde entonces; y uno máximo, IPC+0,5%, que no se ha llegado a implementar. Este suelo en la mejora de las retribuciones es el que el Ministerio contempla mientras haya déficit en la Seguridad Social y el que ha llevado a manifestarse a miles de personas en toda España, en una campaña que tendrá continuidad en las próximas semanas. Todo ello en busca, al menos, de una equivalencia con la evolución del coste de la vida.

Las cifras

  • 139.451 pensiones presentaba Cantabria al cierre de 2017; 74.453 no llegan a 1.000 euros.

  • 125.635 pensionistas tiene Cantabria –59.825 mujeres y 65.810 hombres– a 31 de diciembre.

  • 24.549 prestaciones no rebasan los 684 euros al mes, esto es, el umbral de exclusión social.

  • 973,96 euros suma la pensión media de Cantabria al cierre de año; 926,87 en España.

  • 135,8 millones es la factura mensual que paga la Seguridad Social en Cantabria en pensiones.

  • 56,8 millones ha crecido la factura mensual desde los 79,3 millones de 2005, un 71,2% más.

El desglose por ayudas viene a poner negro sobre blanco el enfado de la tercera edad. Así, a la conclusión del año pasado, 24.549 casos, el 17,6% del total de transferencias, no rebasaba los 684 euros, cuantía mensual que marca el umbral de pobreza y exclusión social. De ellas, 18.611 eran pensiones de viudedad y 4.556 de orfandad, como volúmenes más destacados.

«En 12 años me han subido once euros la pensión»

A sus 75 años, Reyes González del Río no esconde el enfado que siente al ver cómo evoluciona el actual sistema de pensiones. Jubilada hace 12 años tras trabajar 45 en una agencia de aduanas, critica que en este tiempo «me han subido la pensión once euros».

Pero su indignación va más allá. «He cotizado no tanto para mi pensión, sino para pagar la pensión de otros. Ahora los sueldos son una miseria y no nacen niños, pues que piensen soluciones», sostiene.

Además, reprueba que «hemos pagado nuestros impuestos durante nuestra vida laboral y ahora con la pensión nos siguen reteniendo, no es justo», apunta, para recalcar que «no es de recibo que haya personas que cobran 600 euros de pensión. Encima se ríen de la gente mandando la carta con el incremento del 0,25%». ¿Ahorrar? «Me lo gasto todo. La vida está carísima y a mi edad ya no tengo que ahorrar».

A los 707,6 euros, esto es, al Salario Mínimo Profesional (SMI), llegan el 19,57% de las prestaciones, un total de 27.294. Hasta 800 euros alcanzan 64.843, el 46,5%; y hasta 1.000 euros 75.453, el mencionado 54,11%. En este caso, 26.036 corresponden a ingresos por jubilación. Las pensiones que mejoran la mencionada barrera mileurista cuantifican 63.998, el 45,98%, de las cuales 58.509 se refieren al retiro de la vida laboral.

Pero hay más. Aunque la cifra media de las pensiones ha ido aumentando desde 2005 al crecer de 635,68 euros a los 973,96 del ejercicio recién acabado, siempre por encima de la media de España, que arrancó el citado periodo en 611,6 euros y lo concluyó en 926,87, parece evidente que la actual pirámide demográfica no da de sí para sostener el modelo imperante.

«Los planes privados son un horror»

María Victoria Campo cuenta 74 primaveras y lleva 14 jubilada de su trabajo en la Residencia Cantabria. Con una pensión próxima a los 1.500 euros admite que «viendo gente de la calle te consideras privilegiada. No gasto todo mi dinero, ni debo, por una cuestión de ética», razona.

Campo salió el jueves a manifestarse «por necesidad, para defender un sistema público de pensiones. Los planes privados son un horror. Yo lo retiré antes de tiempo al jubilarme con 60 años y me penalizaron. Mejor lo hubiera tenido en una caja», manifiesta.

Además, afea el rumbo de un país donde el talento se ve obligado a hacer las maletas. «Mi hija está en Francia desde hace 13 años. Ha pasado por infinidad de trabajos y ahora tiene una buena posición. Allí le han dado la oportunidad cuando aquí no. Ahora está haciendo los trámites para la doble nacionalidad», dice.

Como dato, Cantabria ha pasado de una nómina mensual en pensiones con cargo a la Seguridad Social de 79,3 millones al término de 2005 a los 135,8 del pasado diciembre. Un incremento del 71,2% que se traduce en una diferencia en la factura mensual de 56,8 millones. El aumento de los costes sociales entronca, principalmente, con que en la actualidad hay un mayor número de pensionistas y por el incremento de la esperanza de vida. Por contra, los nuevos trabajadores y cotizantes del sistema no efectúan unas aportaciones suficientes para sufragar las demandas de hoy en día. Como lamentan los sindicatos, con un número de empleados similar al de 2008, los ingresos en la Seguridad Social distan mucho de los de hace una década, lo cual atribuyen a la reforma laboral y la consiguiente merma de salarios y derechos de los trabajadores.

¿Soluciones?

Cómo dar la vuelta a la presente coyuntura y blindar uno de los pilares del Estado del Bienestar ante las presiones desde diversos ámbitos alabando las bonanzas de los planes privados para garantizar el retiro. La pregunta del millón según los propios afectados.

Los sindicatos, con todo, ponen sobre la mesa algunas recetas. La primera, mayor control e inspecciones para minimizar la economía sumergida, lo que permitiría al erario público embolsarse decenas de miles de millones que actualmente escapan a la supervisión del fisco.

«Hay situaciones que son insostenibles»

Se define como un recién llegado al colectivo de pensionistas después de 40 años como funcionario de Correos. Juan Carlos Saavedra reconoce que la situación está «mal, más si cabe cuando ves que la pensión no da para vivir a tenor de la cantidad de prestaciones que no llegan a un mínimo vital», arranca.

Saavedra participó el año pasado en la marcha por las pensiones para reivindicar un sistema justo y sostenible. «En la Rioja se nos acercó una mujer que tenía una pensión de 550 euros y a su marido inválido en la cama; aún con todo quiso invitarnos a comer. Hay situaciones que son insostenibles y por las que debemos movilizarnos todos», argumenta.

Como corolario, un temor para años venideros en que el poder adquisitivo sigue cayendo. «A este rimo no se si mi pensión va a dar para poder sustentarnos mi mujer y yo. Es nuestro mayor miedo ahora mismo», afirma.

Ya en la propia esfera de las cotizaciones, vuelve a emerger el debate sobre eliminar el tope a las bases máximas de cotización, así como elevar las bases mínimas en correspondencia a la tendencia alcista que ha sufrido, y prevé volver a disfrutar, el SMI.

Como complemento, la creación de puestos de trabajo estables y bien retribuidos, así como una mayor aportación por parte de las empresas. Mientras tanto, el Gobierno central sigue estudiando posibles fórmulas para rebajar el malestar de los pensionistas, un 'bastión' fiel al Partido Popular que se ha hartado de ser no el pagano de la crisis, sino una de las víctimas del nuevo paisaje que ha dejado la recesión económica pasada.

«Es una cuestión de solidaridad obrera»

Jubilado hace dos años con un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de Telefónica, admite que su situación es más holgada que la de la media, pero «desde los 15 años he participado en reivindicaciones sociales».

Ahora, sostiene, «se trata de una cuestión de solidaridad obrera para protestar y cambiar la situación que viven la mayoría de pensionistas», añade.

Calderón cree que ha llegado el momento de dar la vuelta al escenario actual. «Como no consigamos regular las pensiones vamos a tener un problema. Tiene que haber un cambio sí o sí», manifiesta, para recordar que la brecha entre ricos y pobres cada vez es más profunda.

Como remedio, pone énfasis en que «los ciudadanos también tenemos una responsabilidad y un poder cada cuatro años a la hora de votar. Si no se mejora el sistema de pensiones tendremos que actuar en consecuencia», advierte.

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