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¿El paro que viene?

¿El paro que viene?

Anuncios de venta, reducciones de plantillas, procesos de liquidación... Los problemas en muchas empresas de Cantabria se acumulan cuando está a punto de cumplirse el primer año de gobierno PRC-PSOE

Pilar Chato

Jueves, 19 de mayo 2016, 07:11

A punto de cumplirse el primer año del Gobierno PRC-PSOE las encrucijadas empresariales se mantienen y multiplican, con empresas en venta, nuevos ERE y muchas incógnitas sobre el futuro de algunas de las grandes firmas de la comunidad. Es el caso de Sniace, que en pleno proceso de ampliación de capital sigue pendiente de su reapertura, o de Greyco, Funditubo, Altadis, Sidenor, Tina Menor o Robert Bosch. Todos tienen abiertos varios frentes con más o menos incertidumbres para sus plantillas. Sin olvidar la situación de Ecomasa que ha saltado de la arena empresarial cerró sus puertas en febrero- a la parlamentaria, con una comisión de investigación en marcha, o el futuro de los empleados del Santander y Liberbank pendientes de importantes ajustes.

La empresa Saint Gobain, con 200 trabajadores en plantilla, está afectada por un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que implica el despido de 3 trabajadores de más de 50 años, lo que ha provocado las protestas por tratarse de perfiles de difícil recolocación. La plantilla ha protagonizado en los últimos días paros y concentraciones. Exigen que la empresa tenga en cuenta a los trabajadores a la hora de otros posibles ajustes.

El ERE responde a la situación de pérdidas en la que se encuentra la compañía ante el descenso de la producción de tuberías debido, principalmente, a la competencia de India y China. Una competencia disparada por la diferencia de costes, que los trabajadores atribuyen a la menor calidad del producto, los escasos requisitos medioambientales de los países emergentes y a la subvención del coste energético a la industria.

Greyco, la fundición de San Felices de Buelna, lleva casi ocho años peleando por su supervivencia. Ahora depende de una nueva venta que evite la liquidación definitiva de la compañía y el despido de sus 53 trabajadores.

Hace ocho años fue adquirida por Frenos Iruña, una firma navarra que tenía a la cántabra como proveedora y que invirtió unos dos millones de euros para tratar de reflotarla. Pero tras varios ERE temporales, Greyco volvió a entrar en concurso de acreedores y terminó con la plantilla en la calle

Ahora está pendiente de dos opciones. Por un lado Fundiciones Cántabras San Felices (Fucansa), una sociedad creada entre los trabajadores y los técnicos, que han aportado el estudio y el plan de viabilidad de la compañía con el apoyo de Sodercán. La empresa pública está ayudando en la búsqueda de un socio que aportaría al menos los 750.000 euros necesarios para arrancar la producción. A esa cantidad se añadirían otros 750.000 euros de un crédito participativo de Sodercán.

Esta posibilidad, que mantendría a Fucansa como actor de la puesta en marcha de Greyco, es la preferida por los trabajadores por cuanto se mantendrían los compromisos firmados con la plantilla

La segunda opción es la entrada del Grupo Vela en la operación mediante la compra de la sociedad Fucansa y la inversión inicial de un millón de euros, que también estaría acompañada en ese momento por un crédito participativo de Sodercán por la misma cantidad. Al parecer, y tras algunos desencuentros, Vela podría disponer ya del crédito necesario para abordar esta operación y hacerla efectiva en las próximas horas, sin embargo esta misma expectativa ya se ha frustrado en anteriores ocasiones.

La situación de la planta de Altadis en Entrambasaguas, está directamente vinculada al cierre total de la planta que la empresa cigarrera tiene en La Rioja con 466 trabajadores. De estos 204 de ellos se prejubilarán, y el resto será recolocado en otras plantas de la sociedad, entre ellas la de Cantabria.

Para abrirle hueco a los riojanos, en Cantabria se van a sustanciar 139 prejubilaciones, si bien el acuerdo final firmado con los sindicatos en La Rioja implica también el despido de los más de 30 empleados eventuales que había en la planta de Entrambasaguas. La mayoría llevaban prestando sus servicios entre l5 y 7 años, y consideran que su situación ha sido olvidada tanto por la empresa como por los sindicatos mayoritarios que han negociado el cierre de la factoría riojana.

Esta es la historia de una venta de ida y vuelta de un gran grupo empresarial que tiene una planta en Reinosa con algo más de 700 empleados. Se trata de una factoría histórica que anteriormente se llamó Sociedad Española de Construcción Naval (creada en 1918), y Forjas y Aceros (desde 1981).

La compañía está en venta desde octubre y ha tenido varias opciones de compra que han fracasado. Es el caso de un grupo de empresas vascas, ligadas al sector auxiliar del automóvil y a la siderurgia, que intentaron hacerse con el control de la compañía sin éxito. Desde el primer momento, esta iniciativa local contó con el respaldo decidido del Gobierno vasco, preocupado por el futuro de la empresa y el temor de ajustes de personal ya que la compañía a pesar de atravesar un buen momento de demanda el 80% de su producción está destinada al sector del automóvil, que vive una época floreciente en Europa tiene unos márgenes de beneficio más bien limitados.

Otro de los candidatos que también han fracasado en el intento es un grupo industrial sueco. Y también se sabe que en la puja permanecen algunos fondos de inversión extranjeros. El proceso, aparentemente, está en su recta final. Sin embargo, de la operación de venta de Sidenor apenas se conocen detalles. El proceso está liderado por la división de "merchant bank" del Banco Santander, que ha recibido el encargo por parte de Gerdau de facilitar la venta. También fue el Santander quien gestionó en su día la venta de Sidenor a Gerdau. Es algo así como "yo te la compré, ahorame la vendes".

Detrás de la venta está la crisis económica que ha llegado a Brasil con síntomas similares a los que provocaron en 2008 la recesión en Europa. En el caso brasileño, además, se suma la crisis institucional que se traduce en menos capacidad para actuar de forma decidida en la economía nacional.

El 9 de junio de 2015 se conoció que multinacional alemana ponía en venta trece fábricas en todo el mundo, entre ellas la ubicada en Treto (Bárcena de Cicero) que tiene 700 empleados. La operación se produce en el marco de una reestructuración que afecta a su división mundial de motores de arranque y alternadores. Un año después no han trascendido casi noticias sobre la situación de esa operación. En abril se produjo una reunión extraordinaria del Comité Ejecutivo Europeo de Robert Bosch y las plantas de SG en Europa para explicar las gestiones que se están realizando en ese país para la posible venta o la llegada de un socio, entre ellas la creación de una fundación para una nueva compañía que surgirá de la segregación.

A pesar de estas intenciones de venta, Bosch confirmó el pasado año los proyectos para la realización de alternadores de nueva generación en la fábrica de Treto, lo que supondrá una inversión de dos millones de euros, y anunció que hay intención de aumentar la producción en la factoría cántabra para 2017.

La fábrica de Treto, antigua Femsa, pasó a formar parte del grupo Robert Bosch en 1978 y en 1995 se transformó en una sociedad jurídicamente autónoma. En 2006 se incorporó a la división de motores de arranque y alternadores. La planta produce cinco millones de unidades anuales que se distribuyen en 30 países, y se ubica en una parcela de 265.500 metros cuadrados. Es una de las fábricas punteras del grupo en España y desde 2007 es líder en la fabricación de los alternadores Midline y Efficiency Line.

La empresa de acuicultura Tinamenor S.L., ubicada en Pesúes (Val de San Vicente), se encuentra en fase de liquidación. De seguir adelante podría llevar al desempleo a 79 personas, 44 trabajadores directos, más eventuales e indirectos. El grupo empresarial aduce unas pérdidas en los últimos seis ejercicios de 9,8 millones de euros y la falta de apoyos tanto de la administración estatal como regional.

La empresa, que tiene su sede social en Pesués, fue fundada en el año 1973 y es una de las sociedades líderes en el sector de la acuicultura en España. En la región hay 44 empleos directos y 148 entre Cantabria, Canarias y en sus 5 compañías operativas. El concurso de acreedores se presentó en julio de 2015 y el pasado 28 de abril la empresa pidió la liquidación.

A principios de año, Comforsa, propietaria de Forjas de Cantabria confirmó su intención de vender la factoría de estampación campurriana. En mayo Conformsa (participada en un 98% por Avança, el holding industrial de la Generalitat, y en un 2% por la empresa pública cántabra Sodercán) anunció un acuerdo inicial con Sodercán para vender la empresa por un euro. De esta forma, la propiedad pasaría un grupo de técnicos y trabajadores cántabros (la plantilla está formada por 22 personas) que también contarían con uno o varios inversores.

Forjas de Cantabria ocupa desde 1966 , un antiguo taller de Gerdau, de 21.000 metros cuadrados, y estampa en caliente cigüeñales y ejes delanteros para vehículos pesados en aceros al carbono.

Talleres Martínez, empresa ubicada en Guarnizo (Astillero) dedicada al sector de la automoción, está pendiente de evitar el cierre y el despido de sus 37 trabajadores. Todo ello depende de si Liberbank, uno de sus acreedores, no rebaja su pretensión de cobrar el 100% de la deuda. La empresa entró en concurso de acreedores el 30 de septiembre de 2014 y desde octubre de 2015 se encuentra en fase de liquidación.

Varias empresas presentaron ofertas por la empresa, si bien en ninguna se prevé cubrir el 100% de la deuda con Liberbank, que es de 2,7 millones, más otros 300.000 en intereses, lo que suman tres millones.

Aun así, Talleres Martínez sigue vivo. La firma no ha dejado de trabajar ni de producir y la administradora concursal ha apostado por adjudicar la compañía al Grupo Gomur, como al final aprobó el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Santander el 3 de marzo. Así, y a pesar de que se ha presentado el ERE de extinción, están pendientes de que se puedan lograr acuerdos para superar los obstáculos legales: dos recursos de reposición contra la venta a Gomur que han interpuesto Liberbank y la Tesorería General de la Seguridad Socia. Durante los 18 meses que llevan en concurso de acreedores se ha logrado ir pagando las deudas posteriores e incluso se ha generado tesorería con la actividad que se realiza tanto para el sector de automoción como para el mecanizado de precisión de piezas.

Ecomasa (Nestor Martin) cerró en febrero de 2016 tras una larga pelea de trabajadores y de la propia Administración regional. De hecho, la fábrica de estufas de Maliaño habría recibido en cuatro años unos 21 millones de euros enterrados no se sabe dónde. De ellos, 18 procedieron de las arcas públicas y 3,2 millones, de los trabajadores que aportaron sus indemnizaciones tras ser despedidos de Teka a cambio de los nuevos empleos.

Sería una historia cerrada sino fuera porque la firma ha saltado de la arena empresarial a la política al ser objeto de una comisión de investigación en el Parlamento regional, que debe dilucidar el destino real de esos 21 millones. Y en medio, una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria (TSJC) que declara improcedentes los primeros 42 despidos, que figuraban en el plan laboral para la viabilidad.

Por ironías del destino, las extinciones de los contratos en febrero coincidieron en el tiempo con el aniversario de la apertura de la planta de Maliaño el 1 de febrero de 2013. Entonces se presentó como la solución al centenar de despidos de Teka.

Y a la situación de la industria habría que sumar el proceso en el que se han visto inmersas las entidades bancarias. El Santander ha anunciado el cierre de unas 450 oficinas en toda España, unos 1.200 empleos en total, de los que no se ha cuantificado cuántos afectarían a Cantabria. Liberbank también está inmerso en un proceso de ajustes de plantilla que afecta 979 empleados en total, 184 de ellos en Cantabria, lo que supone un 35% del total de empleados de la entidad en la región.

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