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Respiro financiero para la Cámara de Comercio de Cantabria. Las últimas reestructuraciones han permitido la finalización del ERTE (expediente re regulación temporal de empleo) que afectaba a toda su plantilla y que había reducido al 50% el horario de trabajo. Desde el pasado uno ... de enero, trece trabajadores han vuelto a sus puestos a jornada completa. Aunque el ERTE afectaba a 18 trabajadores, la plantilla finalmente ha quedado en trece empleados.
Fuentes de la Cámara de Comercio que preside Modesto Piñeiro informaron a este periódico que el organismo intenta «volver a la normalidad» y los peores momentos financieros han pasado con las últimas reestructuraciones. De forma paralela siguen los planes para la venta del céntrico edificio de la plaza Porticada.
Se está analizando una de las ofertas presentadas que es la que se considera más interesante de las dos finalistas, aunque todavía no se ha tomado ninguna decisión al respecto. El inmueble, de 2.550 metros cuadrados en seis plantas, está infrautilizado por lo que en octubre de 2016 la Cámara puso en marcha un plan para sanear la entidad, muy afectada económicamente después de la eliminación de las cuotas obligatorias.
Si finalmente se materializa la venta próximamente, la entidad deberá decidir dónde mantiene su sede. Las dos opciones son permanecer de alquiler en el céntrico inmueble santanderino o bien buscar otra localización. En la larga agonía de la crisis que vive actualmente no solo la Cámara de Comercio de Cantabria, sino su homóloga de Torrelavega y otras del resto de España, tiene mucho que ver la Ley de Cámaras de 2014, que tantas expectativas creó y que estaba llamada a ser el instrumento para la consolidación y relanzamiento de estas entidades.
En lugar de ello se quedó a medio camino al seguirlas considerando corporaciones de derecho público colaboradoras de la Administración pero evitando el recurso cameral que se cobraba a las empresas mediante una cuota anual que se cobró hasta 2010.
De las seis plantas del edificio, de entre 223 y 461 metros cuadrados cada una, se utilizaban tres más el salón de actos de modo ocasional cuando se decidió buscar comprador.
El colapso financiero llevó a la Cámara de Comercio a anunciar en febrero del pasado año la presentación de un ERTE para la totalidad de la plantilla. La decisión se tomó tras los retrasos en el pago de las nóminas de los empleados. El periodo de vigencia del ajuste laboral era de seis meses que concluyó el 31 de diciembre pasado y que no ha sido necesario prorrogar. En 2016 la plantilla llegó a ser de una treintena de personas. Al año siguiente bajó a 21.
Entre las dificultades que se han producido para la venta del inmueble, y que están retrasando la operación, está la incertidumbre generada por la anulación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Santander. Así el planeamiento actualmente vigente es más restrictivo, aunque permite tener usos terciarios como son el comercio y servicios en parte del edificio. Se podrían simultanear en las plantas bajas con los usos oficiales de la Cámara de Comercio si al final la entidad se mantiene en el inmueble como inquilino.
En junio de 2017, el Gobierno de Cantabria otorgó una subvención de 125.000 para la realización de actividades de asesoramiento a empresas y comercios. Ya en diciembre de 2016, los presidentes de las Cámaras de Cantabria y Torrelavega, Modesto Piñeiro, y Antonio Fernández Rincón, respectivamente, lanzaron un SOS al reclamar una normativa autonómica que facilite financiación y viabilidad a estas entidades.
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