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Mercedes Gallego / AGENCIAS
Lunes, 21 de marzo 2016, 02:17
"El destino de Cuba lo decidirán los cubanos". Barack Obama ha realizado esta declaración en presencia de Raúl Castro en La Habana, aunque ha advertido de que EE UU seguirá presionando a favor de la democracia en la isla y del respeto ... de los derechos humanos universales, como la libertad de expresión, de asamblea y de culto religioso.
El presidente de EE UU ha admitido "carencias" en el ejercicio de los derechos humanos en su país, apuntadas en su intervención por Raúl Castro, y ha agradecido a su homólogo "ese diálogo constructivo" a medida que los dos países avanzan en la "construcción de una nueva relación". "Creemos que cuando compartimos nuestras más profundas creencias e ideas al respecto, sobre la base del respeto mutuo, los dos países podemos aprender y mejorar la vida de nuestros pueblos", ha subrayado Obama.
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Según ha contado, en su primer encuentro en la Cumbre de las Américas en Panamá, en abril de 2015, Castro le garantizó que podrían hablar de "cualquier tema" y ahora "todos los temas están sobre la mesa". "Parte de normalizar nuestras relaciones significa poder discutir directamente sobre nuestras diferencias y por eso estamos satisfechos con el diálogo sobre Derechos Humanos que iniciamos en el último año", ha indicado Obama.
El presidente cubano por su parte ha negado que existan "presos políticos" en la lista y ha afirmado que, "si los hay", liberará a todos ellos "antes de que llegue la noche". Un periodista ha preguntado al mandatario cubano por la existencia de presos políticos, a lo que Castro ha respondido de forma contundente: "¿Qué presos políticos?". "Dame la lista ahora mismo para soltarlos", ha instado. "Si hay presos políticos, antes de que llegue la noche estarán sueltos".
El presidente de Cuba ha afirmado en otro momento de la comparecencia que "no es correcto" preguntar por los "presos políticos" y ha defendido también el respeto de libertades y derechos en la isla. "¿Cuántos países cumplen los 61 derechos humanos y civiles?", ha planteado, para acto seguido contestar que "ninguno". Cuba, ha explicado, "cumple 47". "Habrá otros que cumplan más y muchos que cumplan menos", ha añadido, en un alegato en el que ha llamado a "no politizar el tema de los Derechos Humanos". En este sentido, ha expuesto el acceso a la sanidad o a la educación y la igualdad salarial entre hombres y mujeres como ejemplo del progreso cubano.
Fin del embargo y Guantánamo
Castro ha querido agradecer el apoyo de Obama a la hora de poner fin al bloqueo comercial y las restricciones de desplazamiento sobre la isla con unas medidas que ha calificado como positivas pero "insuficientes" y ha señalado el fin del embargo y la recuperación del control de la base militar de Guantánamo como los obstáculos principales para normalizar las relaciones entre ambos países.
Castro ha señalado también su coincidencia en la necesidad de profundizar en la cooperación en los planes de prevención del virus del zika y ha admitido que, aunque su intención era plantear a Obama su preocupación por la situación en Venezuela, "no ha habido tiempo" para ello. Asimismo, ha incidido también en que los dos países muestran "profundas diferencias" que nunca van a desaparecer.
Anécdotas
La comparecencia ha estado salpicada de anécdotas, desde el "buenas tardes" en español con el que Obama inició su mensaje al malestar final de Castro por las preguntas referentes de los Derechos Humanos.
El presidente de Cuba ha cortado la parte final apelando a cuestiones de agenda. "Si me quedo me hacen 500 preguntas. Yo dije que iba a contestar una pregunta y voy a contestar una y media", ha dicho, después de que Obama le exhortase expresamente a responder a una pregunta de una periodista estadounidense.
El presidente norteamericano también ha instado irónicamente a Castro a posicionarse a favor de Donald Trump o Hillary Clinton, los dos favoritos para luchar por la Casa Blanca en las elecciones de noviembre. "Todavía no puedo votar en Estados Unidos", ha dicho.
Obama y el revolucionario 'Che' Guevara
Obama y Castro se han reunido en el Palacio de la Revolución Cubana en La Habana, un encuentro en el que han abordado sus diferencias para delinear el futuro inmediato en la relación entre Estados Unidos y Cuba, punto álgido de la visita del presidente estadounidense a la isla.
Previamente, Obama cumplió con la ceremonia protocolaria de la ofrenda floral ante el monumento del héroe nacional cubano y prócer independentista José Martí, en la Plaza de la Revolución de La Habana. Antes de que una guardia de honor depositara la corona de flores a los pies de la escultura de mármol, ondeó la bandera y se escuchó el himno de Estados Unidos en la Plaza de la Revolución, donde se pudo ver a Obama con la efigie del revolucionario Ernesto 'Che' Guevara de fondo. Tras la ceremonia, Obama se saltó el protocolo para pedir a su equipo que le tomara una foto con esa efigie del 'Che' a su espalda, algo poco habitual en ese acto solemne, en el que le acompañó el vicepresidente del Consejo de Estado cubano, Salvador Valdés Mesa.
La corona de flores ofrecida por Obama en honor a Martí estaba hecha de rosas blancas, azules y rojas, los colores de las banderas de los dos países, con una cinta en la que se podía leer en inglés: "Del pueblo de los Estados Unidos". Obama se convirtió así en el primer presidente estadounidense en activo en pisar esa plaza, escenario de innumerables y largos discursos del líder cubano Fidel Castro en contra del imperialismo yanqui.
Mano tendida al pueblo cubano
"He venido a La Habana a tender mi mano amistosa al pueblo cubano", ha escrito Obama este lunes en Facebook. "Estoy aquí para enterrar el último vestigio de la Guerra Fría en América y para construir una nueva era de entendimiento que ayude a mejorar la vida de los cubanos", ha asegurado.
"Es un honor ser el primer presidente de Estados Unidos en casi 90 años que visita a un país y a un pueblo que queda a solo 90 millas náuticas (170 km) de nuestras costas", ha añadido en el texto que acompañan varias fotos de Obama durante su paseo del domingo con su esposa, Michelle, y sus hijas, Sasha y Malia, por La Habana Vieja. Para la mayoría de los cubanos será difícil leer el mensaje de Obama, debido al acceso limitado a internet en la isla.
La mayoría de los estadounidenses aprueba el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Cuba y la forma de actuar de Barack Obama en ese proceso, de acuerdo con un sondeo divulgado este lunes, y realizado por el diario 'New York Times' y la red de TV CBS.
Según el estudio, el 58% de los estadounidenses está de acuerdo con el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre los dos países, por apenas un 25% que se opone, un resultado virtualmente idéntico al obtenido en un sondeo similar en julio del año pasado, cuando los dos países reabrieron sus embajadas.
Esta tendencia es más marcada entre los electores del Partido Demócrata (69%) y entre los electores que se declaran independientes (57%). Pero incluso entre los electores del Partido Republicano, cuyos líderes critican la política de Obama hacia Cuba, el 44% también está de acuerdo con el proceso de restablecimiento de relaciones.
El 52% de los estadounidenses está de acuerdo con la forma en que Obama está conduciendo ese delicado acercamiento. En diciembre de 2014, cuando Washington y La Habana anunciaron el inicio del acercamiento, ese porcentaje era de 44%.
Según el sondeo, la mayoría de los estadounidenses también desea el fin del embargo económico impuesto por Washington a Cuba hace medio siglo y que aún sigue vigente, a pesar de que Obama ha levantado algunas restricciones mediante medidas ejecutivas.
El 55% de los consultados desea el fin del embargo, en una tendencia que nuevamente es más evidente entre los demócratas (64%) y los independientes (56%). Los republicanos, sin embargo, están más divididos, aunque el porcentaje de los que desean el fin del embargo (43%) es mayor que el de los que desean su continuidad (38%), con 19% que no tiene una opinión definida.
"Como muchos estadounidenses, solo he conocido el aislamiento que ha habido entre nuestros dos gobiernos. Nací en 1961, cuando la invasión a Bahía de Cochinos. Un año más tarde, el enfrentamiento de la Guerra Fría con Cuba colocó al mundo al borde de la guerra nuclear", ha apuntado Obama, quien ha destacado que "con el paso de los años, los desencuentros entre nuestros gobiernos causaron sufrimiento a nuestros dos pueblos, incluyendo a los cubano-estadounidenses, muchos de los cuales han pasado décadas separados de su país de nacimiento y de sus familias".
Obama hace historia
El presidente de EE UU llegaba el domingo a La Habana. Apenas apareció el Air Force One en el horizonte, se encapotó el cielo y comenzó a llover en La Habana. Algunos vieron entonces un mal presagio para la llegada del primer presidente estadounidense que pisa la isla en 88 años. Otros, decidieron que traerá alivio a la economía cubana, como esa tromba de agua que refrescó el clima caluroso y plomizo que hacía sudar a los dos mil periodistas extranjeros acreditados para cubrir esta histórica visita.
El piloto aceleró el vuelo y llegó con más de media hora de adelanto sobre la hora prevista, para evitar los truenos y relámpagos que caerían poco después. Los mismos que obligaron a cambiar de sede la recepción con los diplomáticos estadounidenses prevista en la recién bautizada embajada de EE UU en pleno malecón. Hasta que los Starwood y los Sheraton materialicen el acuerdo que firmaron la víspera para abrir grieta a la hegemonía de los hoteleros españoles, fue el Melia Habana el que auspició la primera parada de Obama en la isla caribeña.
Al pie de avión no estaba Raúl Castro, que sí fue a recibir al Papa Francisco el mes pasado. Ni siquiera su vicepresidente, Miguel Mario Díaz-Canel, el hombre que puede sucederle en 2018. La recepción oficial se relegó al canciller de asuntos exteriores Bruno Rodríguez Padilla y su directora general para EE UU Josefina Vidal, la mujer que ha negociado los detalles técnicos de la reconciliación entre ambos países.
Media Cuba siguió en directo el aterrizaje, alarmada por la lluvia torrencial que inundó La Habana Vieja poco antes de que el mandatario llegara al Palacio de los Capitanes, donde le esperaba el historiador Eusebio Leal para darle un paseo por la historia. Los invitados estadounidenses saltaron risueños por los adoquines bajo grandes paraguas negros, pero los cubanos no cenaron con esas imágenes. Cubavisión, que pasó dos días repitiendo íntegramente la conferencia de prensa sobre la visita que diese el ministro de Asuntos Exteriores, le hizo el vacío. En su lugar, la cadena Telesur puso la carga doctrinaria a la vista en la que Venezuela ve el embate de las políticas neoliberales como nueva estrategia del imperio para destruir la inquebrantable resistencia del pueblo cubano.
Mayor seguridad en las calles
La sorpresiva visita de Nicolás Maduro el día antes se sumaba a esos desplantes protocolarios para lanzar un orgulloso mensaje al pueblo cubano de que el gobierno no piensa cambiar de doctrina ni inclinarse ante ningún presidente, por amistoso que este quiera ser. ¿Qué bolá, Cuba?, les saludó Obama por Twitter en la jerga de la isla. Acabo de aterrizar aquí y estoy deseando runirme y oír directamente del pueblo cubano, añadió ya en inglés.
Quizás por eso muchos de los que acudieron a pie hasta la Habana Vieja para saludar al primer presidente estadounidense que visita una Cuba libre, observaba Miriam Palacios, se sintieron decepcionados de que la seguridad no les dejase acercarse ni de lejos. Si viene a visitarnos, ¿por qué no puede estar entre nosotros, que no le vamos a hacer nada?, protestaba una mujer que se fue ofuscada sin dar su nombre.
No era la seguridad de Obama la que puso policías en cada calle que se adentraba hasta la catedral. El gobierno de Castro puede no querer mostrar demasiada familiaridad con su viejo enemigo, pero tampoco permitirá que se acerquen hasta él los manifestantes que horas antes le acusaban de ser cómplice de la represión. Medio centenar de los que esa mañana salieron a protestar junto a la Iglesia de Santa Rita de Casia, como es costumbre cada domingo entre las damas de blanco, fueron detenidos frente a las cámaras.
Todo eso obliga también a Obama a equilibrar su cercanía con el menor de los Castro, con el que se reúne hoy, antes de encontrarse mañana con miembros de la oposición política. El partido de beisbol de mañana con los Tampa Bay hará las veces de pipa de la paz entre ambos países, pero el momento álgido de la visita será su discurso al pueblo cubano desde el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso. Allí intentará vencer las suspicacias generales y convencerles de que no busca el cambio de régimen con el que han conspirado todos sus antecesores durante más de medio siglo, sino una genuina amistad entre los pueblo sin otro malicioso interés que abrir oportunidades comerciales para sus empresas.
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