El hotelero santanderino Miguel Fernández, con negocios en Manta, ileso

El santanderino Miguel Fernández, de 42 años, está viviendo muy de cerca el miedo del terremoto. Reside con su esposa ecuatoriana en la localidad turística de San Vicente, frente a la población más grande de Manta, separadas por una bahía. Es hostelero y uno de sus hoteles se ha venido abajo. Han muerto dos personas, una empleada y la esposa del sobrino de su mujer, ambos trabajadores en Aquelarre, uno de los establecimientos de este emprendedor santanderino. Desde la capital de Cantabria ayer, su único hermano Ángel, explicó que «hemos tenido dos pequeñas conversaciones con él, en las que nos ha contado que están bien, que han tenido dos muertos en su entorno y que han pasado mucho miedo, han trabajado en las labores de desescombro para rescatar los cadáveres y los heridos y que todo está en el caos.

En otra conversación nos ha contado que estaba en el hospital, con varios heridos que conocía». Los familiares en Santander «estamos un poco apurados pensando como lo estarán pasando allí». La madre de Miguel Fernández, Mariángeles, regresó hace pocos días de San Vicente, donde ha pasado una larga temporada en esta localidad. Manta y las localidades de su entorno han sufrido de manera importante el terremoto. En especial, ha sufrido el sector turístico con la caída de varios hoteles e infraestructuras.

El santanderino Miguel Fernández reside hace ocho años en San Vicente. Está casado con una ciudadana ecuatoriana, de nombre Marián, que conoció durante sus años de estancia en Menorca, donde él trabajaba. Se conocieron en España, se trasladaron a Ecuador y montaron el hotel y restaurante El Español, de su propiedad, «que no ha resultado afectado», relata su hermano. Además, el empresario santanderino regenta otro negocio, un hotel nuevo de tres plantas a punto de inaugurarse, y la discoteca de nombre Aquelarre. Eran las 19.00 horas y había dos empleados preparados para abrir la discoteca al público cuando se produjo el terremoto y el edificio se vino abajo. Ambos fallecieron en el acto. Ni Miguel Fernández ni su esposa Marián han mostrado su deseo por regresar a España.