La UE diseña cinco terapias para sobrevivir al 'Brexit'

Juncker ha presentado a primera hora de esta tarde ante el Parlamento Europeo el esperado Libro Blanco sobre el futuro de la UE a 27 (sin Reino Unido) de cara a la cumbre de Roma que se celebra el día 25, coincidiendo con el 60 aniversario del Tratado que lleva su nombre. El documento adquiere ciertos tintes históricos. Una pregunta: ¿qué quiere ser la UE en 2025? Varias propuestas: cinco vías de actuación que van desde «el no hacer nada» a «crear los Estados Unidos de Europa». Y, ojo, todo «sin modificar los Tratados» para evitar abrir un melón demasiado incierto en los Estados miembros, cada vez más atenazados por el populismo y el euroescepticismo.

¿Qué es lo que ha aprobado el Colegio de Comisarios? Lo llaman libro blanco y es el eufemismo que sirve para ocultar la inquietud e incluso el miedo al futuro. Una terapia de choque en toda regla. Y, claro, si alguien necesita sentarse en el diván, no hay mejor paciente que la Unión Europea, que se enfrenta a un año vital con elecciones en Holanda, Francia y Alemania y quizá Italia, cuatro de los seis países fundadores.

El texto comenzó a debatirse ayer durante la celebración de un Colegio de Comisarios extraordinario que comenzó a las 17 horas y que terminó ya entrada la noche. Se habló, se debatió... Nada de tecnicismos, política pura y dura, que para algo se autodefinen la «Comisión más política de la historia».

¿Qué quiere ser la UE de mayor? El Ejecutivo comunitario ha tomado como referencia 2025 y siempre bajo la misma premisa: en breve, tras la marcha de Reino Unido, seremos 27 y pese a las muchas dudas, «tenemos la voluntad de seguir siendo 27 defendiendo nuestros ideales y valores porque Europa y su ampliación es una historia de éxito», explica un alto cargo comunitario. A partir de aquí, toca lo más difícil, decidir las nuevas reglas de juego entre los Estados miembros y eso llamado Bruselas. ¿Más competencias? ¿Menos? «Ha llegado la hora de tomar decisiones, de mojarse», apostilla.

Cinco planteamientos

Juncker, de momento, no lo hará. Como europeísta convencido y confeso, le gustaría más y mejor Europa, pero su opinión es una más de las muchas que ahora se tiene que poner encima de la mesa. La clave: provocar que todos se mojen y no se escuden en Bruselas, la excusa perfecta para casi todos los fracasos políticos nacionales. Tienes cinco planteamientos encima de la mesa, ahora les toca a ellos.

-La primera de las opciones es «no hacer nada y seguir como hasta ahora». ¿Qué significa esto? Seguir con el freno de mano echado, con procesos burocráticos eternos y con el Consejo Europeo zancandilleando constantemente las iniciativas legislativas de la Comisión.

-El segundo escenario se basa en plegar velas y limitar la colaboración en torno al mercado interior de la Unión, lo que sería una visión más mercantilista del proyecto, como siempre ha querido Londres.

-La tercera vía aboga por la llamada «cooperación reforzada», es decir, que grupos de países decidan unirse en proyectos concretos sabedores de la dificultad de hacerlo a 27. Defensa, fiscalidad...

-La cuarta trata de «avanzar todos juntos en materias muy concretas». Es decir, hasta qué punto están dispuestos los países a ceder soberanía, a que Bruselas tome el mando pase lo que pase como sucede ahora con el área de Competencia, la cartera sin duda más poderosa de la Comisión al tener todas las competencias a su disposición. Aquí, a los Estados sólo les queda aplaudir o resignarse.

-Por último, la quinta es algo así como el escenario idílico que en su día pudo ser, pero que salvo sorpresa nunca será. Es «la propuesta federalista de los Estados Unidos de Europa», que apadrina el ex primer ministro belga y líder liberal de la Eurocámara, Guy Verhofsdadt. Sin embargo, el auge del eurodesencanto y de los populismos ha terminado por sellar su acta de defunción antes incluso de nacer.

La Comisión insiste en que estos cinco modelos no son excluyentes y que, por ejemplo, podrían combinarse dos vías diferentes. Es la gran ventaja del folio en blanco. Se lanzará un proceso con varios hitos. Por ejemplo, Juncker detallará por dónde van los tiros en el debate del Estado de la Unión de setiembre que se celebra en la Eurocámara, y ya en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE, se pretende perfilar la hoja de ruta. Para entonces, ya se sabrá quién gobierna en Holanda, Francia o Alemania, lo que agilizará mucho el debate político. El gran objetivo es que en mayo de 2019, de cara a las próximas elecciones europeos, la UE ya sepa qué quiere ser de mayor O no.