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Lucía Alcolea
Martes, 5 de enero 2016, 21:37
Los Reyes Magos de Oriente destellaron por las principales calles de Cabezón de la Sal, sacándoles una mueca de inocente ilusión a los niños del pueblo, que ocuparon las aceras del municipio de la mano de sus padres. Sus Majestades partieron, un año más, del barrio El Concejero para continuar por La Pesa hacia la Avenida de Europa, donde los asistentes se resguardaron en soportales, bajo las luces de las carrozas y las antorchas de los pajes. La mayor afluencia, como cada año, tuvo lugar en la Avenida de Cantabria y en la zona de la plaza de la Bodega, donde el Belén Viviente esperaba a los Reyes Magos, que adoraron al Niño y saludaron con sus manos, mágicas, enfundadas en relucientes guantes blancos. Tras la adoración, los Reyes se dirigieron al Ayuntamiento, donde la alcaldesa, Isabel Fernández, les entregó las llaves del pueblo, con las que acudieron al polideportivo Matilde de la Torre, a repartir caramelos entre los pequeños y darles el beso más esperado. Melchor, Gaspar y Baltasar hicieron ayer realidad en Cabezón los sueños de todos los niños.
Comillas
La Cabalgata de los Reyes Magos de Oriente comenzó en Comillas en el Palacio de Sobrellano. Desde allí, Sus Majestades desfilaron acompañados de más de diez carrozas llegadas de diferentes pueblos de alrededor. Hebreas, romanas, pajes. Entre todos, más de doscientas personas.
En Comillas el pueblo entero participa entre luces y destellos para mantener la ilusión de los verdaderos protagonistas, los niños. La costumbre de participar en la esperada Cabalgata se transmite en la villa de generación en generación. Abuelos, padres y nietos. Todos tuvieron ayer una labor que hacer en el desfile más ilusionante del año en Comillas.
De Sobrellano, Sus Majestades recorrieron el paseo de Solatorre hasta la plaza de la Fuente Tres Caños y una vez en el viejo ayuntamiento, frente a la Iglesia, desfilaron por la rampa construida por los vecinos hasta el Belén Viviente para adorar al Niño. Una vez allí, de nuevo subieron al balcón del Ayuntamiento y ofrecieron ese mensaje casi celestial. Después, repartieron caramelos y sobaos entre todos los niños ya dentro de la Iglesia de San Cristóbal. Una Cabalgata la de Comillas que organiza la Asociación Campíos Pro-Cabalgata, un grupo de vecinos que hace muchos años decidió ponerse manos a la obra para convertir este evento navideño en uno de los más importantes y participativos del pueblo. Y así ha sido, una vez más. A pesar del mal tiempo, Comillas brilló con esa luz que solo tiene ella.
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