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MIGUEL LORENCI
Sábado, 25 de febrero 2006, 01:00
«Son joyas prestadas, pero las quiero tanto, son tan preciosas y seductoras que no las voy a devolver. Van a acabar siendo joyas robadas». Así se refiere Niña Pastori (San Fernando, Cádiz, 1978) a las grandes canciones que ha incluido en su nuevo disco, con el que celebra sus primeros diez años en la música. Bajo el título de 'Joyas prestadas' (Sony BMG), ha reunido una decena de versiones de grandes temas de muy diversos registros, todas de intérpretes y grupos a los que admira y que hace suyas.
«Ha quedado muy chulo», dice la cantante, que ha disfrutado de lo lindo versioneando a Serrat, Luz Casal, Alejandro Sanz, Antonio Machín, Los Jeros, Los Chichos o Marifé de Triana. A todos les ha puesto un toque especial esta intérprete sensible que cree que «al flamenco, como al campo, no se le pueden poner puertas».
Es la primera vez que Niña Pastori se aleja de los registros flamencos por los que ha discurrido su carrera y está más que satisfecha del resultado. Ha elegido, «tras muchas dudas y consultas con mi gente, y volviéndome un poco loca», canciones «que marcaron algún momento de mi vida y que he sentido de verdad».
El disco es un curioso y atractivo cajón de sastre en el que conviven desde el 'Mediterráneo' de Juan Manuel Serrat, a 'Angelitos Negros' de Antonio Machín, pasando por 'Pájaros de barro' de Manolo García, 'Burbujas de Amor' de Juan Luis Guerra, 'Vivir sin aire' de Maná, o 'Todavía' de Armando Manzanero. «Me apetecía desde hace mucho hacer algo diferente fusionando canciones y estilos fuera del flamenco, temas que te invitan a cantar de otra manera, y ha sido posible gracias a la ayuda de Nacho Mañó (Presuntos Implicados) y de Chaboli (su marido, Julio Jiménez Borja), que se entienden muy bien y se han enseñado mucho mutuamente», explica la cantante. Colaboran en el disco Josemi Carmona (Ketama) y Diego Morao a las guitarras, Antonio Serrano a la armónica y Anye Bao a la batería.
«El flamenco es una música de mucho corazón y sensibilidad, y por tanto universal. Es una música viva y eso hace que no tenga límites y se aprecie en todas partes», asegura Niña Pastori, que disfruta tanto con el jazz como con la música brasileña o la clásica y que no descarta cantar algún pasaje de ópera. «La verdad es que no se me había pasado por la cabeza, pero nunca se sabe. Hay muchas cosas que descubrir».
Águilas en el estómago
Niña Pastori va a presentar este nuevo trabajo en una gira española que llegará el 17 de marzo a Santander -al Palacio de Festivales- y a la que quiere dar continuidad en Hispanoamérica. Quiere mostrar al público y en directo el resultado de horas y horas en el estudio de grabación. «Grabar me gusta pero el directo me apasiona. El calor del público es algo fantástico. Antes de salir al escenario no es que sienta mariposas revoloteando en el estómago; lo que tengo son águilas», dice la cantante que se subió por primera vez a un escenario con ocho años y que cantó ante un millón de personas en una de las visitas de Juan Pablo II a España.
Con cada tema dice que se ha probado a sí misma para hallar el registro adecuado -«algunas las canto muy bajito, otras con mucha fuerza»- y admite que le encantaría interpretar estas canciones en duetos con sus autores. «Sería un sueño, un orgullo y un honor cantar con ellos», reconoce.
'Joyas prestadas' es el sexto álbum de María Rosa García García, Niña Pastori para el mundo de la farándula, que con sólo 16 años la armó con su memorable 'Tu me camelas'. Arrancaba una carrera discográfica en la que se sucedieron 'Era luz' (1998), 'Cañaílla' (2000), 'María' (2002) y 'No hay quinto malo' (2004).
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