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Viernes, 26 de mayo 2006, 02:00
ASER FALAGÁN
Desde que en 1997 editó su primer disco, La Gran Orquesta Republicana se ha convertido en un tótem entre las bandas independientes, con una pequeña legión de seguidores allá a donde va, incluida Cantabria, plaza fuerte de los mallorquines desde que hace casi una década tocaron en el New. Fiel al espíritu de siempre, la banda fundada por los hermanos Vegas vuelve hoy a Cantabria. Los Ke Se Bajan abrirán la fiesta en torno a las 20.30 horas en la sala Eventos (8 euros en anticipada y 10 en taquilla). Después, comenzará a sonar la voz de Javier Vegas, que también ejerce de portavoz del grupo más republicano de la escena española.
-¿Quién tuvo la feliz idea de que su nuevo disco fuera una reedición de los dos primeros?
-Eso nace porque la discográfica que editó esos dos discos cerró, así que quedaron agotados. Queríamos disponer de ellos, así que los reeditamos en formato 2x1 en lugar de hacerlo por separado.
-El caso es que llevan bastante tiempo sin publicar nada nuevo...
-Somos una banda del circuito independiente. Desde que sacas un disco hasta que la gente se entera o llegas a tocar a su ciudad igual pasan dos años, así que no podemos hacer uno cada año porque no nos da tiempo a presentarlo; no hacemos giras tan extensas ni tenemos una repercusión tan grande en los medios. Ahora estamos pensando canciones para sacar un disco nuevo.
-¿De nuevo autoproducido?
-Supongo que sí. Lo probamos en 'Abrazos' y estoy contento. Da mucho trabajo, pero luego las satisfacciones también son todas para tí. Lo que pasa es que la industria, todo lo que es el disco, está en un proceso de transformación que nos hace plantearnos si merece la pena editarlo de forma física o simplemente hacerlo ya en MP3. Son cosas que todavía no hemos decidido.
-Son una banda rara: se autoproduce, no trabaja con multinacionales y vive de tocar.
-Hay una idea muy equivocada. No debe haber ningún músico, excepto las excepciones que todos conocemos, que consiga vivir de vender discos. Ni siquiera bandas del nivel de Radio Futura. Cuando estás con una discográfica llevas en torno a un 7% del precio neto del disco. Y eso que nosotros estábamos con una independiente; las multinacionales son mucho peor. El músico vive de actuar en directo, que es cuando se lleva una gran parte.
-¿Así que tiene razón Sabina al insultar a Ramoncín?
-Ramoncín y toda esa gente que era supercrítica, superpunk y superalternativa y de repente ha acabado metida en lo más alto de la industria, defendiendo los derechos de la industria y no los de los músicos, no me merecen mucho respeto. De ahí a insultarle no sé. Prefiero no dar importancia a esos personajes.
Galeano y Benedetti
-Volvemos a su 'último' disco. Eso de 'Abrazos' es un guiño a Galeano...
-Sí. De hecho la idea era hacer un disco sólo con letras de Galeano. Estuvimos en contacto con él y al final el acuerdo fue mezclar unas cuantas letras suyas con otras nuestras. Y claro, el título no podía ser otro que un guiño al 'Libro de los abrazos', de donde habían partido gran parte de las letras.
-¿De donde viene ese amor, esa pasión por Galeano y Benedetti?
-Es circunstancial, fruto de las casualidades. Hace bastantes años, antes de que empezara la Orquesta, un colega me regaló un libro suyo y me empecé a aficionar. También me motiva trabajar con textos de Galeano porque es un reto. Así como los poemas de Benedetti son letras parecen hechas para musicarse, Galeano era un reto porque escribe prosa. Es un escritor al que admiro y con el que estoy muy de acuerdo.
-¿Veremos nuevas adaptaciones literarias en el próximo disco?
-En principio no. Va a ser un disco de letras nuestras, que ya toca, para que la gente no diga: «¿Bueno, vosotros qué?». Lo que pasa es que como no está terminado del todo no te voy a decir que no caiga alguna.
-¿Con qué nos vamos a encontrar? Han viajado del punk al hardcore antes de llegar al ska... ¿Cuál es su estilo?
-Es un poco variable, en función del estado de ánimo. Muchas veces utilizamos un recurso: a las letras más duras o de denuncia política las ponemos una música suave y al contrario. Me gusta esa idea, porque la música agresiva, el punk con letra muy punk, a lo mejor es muy exagerado, pero con otra letra el contraste es bueno. Somos un grupo de contrastes, de ir probando una cosa con otra.
-Vamos, que escucharemos de todo...
-Sí, la idea es que haya partes tranquilas y otras superaceleradas. Tenemos un espíritu punk porque es lo que hemos mamado, como el ska, y eso es difícil quitártelo de encima.
-¿Qué pasa con el ska en Levante, que está pegando tanto?
-Yo antes de la Orquesta, a principios de los 90, ya estaba en una banda de ska. Ha habido diferentes épocas en que el ska ha vuelto a salir, pero esto pasa con todas las músicas. Son estilos que están ahí y vuelven o no en función de algo un poco extravagante que no entiendo. A mí el ska me gusta desde hace años.
-¿A pesar de tener que ver cómo los skins trataran de apoderarse de ella?
-Los grupos de extrema derecha se apropiaron de un montón de cosas que tenían que ver con el ska y la imagen de los skatalíticos. Todo esto venía de un movimiento obrero de izquierda, pero los grupos fascistas se van apropiando de según qué imágenes según les conviene. Ahora hay neonazis que llevan aspecto de pastilleros, para entendernos. Es gente que no tiene mucha cabeza y se va apropiando de según qué imágenes, pero sin ningún sentido; sin saber de dónde proceden. No le quiero buscar el sentido, porque el neonazismo y el fascismo no lo tienen. Son gente muy manejada que no sabe en realidad qué está haciendo.
Extraña conexión
-Ya hemos perdido la cuenta de las veces que han venido a Cantabria. ¿Cómo consigue una banda independiente tener un público tan amplio y tan fiel en un sitio tan pequeño?
-No lo sé, pero desde el primer concierto cada vez ha venido más gente y se ha ido creando algo así como una afición. Hemos conectado bien; no sé si hay una conexión entre las islas y Cantabria que yo desconocía. Otros grupos lo tienen más difícil porque cantan en catalán. Nosotros, al ser hijos de emigrantes y utilizar el castellano, conectamos más con según qué zonas.
-¿No le llama la atención tener un público tan amplio y tan fiel en una sociedad tan conservadora?
-Sí, pero en todas las sociedades conservadoras siempre hay rebotados. Nosotros intentamos aglutinar a todos estos rebotados, a los que se dan cuenta que este modelo no conduce a nada bueno. La de Mallorca también es una sociedad conservadora, donde la derecha está absolutamente en todas partes. Queremos aglutinar a los rebotados, juntarlos y celebrarlo.
-Lo que está claro es que son un grupo festivo incluso a la hora de reivindicar...
-Esa es la idea de la banda. Nacimos en una época en que los conciertos eran bastante aburridos. Era el momento del indi y cosas así, una música que te puede gustar más o menos, pero ir a un concierto era estar de pie, quieto, viendo el escenario. Queríamos romper con eso, que los conciertos se convirtieran en una fiesta. Mi parte como letrista era darle contenido a esa fiesta y que la gente pudiera escuchar una letra, llevarse una opinión o un mensaje, pero la base de la banda es que el público, cuando va a un concierto, pueda disfrutar y olvidarse de todos los problemas, salir a disfrutar. Esa es la base del grupo incluso en el nombre, que reivindica la orquesta de verbena.
-Hablando de reivindicar. ¿Cómo vive una orquesta republicana las efemérides de la II República?
-El concierto de Santander forma parte de la gira que hemos hecho para festejar el 75 aniversario. A mí todo lo que sea recuperar memoria histórica me parece estupendo, aunque me preocupa que no se esté hablando de futuro. Vivimos en una monarquía y parece que nadie lo quiere decir, cuando es una reminiscencia de los 40 años de dictadura que no tenemos por qué seguir aguantando.
-¿Se han planteado llevar a cabo un proyecto como aquel 'Motivés' que editaron músicos franceses con temas republicanos y revolucionarios?
-En Mallorca estuvimos hablando con los políticos para celebrar el aniversario, pero en lugar de plantearse también el presente y el futuro querían quedarse en el pasado, sin hacer un debate sobre el sentido de la monarquía actual y cómo debería ser la tercera república. Así que una parte de nosotros organizamos un movimiento que de momento es pequeñito, aunque a la fiesta que celebramos vinieron 3.000 personas. Vamos a segur haciendo cosas y creo que de ahí va a nacer algo. No quiero hablar de 'Motivés' porque me parece un movimiento bastante potente, pero nunca se sabe...
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