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TEODORO SAN JOSÉ
Viernes, 9 de junio 2006, 02:00
«La fachada atlántica española, y Cantabria dentro de ella, es la única de Europa que carece de un nexo ferroviario en condiciones con las regiones del entorno». Desde esa premisa, y al abrigo del proyecto New Opera impulsado por la Unión Europea para poner en uso o reutilizar unos 15.000 kilómetros de vía férrea para el transporte de mercancías, Kenneth M. Dobeson aboga por sacar provecho y recuperar la olvidada línea entre Santander y Burgos, y así lo explicó ayer en la conferencia que dio en el Hotel Chiqui.
Dobeson, especialista y autoridad europea en el transporte por ferrocarril, ha realizado un anteproyecto de la viabilidad de esa línea férrea por encargo de la Asociación para la Integración de Cantabria en Castilla y León (AICC), grupo que propugna su realización al considerarla como «de interés común y viable, sin necesidad de depender de Fomento», según Rafael Sebrango, presidente de la Asociación.
Tanto Dobeson como Sebrango sostienen que «el gran beneficiado de este proyecto sería el puerto de Santander. Raos necesita un ferrocarril, un buen nexo ferroviario de mercancías con la meseta», explica el experto, «que le ayude a remontar en su tráfico de mercancías y competir con el Superpuerto de Bilbao y El Musel».
Sostiene Dobeson que la obra es posible. Olvidado el Santander-Mediterráneo, esta línea Santander-Burgos destinada a mercancías podría tener capacidad para unas 800/1.000 toneladas por convoy. «La terminación del ferrocarril, unos 35 kilómetros, y la modernización de la parte existente, hoy cerrada al tráfico, no es una obra que deba asustar a nadie», dice Dobeson.
Al contrario, entiende el especialista que una vez estudiados los tráficos y los flujos para confirmar su rentabilidad, y de ver si legalmente es posible explotar una línea de esas características, «completar lo que falta por hacer sería una obrita». Técnicamente modernizar y poner en uso dicha vía es posible, según sus conclusiones. «Otra cosa es el interés por hacerla», dice Dobeson.
«Si se quiere hacer, si se entiende que la línea es necesaria, es posible. Sólo hay que presionar. La Unión Europea tiene dinero suficiente para hacer una obrita como esta», en referencia al posible coste y a la financiación de la obra, en la que entraría la financiación privada. «Interesaría a los armadores, al puerto, a inversores, a empresas e incluso hasta a las compañías de autopistas. Las fuentes de financiación para un proyecto viable no faltarían», asegura el especialista.
Consultor especializado en transporte ferroviario de la Unión Europea, para la que ha realizado diversos estudios, Dobeson asegura que la capacidad de transporte del tren es impresionante, «y si la gestión del puerto de Santander es buena, si es competitivo y hay agilidad en la carga y descarga, los flujos de mercancías, los operadores vendrán para acá».
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