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Rody Aragón permanece estos días en Santander con el Circo Roy, instalado en El Sardinero.
"Actuar en la ciudad de los Hermanos Tonetti es especial"

"Actuar en la ciudad de los Hermanos Tonetti es especial"

El hijo de Fofó interpreta las canciones de los ‘payasos de la tele’ con el Circo Roy, que permanecerá en Santander, hasta el próximo domingo

javier rodríguez

Jueves, 23 de febrero 2017, 08:53

El Circo Roy con Rody Aragón como estrella permancece estos días en Santander. El hijo del inolvidable payaso Fofó interpreta en pista las canciones de los divertidísimos payasos de la tele y logra el más difícil todavía: que disfruten los niños y sus padres. Estará en El Sardinero hasta el domingo.

-¿Cómo es el espectáculo del Circo Roy, Rody?

Está muy enfocado a los niños. Tiene espectaculares atracciones de circo, comedia, personajes infantiles Y en la segunda parte, las canciones más conocidas de mi familia. La empresa me llamó en julio para reforzar unos días Gijón y todo va tan bien que sigo. Combino las actuaciones en el circo con el musical, en teatros, de los payasos de la tele. Llevamos meses en Cantabria. Hemos trabajado en Torrelavega, Maliaño, Astillero, Colindres, Castro Urdiales, etc. ¡Estamos encantados!

No es fácil conquistar, literalmente, a todos los públicos

-Nada fácil. Constituye un reto profesional diario. Debo decir al respecto que los padres se lo pasan muy bien porque les hago recordar su infancia gracias a las maravillosas canciones que les escuchaban interpretar en TVE a mi padre y tíos.

¿Qué supone actuar en la ciudad donde de los Hermanos Tonetti?

Algo especial. Siento por Pepe y Manolo profundo afecto. Pepe Tonetti me trató siempre como un padre, con auténtica cercanía. ¡Me dio tantos consejos! Me decía que potenciara determinados aspectos, me animaba Además oí muchas veces a papá y a mis tíos hablar de los Hermanos Tonetti, pues les admiraban. Lógico: ¡fueron unos artistazos!

¿Cómo recuerda sus actuaciones?

Con todo detalle. Un año les vi en Madrid, estando el Circo Atlas instalado en Plaza de Castilla, tres veces en una semana. No me cansaba. Pepe me decía al acabar cada función: «Si tu padre no te trae, ven». Poseían una personalidad única: transmitían tranquilidad, seguridad. Salían a la pista para disfrutar. Y lo hacían con pausas excelentes. Eran muy buenos. Pepe te hacía reír con la mirada. Estaba tocado por el don de la vis cómica, como mi padre.

¿Fofó era en casa igual que en los platós, escenarios y pistas?

Igual. Comentaba a menudo que no tenía tanto mérito porque era así. Verle en familia y en la tele no significaba ninguna transformación: estabas siempre ante la misma persona. En casa también hacía reír a cada momento. Tenía esa virtud. Además, matizaba que parte de su éxito radicaba en el papel de su hermano Gaby, el serio del grupo, que le ponía las cosas fáciles. Papá nunca se daba importancia. Llevaba tanto arte dentro que con muy poco provocaba las carcajadas del público o los amigos. Era muy humano, un buenazo. Recuerdo como anécdota al respecto que cuando llegaron a España los televisores en color le regalaron una e invitaba al portero de la finca donde vivíamos a que subiera al salón de nuestra casa para ver las corridas de toros, que le gustaban. Mientras, él ocupaba su puesto como portero. Así era mi padre.

¿Y a la hora de trabajar?

Ahí todo tenía que quedar perfecto. No quería que fallara nada en luz, sonido, decorados, etc. Ejercía de meticuloso, de muy profesional. Pero siempre con bondad.

¿Sigue el relevo artístico generacional en la familia?

Sí. Lo que viví con mi padre lo vivo ahora con mi hijo Alfonso, de nueve años, que es más Fofó que el propio Fofó. Los profesores me lo dicen: en el cole hace reír a sus compañeros. Y a nosotros, en casa. Todo el día está con bromas y chistes. Tiene auténtica gracia. Le entusiasma salir a escena vestido de payaso.

Y a su padre se le caerá la baba, claro

Te puedes imaginar. Veo reflejada en él mi infancia.

El ADN de la familia Aragón es paradigma de arte. Todos son muy buenos artistas.

¡Gracias por el halago! Mérito de nuestros antepasados. Suelo decirles a mi primo Emilio y mi hermano Fofito que nos ha tocado el euromillón con la herencia artística de la familia. A pesar de los años transcurridos, la gente desea escuchar Don Pepito, Susanita, La gallina Turuleca, etc. Precisamente ahora estoy metido en un importante proyecto discográfico, que tendrá su correspondiente proyección en la tele, para la próxima Navidad. Proyecto basado en estas canciones, claro.

O sea que son los padres quienes inculcan la pasión entre sus hijos por aquellos éxitos.

Sí. Los hechos lo demuestran. Las nuevas generaciones de chiquillos conocen este material gracias a sus padres, que se lo ponen en casa, el cd del coche, el móvil, el ordenador. Y como son unos temas tan bonitos, les agradan y hacen suyos de inmediato. El circo es una fiesta de padres e hijos.

Pocas cosas hay más serias que ser payaso, Rody. A ver cuándo dan el paso en la Unesco y consideran Patrimonio de la Humanidad a las figuras del augusto y el clown, que ya va siendo hora. Enhorabuena por tener la suerte de vivir de un oficio tan hermoso.

Lo es. Podía haber seguido con mi carrera como piloto de aviones comerciales y, en cambio, continúo en el mundo del espectáculo. Le hice caso a mi padre, que siempre quiso que me dedicara a su profesión; en definitiva, a generar felicidad. Soy por ello, no cabe duda, una persona privilegiada.

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