Un paseo por el bosque, una tarde en el molino

«Lo visita gente de todas las edades y procedencias. Aquí hay gente todo el año, entre semana también. Por eso cumple con algo muy deseado: rompe con la estacionalidad». Sara Escalante, técnico del Ayuntamiento de Cabezón de la Sal, se refiere así al bosque de secuoyas del municipio, un espacio natural protegido en el Monte de las Navas que comprende una extensión de 2,5 hectáreas abierta a las visitas. Y las tiene. En agosto, se inauguró un punto de información turística −permaneció abierto hasta finales del mes pasado−, al que han acudido, solo entre el 1 y el 18 de octubre, cerca de 3.000 personas, según cálculos municipales. «Es un recurso turístico nacional», añade Escalante, «es muy llamativo y positivo el interés que despierta».

Este hermoso bosque, con árboles que alcanzan los 36 metros de altura, es uno de los destinos a los que acuden cántabros y foráneos para desengrasarse, para pasear por la zona boscosa o alargar la jornada visitando los pueblos aledaños. Quizá el bosque no figure entre los reclamos turísticos más publicitados de la región −por ejemplo, aquellos integrados en la oferta de Cantur−, pero su atmósfera, también el hecho de que sea un espacio accesible, lo convierte en un atractivo. Junto con él, otros lugares se han convertido en un destino asequible y en contacto con la naturaleza: el castañar milenario de El Habario (Liébana); las rutas por los Collados del Asón o por las cascadas de Lamiña; cualquiera de las ‘vías verdes’ de la comunidad; el hayal de Aloños; el Molino de mareas de Santa Olaja, o las vías ferratas.

En Cantabria hay seis vías ferratas. En la de Los Llanos, en Camaleño, opera desde hace cuatro años y medio una pequeña empresa, Picos Extreme. Su responsable es Óscar Sebrango. «Hay gente, sobre todo, en verano, aunque ahora todavía hay actividad. Y sí se ve una progresión en la gente que viene, que se entera de lo que son estas vías ferratas». ¿Quiénes se acercan? «El rango de edad es amplio. Viene gente experimentada, gente con experiencia media, o gente sin ella que quiere sentir las sensaciones de la montaña». A estos últimos, Picos Extreme les puede proveer de materiales para acceder y superar la vía, y también les ofrece un servicio de guía. En invierno, indica Sebrango, se dedica a la ruta con raquetas de nieve. De hecho, en marzo organizan un campeonato del mundo de la modalidad.

En el Arboreto de Liendo, un pequeño jardín botánico con especies de todo el mundo, acaba de empezar la campaña de educación ambiental con centros de la comunidad. Hay cerca de 600 escolares inscritos. La Asociación Cultural Bosques de Cantabria gestiona este espacio de titularidad municipal. Clemente Rasines, su presidente, recuerda que el Arboreto y el Centro de Interpretación del Bosque −ubicado en una ermita del siglo XVI− están abiertos a las visitas guiadas, y que hay posibilidad de concertar rutas por el Monte Candina.

En los meses de invierno, la actividad se concentra en los fines de semana. En verano, esta se dispara. «Este verano ha habido bastante afluencia», indica Rasines. En los meses de julio y agosto, 664 personas se decidieron a realizar las visitas guiadas, y otras 63 optaron por las rutas por el monte. Rasines, que indica que muchos de los visitantes son de fuera de Cantabria, anima también a los cántabros a conocer el arboreto.

Para perderse en el Laberinto de Villapresente habrá que esperar hasta marzo de 2018. Emilio Pérez, su responsable, habla de una temporada −desde Semana Santa hasta mediados de octubre− muy exitosa. «Ha venido mucha gente, se han desbordado nuestras expectativas». Además de cántabros, han tenido visitantes «de diferentes lugares del mundo». Hasta marzo, y después de este éxito fulgurante, se dedicarán a cuidar y mejorar un trazado de 5 kilómetros armado con ‘cipreses leylandi’. También prevén la construcción de una torre para ver el recorrido desde las alturas.

En Liérganes, cerca de las faldas de la montaña, se encuentra el Ecomuseo-Fluviarium de la Montaña y Cuencas Fluviales Pasiegas, que gestiona la Fundación Naturaleza y Hombre. Al lugar acuden alumnos de los centros educativos dentro de la campaña de educación ambiental de la FNyH, y usuarios por libre. Este año han crecido las visitas −9.261 personas de Cantabria, Madrid, País Vasco, centroeuropa o EE. UU.−, con un pico entre Semana Santa y el puente de octubre. «Y nos ha alegrado saber que una buena proporción nos visita por segunda vez», indican desde la FNyH.

Entre las localidades de Bárcena de Pie de Concha y Pesquera discurre un tramo de calzada que, según señala el portal oficial de Turismo de Cantabria, «f ue construida durante las guerras cántabras, entre los años 29 y 19 antes de Cristo, para facilitar los desplazamientos de las legiones romanas».

El Molino de mareas de Santa Olaja data del siglo XVII. Fue declarado Bien de Interés Cultural en 2013. Durante la visita se pone en funcionamiento la maquinaria para conocer así cómo era la molienda de hace tres siglos. Además de museo, es uno de los principales reclamos del Ecoparque de Trasmiera.

La Fundación Naturaleza y Hombre gestiona el Ecomuseo-Fluviarium de la Montaña y Cuencas Fluviales Pasiegas. Hay una parte sobre la biodiversidad y la etnografía de la Montaña pasiega; y una sala de acuarios con animales del medio fluvial y marino: esturión, nutria, truchas, anguilas, especies autóctonas o invasoras.

El laberinto de Villapresente, uno de los fenómenos turísticos del año, permanecerá cerrado hasta marzo de 2018. Hasta entonces, se mejorará el recorrido de ‘cipreses leylandi’ y se pondrán en marcha nuevos proyectos, como la construcción de una torre desde la que ver todo el entramado, de 5 kilómetros.

Turismo indica que hay seis vías ferratas en Cantabria: La Hermida; El Milar (La Hermida); Los Llanos (Camaleño); vía del Cáliz (Ramales de la Victoria); vía del Risco (Ruesga), y Socueva (Arredondo). ¿Qué son? Un recorrido provisto de clavos, pasamanos, cadenas o puentes colgantes para llegar a zonas de difícil acceso.

Es un Espacio Natural Protegido en el Monte de Las Navas, en el municipio de Cabezón de la Sal. Comprende 2,5 hectáreas de bosque de secuoya −árboles con una altura media de 36 metros, que fueron plantados en la década de los años cuarenta−. Es un espacio muy visitado y con accesibilidad garantizada.

El túnel de La Engaña es una obra inacabada, iniciada durante la dictadura franquista y construida en parte por presos. El tren nunca llegó a circular por esta galería, que conecta Cantabria con Burgos, y que se extiene a lo largo de casi 7 kilómetros. El Gobierno ha mostrado interés por recuperar la infraestructura y convertirla en un atractivo turístico.

El Arboreto de Liendo y el Centro de Interpretación del Bosque se ubican en el barrio de la La Mollaneda, en el muncipio de Liendo. El Arboreto es un pequeño parque que alberga distintas especies de árboles y arbustos: palmeras, sauces, mimosas, acacias... procedentes de distintos lugares del mundo.