La popularidad de la papaya

Luc Montagnier, científico codescubridor del virus del Sida, recomendó al Juan Pablo II seguir un tratamiento a base de extractos de papayas fermentadas para aliviar los síntomas de la enfermedad Parkinson. Mongtanier aseguró que las proteínas del cerebro se oxidan, por lo que resultan muy efectivas las sustancias antioxidantes de la papaya. Esta recomendación popularizó mucho la fruta y aumentó sus ventas considerablemente. En la actualidad, es uno de los productos exóticos más comercializados y sus cifras de ventas siguen al alza. Esta variedad ocupa el primer puesto mundial en lo que a exportación se refiere.

Desde el punto de vista nutricional, se trata de una de las frutas con mayor contenido vitamínico. De color verde al principio, adquiere un tono amarillo durante el proceso de maduración. La papaya es una fruta de extremos: hay una variedad grande y alargada de Sudamérica que pesa unos tres kilos, mientras la más pequeña tiene un peso de tan sólo 400 gramos.

La fruta se pela con un cuchillo o un pelador de patatas, siempre que no esté demasiado madura. A continuación se corta en dos mitades. Se extraen las semillas con una cuchara, con cuidado de quitar también las que se quedan en los repliegues de la pulpa. Se coloca boca abajo la mitad de la papaya sobre la superficie de trabajo y se corta en rodajas de grosor variable.