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MIGUEL LORENCI
Jueves, 27 de julio 2006, 21:20
Hacerse entender por los ciudadanos sirviéndose de un lenguaje «claro e inteligible» es una «obligación democrática», a juicio de la vicepresidenta primera del Ejecutivo, María Teresa Fernández de la Vega. Así lo aseguró al rubricar en la sede de la RAE (Real Academia Española) un convenio por el que la institución que «fija, limpia y da esplendor» a nuestro idioma se compromete e velar por la transparencia y buen uso de la lengua en leyes, textos y documentos oficiales. Un convenio que firmaba por parte de la RAE su director, Víctor García de la Concha, quien se felicitaba también por la cesión de un edificio que permitirá al la RAE ampliar sus dependencias y que Fernández de la Vega anunció en el mismo acto.
En el salón de directores y ante una veintena de académicos, Fernández de la Vega y García de la Concha rubricaban el convenio entre la RAE el Ministerio de la Presidencia. «Beneficiará a funcionarios y ciudadanos» dijo Fernández de la Vega al reconocer que «una Administración que habla de forma barroca, incomprensible y arcaizante no está sirviendo a los ciudadanos». También que el lenguaje administrativo está a menudo «plagado de extranjerismos, es de sintaxis atormentada, con abundancia de perífrasis, gerundios, aliteraciones y expresiones rimbombantes».
Entre las líneas de actuación que establece el convenio, la fijación de un conjunto de normas de redacción, la publicación de manuales o guías que faciliten la labor de quienes a diario bregan con textos normativos, y la elaboración de programas de acción normativa en el ámbito lingüístico del personal de la Administración.
De la Concha agradeció al Ejecutivo la cesión del nuevo edificio, una vieja aspiración que dotará a la RAE de más de 1.000 metros cuadrados distribuidos en cuatro plantas: «Hace más de medio siglo que la RAE venía reclamando más espacio. Este noble caserón que nos acoge se pensó para 21 académicos y unos cuantos trabajadores. Hoy somos más de 40 y un centenar de colaboradores» explicó De la Concha refiriéndose al edificio neoclásico diseñado a finales del XIX por el arquitecto Miguel Aguado de la Sierra.
Zapatero
Mientras De la Vega cerraba el acuerdo con la RAE, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, participaba en la clausura de la reunión de directores de los centros del Instituto Cervantes. Zapatero señaló que la difusión del castellano en el extranjero es «un reto esencial para la sociedad ante el nuevo milenio».
A esta labor contribuye directamente el Instituto Cervantes, uno de los proyectos más sólidos y exitosos en la proyección de la cultura española en el mundo, dijo el jefe del Ejecutivo, quien abogó por el uso del español como lengua de la paz y el diálogo. Para Zapatero este reto «nos compromete a todos, y tiene que afrontarse desde la cooperación de todas las instancias implicadas».
Ante los máximos responsables de esta institución, Zapatero indicó que España «quiere ser ejemplo de paz y solidaridad» y que el castellano es «una lengua de entendimiento y de diálogo que tiende puentes en todo el mundo».
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