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Vista exterior de la fachada principal del Juzgado de Santoña. / R. A.
El trampolín de los  jueces
Santoña

El trampolín de los jueces

En el Juzgado ejerció el ministro de Defensa, José Antonio Alonso Estuvo Grande Marlaska, sustituto de Garzón en la Audiencia Nacional

ROBERTO ALONSO

Sábado, 12 de agosto 2006, 02:40

Dos de los hombres más mediáticos en los últimos años por sus cargos profesionales, como son el actual ministro de Defensa, José Antonio Alonso, y el magistrado de la Audiencia Nacional, Fernando Grande-Marlaska, que sustituyó al juez Baltasar Garzón durante su excedencia, impartieron justicia en el Juzgado de Instancia e Instrucción número uno de Santoña durante los años ochenta. Y es que los juzgados de esta localidad, cuya población ronda los 10.000 habitantes, ha visto pasar por sus dependencias a varios jueces que han logrado alcanzar altos cargos de responsabilidad.

De hecho, Ignacio Espinosa, designado en el año 2002 presidente del Tribunal Superior de Justicia de La Rioja ejerció su trabajo en Santoña a principios de los años ochenta. Precisamente fue el ministro de Defensa quien le sustituyó. Después, y por unos meses, estuvo Fernando Andreu, actualmente en la Audiencia Nacional, hasta que se incorporó Fernando Grande-Marlaska, un joven de 26 años que acababa de finalizar sus estudios.

Juan Pablo Gómez, que llegó a comprar un piso en los apartamentos de la zona de San Martín y se convirtió en vocal del Consejo del Poder Judicial, aplicó la ley en esta localidad marinera y turística durante 1989 y 1990. Fue con la llegada de este juez cuando comenzó a funcionar el Juzgado número 2.

José Ramón Alonso, natural de Santoña, fue subdirector del centro Penitenciario El Dueso entre 1983 y 1985 y director hasta 1987 cuando fue reemplazado por José García García.

«Los cuatro años mantuve una relación laboral con Ignacio Espinosa por los casos normales de las denuncias en el juzgado contra internos del centro penitenciario», señaló José Ramón Alonso, quien le califica de una persona extraordinaria.

Espinosa estuvo destinado en Santoña durante cuatro o cinco años y el ex director de El Dueso le recuerda como «una persona muy sociable, que le gustaba tomar los vinos, como buen riojano, hacia vida en el pueblo y todavía nos sigue visitando hoy en día».

Sin embargo, el máximo responsable de la prisión en el momento del suicidio de Rafael Escobedo, condenado por el asesinato de los Marqueses de Urquijo, fue José Antonio Moreta.

El caso Escobedo

El juez José Antonio Alonso inició la instrucción de este caso que cerró Marlaska. Tuvo un gran eco nacional, primero por el asesinato de los familiares de Escobedo, luego por la decadencia física y psíquica de Rafi en prisión, que llegó a ser entrevistado por El Loco de la Colina para la televisión y por último por su suicidio, aunque se especuló con un posible asesinato.

Marlaska era conocido entre los agentes de la Policía Local como 'Harry', en referencia a un juez que dictaba sentencias singulares de la serie cómica 'Juzgado de guardia', emitida en televisión

Uno de los policías locales le define como una persona genial, «muy sociable. Hicimos muchas cenas con él. Fue el mejor con diferencia». En el cuerpo de Policía destacan su aplicación del sentido y la lógica a las sentencias judiciales. Otro de los agentes de la policía califica a Marlaska como una persona equilibrada, centrada, sensata, humana y que analizaba muy bien las situaciones. Alonso también era muy bueno, pero más frío y distante, inciden.

El ascenso meteórico de algunos de ellos lo achacan desde la Policía Local a que en los años ochenta había muy pocos juzgados, pero con la transferencia de las competencias a las Comunidades y la ampliación de los juzgados, se nombraron muchos magistrados para cubrir esas nuevas responsabilidades.

La taberna de Berto

El presidente del Tribunal Superior de Justicia de La Rioja, Ignacio Espinosa, natural de esa Comunidad, de Cenicero, era un cliente asiduo de la taberna de Berto. Ubicado en la Plaza del Peralvillo, este establecimiento destaca por sus anchoas, queso, embutido y su vino de Rioja.

Fundado en 1947 por los padres de Alberto Setién, propietario del local, comenzó a funcionar como una tienda de ultramarinos hasta convertirse en uno de los bares más añejos de la villa.

Ignacio Espinosa visitó Santoña el pasado mes de mayo y regaló vino de La Rioja a Berto, a Juan Pablo González y a José María del Val Oliveri, juez santoñés que ha compartido muchas horas en los juzgados con estos compañeros de profesión. Oliveri lleva 36 años como profesional de la judicatura, la mayoría en Santoña y tomó posesión en 1970 con Manuel María Zorrilla que fue presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, retirado en la actualidad.

«Espinosa me llegó a comentar -dice Setién- que Juan Alberto Belloch, cuando ocupó las carteras de Interior y Justicia, le propuso el cargo de Defensor del Pueblo, pero lo rechazó porque prefirió seguir en su tierra».

Setién y Oliveri recuerdan de Juan Pablo González su pasión por la villa. «Le gustaba navegar y el mar. Se compró una pequeña embarcación y luego incluso una moto acuática». Natural de Segovia, era conocido en el mundo de la judicatura, junto al presidente del TSJC, César Tolosa, como 'El Clan de Segovia'.

Por su parte, a Marlaska, de Bilbao, le llamaban la atención los coches y la velocidad, mientras que a Alonso se decantaba por la gastronomía, comenta José María del Val, su introductor en la vida social del pueblo, que recuerda los grandes relaciones públicas que eran Juan Pablo González e Ignacio Espinosa.

El más asiduo era Alonso. Casi todos los días, por la tarde-noche, sólo o con su novia, que trabajaba por aquel entonces en Bilbao, acudía a tomar un vino. También picoteaban de vez en cuando. «La relación con él fue de cliente-camarero, mantuvimos alguna pequeña conversación de fútbol o temas intrascendentes», rememora Alberto Setién. Lo define como una persona seria, sencilla, nada estirado e incluso en su tiempo de ocio, en el bar, prestaba atención sin ningún problema a los vecinos que se le acercaban a pedirle asesoramiento. «También aparentaba más edad de la que tenía. En la época que residió en Santoña, rondaba los 28 años», comenta este hostelero que habló recientemente con Alonso por el móvil. Una tarde, en la taberna estaba el delegado del Gobierno en el País Vasco, Paulino Luesma, hablando por teléfono con José Antonio Alonso, cuando ocupaba el cargo de ministro del Interior. «Me pasó el móvil y nos saludamos, me dijo que andaba muy ocupado, pero que esperaba hacernos una visita», explicó Setién.

Amistad con Zapatero

Nadie conocía la amistad de este leonés, un urbanita que no le gustaba tanto Santoña como a los otros jueces, con un desconocido por aquel entonces, José Luis Rodríguez Zapatero.

Las nuevas generaciones, en el presente hay dos juezas que residen fuera de la localidad, no visitan con tanta asiduidad la tasca, dice Berto, que también ha visto en su barra a importantes cargos ligados a la política, como Vicente Ripa González, nacido en Miranda de Arga, profesor del Patronato Virgen de Puerto entre 1979 y 1983 y actual delegado del Gobierno en Navarra.

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