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JOSÉ MARÍA GUTIÉRREZ
Martes, 15 de agosto 2006, 03:10
No estaban ni Alex Briley, ni David 'Scar' Hodo, ni Felipe Rose, ni Glen Hughes, ni Randy Jones, ni Victor Willis, pero el soldado, obrero, indio, motero, vaquero y policía de los actuales Village People hicieron bailar como locos a los más de 13.000 aficionados -algunos de ellos disfrazados igual que ellos- que se reunieron en la playa La Salvé de Laredo. Sus disfraces, sus bailes de estética gay y sus canciones, sobre todo las míticas, 'Macho Man', 'In the navy' y 'YMCA', hicieron vibrar a un entregado público que recordará durante tiempo el concierto por lo histórico que suponía su visita.
Y tras la que es la banda oficial en la actualidad de Village People, apareció en escena Boney M, con Bobby Farrel a la cabeza. A sus 57 años, el incomparable showman es el único superviviente del grupo alemán que revolucionó la música disco y que llegó a vender más de 150 millones de discos. Sus limitaciones físicas -le pesa más la mala vida que los años, llegando a afirmar en varias ocasiones que se había equivocado en la vida- hizo que su concierto fuera de duración reducida y se sustentara en buena parte en su más joven banda. Cantó hasta la saciedad el 'Rivers of Babylon' y el 'Brown girl in the ring', reduciendo a un popurrí otros temas míticos como 'Daddy cool', 'Rasputín' o 'Ma'baker'. Sus singulares bailes, la espectacular puesta en escena, un incomparable vestuario blanco inmaculado y simplemente su histórica presencia en Cantabria, hicieron olvidar estas carencias. Grande, Bobby.
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