Ahmadineyad quiere purgar las universidades de la influencia laica

El presidente iraní Mahmud Ahmadineyad declaró ayer que las universidades de Irán deberían ser depuradas de las influencias liberal y laica, informaron las agencias de prensa del país.

«Digo a los jóvenes estudiantes que cambiar el régimen de enseñanza laica que domina (nuestras universidades) desde hace 150 años es difícil, pero es necesario hacerlo juntos. Tomamos varias medidas, pero no suficientes», afirmó ante un grupo de estudiantes.

«Nuestro sistema de enseñanza estuvo desde hace 150 años bajo la influencia del pensamiento laico y por eso no se ponía atención a nuestra identidad y confianza en sí mismos y se buscaba desarrollar el pensamiento y el régimen laicos en la sociedad», dijo.

«El estudiante debe protestar contra el presidente de la República para saber por qué un profesor laico no da una nota buena a un estudiante que no tiene las mismas ideas que él. El estudiante debe protestar contra el pensamiento liberal y de economía liberal», añadió. «La época en que los estudiantes protestaban contra la calidad de sus comidas pasó», dijo.

Desde la llegada al poder de Mahmud Ahmadineyad hace más de un año, fueron despedidos decenas de profesores universitarios cercanos a los reformadores y moderados. El presidente también criticó la participación de los universitarios en algunas conferencias científicas en el extranjero.

«No digo que no se deba participar en conferencias científicas, pero algunas de esas conferencias son un engaño. En algunas se invita a nuestros jóvenes (...) para quedarse con ellos», agregó. En junio pasado, unos cuarenta profesores de la universidad de Teherán fueron jubilados anticipadamente. Hoy hay 2,3 millones de estudiantes frente a los 150.000 de la revolución islámica de 1979. Según el Fondo Monetario Internacional, cada año 150.000 jóvenes iraníes educados abandonan su país.

Valores islámicos

Tras su elección, Ahmadineyad afirmó su voluntad de «reforzar los valores islámicos y revolucionarios» implantados en los primeros años de la revolución islámica de 1979 y anunció medidas contra los filmes extranjeros que hagan «propaganda al pensamiento laico, feminista y liberal».