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ELISA GARCÍA
Martes, 12 de septiembre 2006, 02:54
La reforma laboral, encaminada a hacer más atractiva para los empresarios la contratación indefinida, ha conseguido que de cada 100 contratos nuevos más de 12 sean estables. El porcentaje parece insignificante, pero representa un avance importante. Antes de la entrada en vigor de los cambios (mes de julio) tan sólo un 8% del empleo creado era indefinido. Se trata pues de un incremento en más de cuatro puntos porcentuales.
El último gran impulso a las colocaciones estables data de 1997, cuando las patronales (CEOE y Cepyme) y los sindicatos (CC OO y UGT) firmaron otra reforma laboral, que recibió el visto bueno del Ejecutivo del PP, partido que estaba en La Moncloa. Aquellos cambios contribuyeron a que en lugar de un 3% de contratos indefinidos se suscribiera el 8%.
El pasado agosto acabó con una proporción del 10,5%, y en los primeros días de septiembre, la tasa ha subido dos puntos y se ha situado en el 12,5%. La positiva evolución fue anunciada sin cifras por el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, en el Consejo Económico y Social (CES), durante la toma de posesión del nuevo presidente, Marcos Peña.
Posteriormente, correspondió al secretario general de Empleo, Valeriano Gómez, puntualizar el avance. «Hemos llegado al 12,5% en lo que va de septiembre». «Es un salto importante. Creo que la reforma laboral es muy positiva», dijo tras pronosticar que el resultado de los próximos meses «será mucho mejor».
Por su parte, el ministro resaltó que el CES supone un órgano, que pese a su carácter consultivo, da prueba de la consolidación de la democracia al ser «un canal de comunicación entre la sociedad y el Gobierno en las materias que afectan a los trabajadores y a los empresarios». Aprovechó la ocasión para recordar que el Ejecutivo ha firmado 18 acuerdos socio-laborales desde que José Luis Rodríguez Zapatero llegó a La Moncloa, entre los que destacó precisamente la última reforma del mercado de trabajo.
Al acto también acudió el vicepresidente económico, Pedro Solbes, quien señaló la función de «análisis y de elaboración de documentos enormemente útiles» que realiza el CES. Tuvo palabras de bienvenida para Peña, de quien resaltó dos cualidades «la de mediador y árbitro» en numerosos conflictos laborales.
El nuevo presidente del CES es licenciado en Derecho y miembro del Cuerpo Superior de la Inspección de Trabajo y de la Seguridad Social. Durante el periodo 1993 y 1996 fue secretario general de Empleo y tuvo que afrontar la huelga general del 27 de enero de 1994, convocada por CC OO y UGT contra la reforma laboral impuesta por el Gobierno de entonces.
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