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EDUARDO JIMÉNEZ
Jueves, 12 de octubre 2006, 03:24
El Teka Cantabria no tuvo opciones ante el Barcelona que consiguió una cómoda victoria por 35-24 en el partido correspondiente a la séptima jornada de la liga Asobal. El inicio del encuentro vino marcado por la facilidad de los azulgranas para anotar merced a la poca intensidad defensiva de los cántabros, cobrando una rápida ventaja (3-1). Ambos conjuntos optaron por una defensa 6-0 y atacar por el centro, siendo escasas las intervenciones de los extremos.
El Teka estuvo a punto de poner el empate a cinco en el marcador pero una buena intervención de Barrufet seguida de un rápido contraataque culminado por Juanín García mantuvo a los azulgranas por delante. La exclusión de Igor Vori en el minuto 9 apenas fue aprovechada por los cántabros gracias a Romero y a la efectividad de Barrufet en la portería azulgrana.
Igualdad numérica
Recuperada la igualdad numérica, la intensidad defensiva de los azulgrana y sus efectividad en los contragolpes permitió a los locales ampliar las diferencias hasta el 11-6, hecho que obligó al entrenador cántabro a pedir tiempo muerto. Tras el mismo, los visitantes reaccionaron incrementando su intensidad defensiva a la vez que sacaban provecho de rápidos contragolpes. Todo ello unido a la precipitación de los azulgranas en ataque, permitió al Teka acercarse hasta el 12-10. En ese momento Xesco Espar echó mano de su amplitud de banquillo y con la salida de Nagy los azulgranas consiguieron mantener el ritmo de los primeros minutos aunque el acierto de Gautschi por parte de los cántabros posibilitaba que las diferencias se mantuvieran en torno a los dos o tres goles.
Fue en los minutos finales cuando el Barça consiguió ampliar su ventaja a los seis goles merced a la aportación ofensiva de hombres como Jerome Fernández, Jonas Larholm y especialmente de Víctor Tomás que gracias a la buena labor defensiva de sus compañeros culminó varios contragolpes que permitieron a los locales irse al descanso con una amplia ventaja (20-14).
La segunda parte se inició de una forma similar al final del primer período. Los cántabros no consiguieron su primer gol hasta que no tuvieron superioridad numérica, merced a la exclusión de Juanín García. Dicha superioridad permitió que la diferencia de goles no superara la barrera de los siete tantos.
Por los cántabros sólo Gautschi lograba superar a Barrufet en alguna ocasión. Las exclusiones casi consecutivas de Gautschi y Kozomara dejaron el partido visto para sentencia.
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