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PAULINO LAGUILLO
Viernes, 24 de noviembre 2006, 01:59
Uno de los asombros de comienzos del siglo XXI se está produciendo por estos días en Los Corrales de Buelna con la solución encontrada para el paso a nivel de la Avenida de José María Quijano en cuanto a las fuertes y constantes retenciones de tráfico que esta localidad industrial viene soportando, desde hace mucho tiempo, por el cada día mayor número de vehículos que circulan por dicha calle, que a su vez es carretera comarcal.
La fórmula 'revolucionaria' que se va a aplicar para tan arduo problema en la circulación consiste en regular las retenciones provocadas por el ferrocarril únicamente con señales ópticas, abandonando el arcaico sistema de barreras, que aún siendo automáticas pueden quizás resultar antiestéticas al ponerse en marcha muy pronto un nuevo Plan General, pero con la siempre novedad añadida de poder pasar bajo las vías. O lo que es lo mismo, construir un túnel y continuar con las mismas retenciones.
Cuando ya pronto se cumplirán tres años del inicio de las obras de un paso subterráneo en este punto tan conflictivo para la circulación y todo indicaba que por fin iban a concluir, fuentes municipales acaban de anunciar que Fomento pretende instalar semáforos para regular el tráfico, ya que la estrechez del túnel no permite el cruce en el mismo de dos camiones, y que habrá de modificarse el proyecto inicial, anulando la rotonda prevista a la entrada del paso subterráneo por el este, junto a la portería de Trefilerías Quijano, SA. Y todo ello posponiendo una vez más, entre las muchas que se ha hecho e ignorándose hasta cuándo, la apertura de un paso muy vital que al no poder utilizarse hace que el intenso tráfico de vehículos se verifique por el propio centro y calles angostas del casco urbano. Tanto el proyecto como la ejecución de las obras de construcción de un paso subterráneo en este lugar de tráfico intenso para mitigar los muchos inconvenientes que el ferrocarril ha ocasionado en Los Corrales de Buelna desde su llegada en agosto de 1858, dividiendo el pueblo en su mitad y discurriendo por el propio casco urbano, es de lo más reprobable y vergonzoso, llegando a ascender las obras a más del doble de la cantidad de tres millones de euros, prevista inicialmente. Pero es que, además, no parece que existan responsables directos en todo este desaguisado y en la medida que a cada cual corresponda,o si los hay se dice que están lejos, lo cual los vecinos no pasan a creer ni a aceptar y están criticando muy duramente por estos días.
Los hechos están muy claros y así han sido vistos desde el inicio de las obras. La indignación y dura crítica de la población de Los Corrales de Buelna es más que justificada por estar realizándose una obra que habiendo sido muy demandada durante años, finalmente no va servir para nada e incluso empeora la situación anterior, a pesar de los muchos perjuicios que está ocasionando y de su elevado coste para el erario público.
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