Segunda vuelta

Señor director:

No, no me refiero a la segunda vuelta a la que los equipos de fútbol tendrán que enfrentarse a partir del próximo febrero. La segunda vuelta a la que quiero referirme es a esa que, según dicen algunos, se contempla en algunos países con solera democrática demostrada y, de la que ninguno de nuestros políticos parece que quiere hablar. ¿Por qué será?

En los últimos tiempos presenciamos que, sin salirse de la legalidad establecida, en Galicia el partido más votado no se come un rosco ni participa en el gobierno de la autonomía. En Cantabria, también con la legalidad establecida, preside el partido menos votado, gobierna el segundo menos votado y tampoco se come un rosco el que obtuvo mayor apoyo en las urnas. En Cataluña, con la misma legalidad, el partido que consigue más votos se queda fuera del gobierno y mandará una especie de «bodrio» llamado no se como y constituido por fuerzas políticas que teóricamente no son miscibles.

No hace mucho, todavía les quedaba un poco de vergüenza y disimulaban justificando los pactos argumentando que sus programas eran en gran parte coincidentes y que perseguía unas metas similares. Ahora no. Ahora no se recatan en publicar que se alían con este o aquel, en función de las consejerías que les ofrecen. En una palabra, en función del trozo que le puede tocar de la tarta del poder.

Ante estas situaciones y en nuestra autonomía ¿a quién votamos en las próximas elecciones municipales y autonómicas? ¿Va a servir nuestro voto para que gobierne un partido al que nunca votaríamos? Pues seguramente sí.

A la vista de estas situaciones no se entiende que no se modifique la ley electoral y se implante la segunda vuelta. De ese modo gobernaría el partido representante de la mayoría de los ciudadanos y, si no obtenía mayoría absoluta, se vería en la necesidad de pactar puntualmente sus decisiones importantes.

Después de esta reflexión me pregunto: ¿Para qué sirve mi voto? Gracias.

DNI: 13.478.607