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TOMÁS GARCÍA YEBRA
Miércoles, 29 de noviembre 2006, 02:07
La directora de la Biblioteca Nacional, Rosa Regás , acusó al personal interno de la institución -a su sector más crítico y descontento- de filtrar «falsedades» que han originado «críticas soeces y de mala fe» en algunos medios de comunicación. «El que haya sido lo pagará», amenazó Regás . «Lo pagará como lo paga cualquier delincuente».
A petición propia, la escritora compareció ayer en la comisión de cultura del Congreso para explicar su gestión y defenderse de las acusaciones vertidas en ciertos sectores de la prensa. La directora leyó un amplio dossier de 27 páginas en el que acusa a los anteriores gestores del estado «mortecino» en que encontró el edificio. «Lo vi en un estado de desánimo e inmovilidad que me impresionó».
La portavoz del Grupo Popular, Beatriz Rodríguez Salmones, defendió a los antiguos bibliotecarios y acusó a Regás de hacer «diseños y proyectos» sin llegar a ejecutar nada. Según Salmones, en estos dos años y medio de gestión socialista, la Biblioteca Nacional carece de «calendario y presupuesto» en su plan estratégico. También se refirió al cambio de gerentes (cuatro desde que la escritora dirige la institución) y a las quejas de los funcionarios por su falta de movilidad en cuanto a destinos y las supuestas injusticias en promociones y sueldos.
Regás dijo que el presupuesto no dependa de ella sino del Ministerio de Cultura. «Ahora estamos en una fase de reajuste, pero en 2008 tendremos un aumento de cinco millones de euros». En cuanto a los sueldos de los funcionarios afirmó que el equipo directivo de la Biblioteca Nacional tiene el mismo sueldo. «Si hay alguna persona que por lo que sea se encuentra en una situación distinta o particular, se le ha subido el complemento específico para que todos los sueldos sean iguales».
La directora explicó las causas de la marcha de tres gerentes en tan corto espacio de tiempo. «El primero pidió la baja por problemas personales graves, el segundo se fue al Ministerio de Sanidad y el tercero tuvo que reconocer -después de tres o cuatro resbalones- que la Biblioteca le venía grande y él mismo pidió la baja».
Libertad de acción
Ante otra pregunta de la portavoz del Grupo Popular, Regás admitió la necesidad de dotar a la Biblioteca Nacional de un nuevo marco jurídico. «Ahí tiene usted razón», respondió la escritora. «Nos daría mayor libertad y flexibilidad y aceleraría los proyectos que estamos poniendo en marcha». Regás dijo que un equipo de abogados estaba estudiando la posibilidad de este cambio. «Podemos convertirnos en 'agencia', pero, ya digo, lo estamos estudiando y habrá que valorar todos los supuestos».
Calificó su gestión de «satisfactoria» y pidió que las fuerzas políticas excluyan a la biblioteca de «dimes y diretes», pues se trata de una institución que debe ser «el orgullo de todos». Si hay cierta lentitud en los procesos se debe a que «una institución publica es mucho más lenta que una empresa privada, y contra esto no se puede luchar».
Regás cifró el plan estratégico 2006-2008 en cinco puntos estratégicos: «Convertir la biblioteca en un lugar de encuentro cultural de todos los ciudadanos; reforzar el acceso a los recursos de información necesarios para la investigación y reforzar los servicios a los usuarios; analizar y planificar la gestión de las colecciones; promover las actuaciones en todos los ámbitos profesionales; y liderar proyectos de innovación en el ámbito profesional».
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