Mal juego e impotencia local

El Teka Cantabria no pudo con el Algeciras y cayo derrotado por 23-24. Las causas principales de la derrota fueron que en esta ocasión Jorge Martínez no estuvo tan inspirado como hace una semana ante el Almería y que los visitantes mostraron más recursos tácticos individuales y colectivos que los de Fran Ávila, que se estrellaron en la segunda parte contra la defensa 5-1 que dispuso el equipo visitante.

El partido comenzó con el Cantabria en plan mandón. Brankovic se mostraba más activo que en otras ocasiones y ello lo reflejaba el marcador que de salida se puso con 2-0 para los locales. Poco duró la alegría ya que los visitantes querían dormir el encuentro y con García Vega como director y Cohelo como finalizador lograban dar la vuelta al marcador y ponerse con 2-3. Las defensas 6-0 de los dos equipos no frenaban a los ataques y ni Jorge Martínez ni el macedonio Borko se mostraban acertados en la defensa de sus porterías.

Con estas constantes transcurrieron los primeros quince minutos, si bien una vez pasado el ecuador del primer tiempo se produjo una tímida reacción de los santanderinos con goles de Kozomara y Stefanovic lo que les permitió ponerse por delante en el marcador con 11-9. Hasta el final de la primera media hora el Cantabria mejoró merced a una mayor intensidad en defensa y a que el portero Martínez se mostraba más acertado en sus intervenciones. Parecía que el partido se podía sentenciar a favor de los de Fran Ávila, que llegaron a ir ganando por cuatro goles 14-10, pero las imprecisiones y tres goles visitantes de García Vega y Cohelo -dos- propiciaron que al descanso se llegase con 15-13.

Defensa 5-1

El segundo período comenzó con un cambio táctico por parte del Algeciras. Su técnico ordenó una defensa 5-1 con Gámuz como jugador avanzado para evitar el juego cómodo de la primera línea santanderina. El planteamiento le dio resultado. A los diez minutos habían conseguido empatar a 17 y con veinte minutos por delante no habían dicho su última palabra.

El Cantabria comenzó a mostrar importante carencias en su 3-3. Los jugadores no acertaban a superar la defensa con desdoblamientos y ello permitía a los visitantes llevar la iniciativa en el marcador. Con estas constantes los aficionados comenzaron temer por el resultado. Su equipo se mantenía en el partido gracias a algunos errores de los visitantes y a los aciertos de Jorge Martínez, que volvía a cobrar protagonismo. El ritmo del partido lo llevaba el equipo visitante. En algunos momentos llegaba a desesperar a los locales por su lentitud, si bien sabían jugar con esta presión y con el riesgo de jugar en todo momento cerca de la pasividad.

Mientras los locales encadenaban una serie de errores consecutivos sus rivales lograban irse hasta el 20-23 a falta de doce minutos. Parecía que el partido estaba sentenciado pero la transformación de dos lanzamientos desde siete metros por parte de Milosaljevic y la parada de Martínez a un rival desde la misma distancia permitían seguir vivos de los de Fran Ávila con el 22-23 a falta de nueve minutos.

No quedaba mucho tiempo, pero podía pasar de todo. La responsabilidad comenzó a pesar en los jugadores. Desde el banquillo local muchas indicaciones del técnico y del delegado que al final no sirvieron de nada. El jugador más irregular de los visitantes, el portero Borko, desbarató las dos ocasiones que tuvo el Cantabria de empatar. Al final derrota local en un partido que ganó el menos malo. Lo más justo hubiese sido un reparto de puntos.