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El ex ministro Trillo, en el traslado del féretro de Loyola de Palacio. A la derecha, arriba, Zapatero habla con Rajoy; abajo, el matrimonio Aznar llega a casa de la fallecida. / EFE
La muerte de Loyola de Palacio facilita el acercamiento entre Zapatero y Rajoy
NACIONAL

La muerte de Loyola de Palacio facilita el acercamiento entre Zapatero y Rajoy

Toda la clase política destaca la «valentía» y «brillantez» de la dirigente del Partido Popular fallecida por un cáncer Elogios en Europa para la que fue vicepresidenta de la CE

M. IGLESIAS

Viernes, 15 de diciembre 2006, 09:21

Lo que no logró el espíritu de la Constitución -ante cuya celebración el presidente del Gobierno y el jefe de la oposición mantuvieron ostentosamente la distancia que los separa- lo ha conseguido Loyola de Palacio. La muerte de la dirigente del PP facilitó el acercamiento de José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, que mantuvieron la primera conversación cara a cara en mucho tiempo. El jefe del Ejecutivo se acercó al presidente del PP en el hemiciclo del Congreso para presentarle sus condolencias por el fallecimiento de la ex ministra popular.

Política forjada en la oposición, pero con experiencia de Gobierno, Loyola de Palacio estaba escandalizada en los últimos tiempos por el divorcio entre los dos grandes partidos. Recordaba con añoranza los primeros años noventa y la última legislatura de Felipe González con el PP en pie de guerra. A pesar de la convulsa etapa política que le tocó vivir como portavoz adjunta del Grupo Popular, aseguraba que nunca se rompió el hilo conductor entre Gobierno y oposición. «Hasta en los peores momentos, Jesús (Caldera) y yo pactábamos muchas cosas, incluso los desencuentros, pero nunca dejábamos de hablar», aseguraba.

Ayer, y con motivo de su muerte, Zapatero y Rajoy volvieron a dirigirse la palabra al mismo tiempo que todas las fuerzas políticas coincidieron en un punto de encuentro: el elogio generalizado de los valores de la que fue vicepresidenta europea. Adversarios políticos de otras formaciones declararon su cercanía y solidaridad con la familia popular.

Reconocimiento general

En el domicilio familiar se reunieron los más allegados a la fallecida y compañeros del PP para despedir el cadáver, que hoy será enterrado en Deba (Guipúzcoa). El reconocimiento a su impetuoso espíritu de trabajo fue referencia común para todos los políticos que recordaron la trayectoria de la ex ministra, dentro y fuera de su partido.

«Rompió moldes», dijo la ministra de Agricultura, Elena Espinosa, cuando acudió también a trasladar el pésame del Gobierno a la casa de Loyola de Palacio. La vicepresidenta del Gobierno, Fernández de la Vega, la describió como «una extraordinaria mujer, una persona valiente y una parlamentaria brillante». El presidente de las Cortes, Manuel Marín, tuvo un recuerdo para la fallecida durante el pleno de ayer y reconoció su talla parlamentaria.

La tristeza y la estupefacción se instaló en el PP. El ex presidente del Gobierno, José María Aznar, el ex ministro de Defensa, Federico Trillo, y algunos miembros de la familia De Palacio llevaron a hombros el féretro de Loyola desde su casa hasta el coche fúnebre. Aznar sólo pudo comentar su sentimiento de «pena y tristeza». Manuel Fraga se empeñó en destacar que ella fue «la más trabajadora, la más seria» de los militantes del partido que fundó. La clase política europea también se volcó en elogios a la que fue vicepresidenta de la Comisión y comisaria de Transportes. El Parlamento Europeo guardó un minuto de silencio en memoria de la política española.

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