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GUILLERMO BALBONA
Viernes, 15 de diciembre 2006, 12:48
Doscientas personas que mostraron pancartas de protesta, entre gritos y ruidos de silbato, increparon ayer en la capital cántabra a los espectadores que acudieron a la representación de la obra 'La Revelación', de Leo Bassi, que clausuró la Muestra del Aula de Teatro de la Universidad. La concentración tenía como fin protestar contra un montaje que consideran un «insulto» hacia los católicos. Minutos antes, el cómico aseguró que tales protestas -que han acompañado su espectáculo desde su estreno el pasado invierno- «despiertan al verdadero bufón» que hay en él. No obstante, confesó haber «sentido miedo en muchas ocasiones», aunque también se mostró convencido de que su propuesta había ganado en fuerza corrosiva y en capacidad crítica, al reforzar sus convicciones.
Durante media hora, los empujones, gritos, insultos, pitidos y algunos amagos de enfrentamiento se sucedieron en los accesos a la entrada principal de la Facultad de Medicina donde, finalmente, el cómico italiano y hombre de escena representó 'La revelación' en la sala universitaria, en la clausura de la XVII Muestra Internacional de Teatro.
El punto álgido de los incidentes se vivió cuando la protesta y el enfado de los manifestantes ante un montaje que calificaron de ofensivo contra sus creencias religiosas se centró en la presencia del consejero cántabro de Economía, Ángel Agudo, y su jefe de Gabinete, Fernando Pérez, quienes al acceder a las dependencias de la UC para asistir a la representación fueron insultados y zarandeados por varios de los manifestantes, lo que obligó a intervenir al servicio de seguridad contratado por la universidad, en ausencia de la policía.
Agudo declaró después que la representación «puede ser buena, mala o regular, pero la gente tiene que tener libertad de decidir si viene o no a verla». Tras reconocer que se sintió violento a la entrada del recinto, apuntó que «quien quiera manifestarse puede hacerlo, pero no de forma violenta» y subrayó que «situaciones como estas son contrarias a la libertad y la democracia». La tarde noche tuvo así dos caras y otros tantos escenarios: en el exterior y, desde una hora antes del inicio del polémico espectáculo, se manifestaron los concentrados que exhibieron pegatinas, carteles y pancartas de protesta, portaron velas y exhibieron rosarios, entre descalificativos contra los espectadores y loas a la Iglesia; en el interior, Leo Bassi reivindicó minutos antes de la representación «un espacio laico, neutro donde todas las maneras de pensar puedan defenderse de manera legítima».
Después, dos horas y cuarto de un montaje que llenó la sala Medicina. Cerca de quinientos espectadores siguieron una obra crítica que, en palabras del cómico, invita a la reflexión, se define como un «homenaje al laicismo» y «se defiende por sí misma, desarrollando una idea sobre el proselitismo del ateísmo, dentro de la tradición de la Ilustración». Bassi aseguró que en 'La Revelación' defiende «valores muy profundos, muy europeos»,y lamentó que haya gente que «no ha visto la obra y pone en mi boca cosas que yo no he dicho».
En su presentación del montaje teatral, defendió la trascendencia en el presente del «papel crítico del bufón» y se mostró convencido de ser víctima y objeto de manipulación. Sobre el comunicado del Obispado de Santander, Bassi se preguntó cómo puede hablar de «valores cristianos, de paz, cuando luego su radio, utiliza la agresividad, la mala leche, la total ausencia de diálogo y la mentira, conceptos nada cristianos».
Pancartas y proclamas
'La Iglesia unida jamás será vencida'; 'la libertad de expresión no es libertad para ofender'; 'el libro más leído y traducido en la historia de la humanidad es ultrajado en esta facultad'; 'más estudiar, menos blasfemar' fueron algunas de las consignas y lemas que acompañaron la concentración, en ocasiones a través de los gritos de los presentes o reflejadas en las pancartas que se desplegaron una hora antes del espectáculo. Los concentrados, asimismo, repartieron rosarios y corearon cánticos religiosos.
La asociación Udefa, Unión en Defensa de la Familia, convocó esta 'concentración pacífica' de protesta días antes, mientras la polémica crecía en torno a la obra del cómico Leo Bassi, quien no salió a las puertas de la facultad a hablar con los manifestantes, tal como era su intención. Los concentrados, que calificaron al actor de 'Lucifer', abandonaron las instalaciones cerca de las diez de la noche. Bassi agradeció a la UC que no cancelara su espectáculo tras «unas presiones claramente políticas».
Apoyo
Juventudes Socialistas de Cantabria (JSC) manifestó ayer, a través de un comunicado, su «sincero apoyo y felicitación a la Universidad por mantener la firmeza ante las duras críticas que ha recibido al apoyar la libertad de expresión» y mantener la representación de la obra.
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