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NACHO GONZÁLEZ UCELAY
Domingo, 17 de diciembre 2006, 02:54
Un joven que conducía bebido y a 200 kilómetros por hora causó el viernes un accidente en el que dos de sus amigos (de 19 y 26 años) fallecieron y un tercero (de 18) resultó con heridas de gravedad. El conductor, que aseguró a los servicios de emergencias que él y el otro superviviente iban solos -los cuerpos de los dos jóvenes fallecidos se descubrieron ayer- fue puesto a disposición del juez, que, en una decisión de la que no constan precedentes en Cantabria, le ha metido en la cárcel.
Según informaron ayer fuentes de la Delegación del Gobierno en Cantabria, el siniestro se produjo a las diez y media de la noche del viernes en el kilómetro 2,500 de la autovía S-10, a la altura del término municipal de Camargo -en las inmediaciones de Eroski- cuando un turismo en el que viajaban cuatro jóvenes se salió de la vía colisionando contra el muro de protección y cayendo sobre la zona de marisma que se encuentra junto a la vía y que se caracteriza por su espesura.
Dotaciones de la Guardia Civil, de los bomberos de Santander y del servicio de emergencias '112' se personaban inmediatamente en el lugar del siniestro, donde vieron «a dos jóvenes heridos, uno grave y otro leve».
El herido grave fue identificado como José Ángel García Bedia, de 18 años y vecino de Santander. Viajaba en el asiento del copiloto y fue evacuado en ambulancia al Hospital Valdecilla.
Y el herido leve fue identificado como Adrián García Barquín, de 21 años y vecino de Santander. Conducía el vehículo siniestrado y fue detenido por dar positivo -arrojando tasas de 0,45 y de 0,47, es decir, el doble de lo permitido- en la prueba de alcoholemia a la que fue sometido.
Dos muertos
Antes de abandonar en lugar del siniestro, mientras los servicios de emergencias les practicaban las primeras curas, los dos chicos dijeron «en reiteradas ocasiones» -tanto a los guardias civiles como a los bomberos que les preguntaron- que ellos eran los dos únicos ocupantes del vehículo, por lo que todos los participantes en el operativo se fueron una vez concluyeron su trabajo.
Sin embargo, ayer por la mañana, cuando operarios del servicio de mantenimiento de la Red de Carreteras del Estado se presentaron en el lugar para retirar el coche accidentado, observaron, a unos 40 metros del turismo, semiocultos por una zona de marisma, los cadáveres de dos chicos que la Guardia Civil determinaría, luego de ser advertida del hallazgo, que viajaban en el asiento trasero del turismo que sufrió el accidente la noche anterior y que salieron despedidos del mismo al no llevar puesto el cinturón.
Uno de ellos fue identificado como José Luis Morán Quiroga, de 19 años y vecino del municipio de El Astillero. El otro era Fernando Arcas Castillo, de 26 años y vecino de Santander. Se desconoce, aún, si los chicos murieron en el acto o, fallecieron en algún momento de las 12 horas que permanecieron allí.
Detenido
Poco después, mientras los servicios fúnebres se hacían cargo de los dos cadáveres, la Guardia Civil detenía a Adrián García Barquín como presunto autor de sendos delitos de homicidio imprudente habida cuenta de que el equipo de Atestados determinó que las causas del accidente fueron «el estado de embriaguez del conductor», que duplicó la tasa de alcoholemia a la que fue sometido, «y la velocidad excesiva a la que iba», que en el momento de producirse el impacto rondaba los 200 kilómetros por hora.
Adrián García Barquín, que en los últimos dos años se ha visto envuelto en otros seis accidentes, fue puesto a disposición del juez, que tras escuchar su declaración ordenó su ingreso en prisión en una decisión sin precedentes en la historia que une a la muerte y a las carreteras de Cantabria.
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