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Manuel Castanedo sostiene sobre su brazo a 'Rayo' momentos antes de emprender su vuelo sobre El Sardinero. / BRUNO MORENO
Racing

Los vigilantes de El Sardinero

'Rayo' y 'Reca', dos águilas harris propiedad de Manuel Castanedo, son las encargadas de que las palomas no hagan de las suyas en el campo del Racing

F. FERNÁNDEZ-CUETO

Sábado, 3 de febrero 2007, 02:02

Que las palomas no campen a sus anchas por El Sardinero. Con esa intención todas las tardes 'Rayo' y 'Reca', dos águilas harris, despliegan sus alas en el campo del Racing a las órdenes de su propietario, Manuel Castanedo, un cetrero cántabro que puede desarrollar su gran afición en un lugar ciertamente atípico.

Hace ya tiempo que en el Racing se hicieron eco de las numerosas protestas de muchos aficionados que estaban cansados de que las palomas les amargaran las tardes de fútbol. Estas aves, símbolo de la paz, aunque molestas en muchos casos, tampoco facilitaban las tareas de limpieza a los empleados del club, hartos también de adecentar los asientos ubicados bajo las zonas de nidificación. Ni siquiera el terreno de juego se libraba de la acción de las palomas. Ante esta situación, en el club se pusieron manos a la obra y, después de probar varias alternativas, durante el pasado otoño encontraron la solución: Las dos águilas harris de Manuel Castanedo.

Prueba satisfactoria

Tras un período de prueba que arrojó unos resultados más que satisfactorios, 'Rayo', un macho de ocho meses de edad, y 'Reca', una hembra de sólo cuatro meses que se encuentra todavía en proceso de aprendizaje, 'firmaron' por el Racing en diciembre, momento a partir del cual ejercen como vigilantes en el campo santanderino. Desde entonces, todas las tardes, al caer la noche que es cuando las palomas regresan de sus rondas diarias hasta los lugares en que encuentran cobijo para pasar las frías noches invernales, las dos águilas de Manuel inician su trabajo. Es simple, pero efectivo.

Su sola presencia en las gradas de El Sardinero o sus vuelos bajos sobre su maltrecho césped y las tribunas son un argumento lo suficientemente contundente como para que las palomas busquen abrigo en otro lugar.

Después de que los operarios del club verdiblanco eliminaran los nidos que las palomas habían construido en buena parte de la cubierta del campo, la tarea de 'Rayo' y 'Reca' consiste en impedir que los incómodos visitantes vuelvan de nuevo. Y lo están consiguiendo pese a la tozudez de las palomas, sumamente reticentes a abandonar la comodidad y, al menos hasta ahora, la seguridad que encontraban en el campo del Racing.

Pese a que cada vez son menos las palomas que se aventuran a entrar en el terreno de las águilas de Manuel, éste pretende ampliar su presencia en el campo, llegando hasta las seis horas diarias. Y es que, aunque efectiva, la tarea de eliminar a las molestas aves es lenta.

Las más adecuadas

Otros lo intentaron sin demasiado éxito -las rapaces empleadas no fueron las más adecuadas-, pero Manuel Castanedo, con sus dos águilas harris, aves originarias del norte de México, lo está consiguiendo.

En otros campos, como es el caso de San Mamés o del Santiago Bernabéu, también han recurrido al antiguo arte de la cetrería para que sus instalaciones estén en el mejor estado posible, aunque se utilizan otras rapaces, halcones, en concreto. Sin embargo, por las condiciones de El Sardinero, las águilas harris se muestran mucho más efectivas. Lo están demostrando y los espectadores lo agradecen.

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