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El pintor Eduardo Gruber. / ANDRÉS FERNÁNDEZ
«Ha tardado unas décadas, pero la realidad hace más profético  a Duchamp»
Arte

«Ha tardado unas décadas, pero la realidad hace más profético a Duchamp»

El pintor santanderino, que ha vuelto al dibujo con una nueva serie, protagoniza este año cinco exposiciones nacionales, individuales y colectivas, de ARCO a Santillana

GUILLERMO BALBONA

Domingo, 11 de febrero 2007, 02:50

Es un artista reflexivamente prolífico y, a su vez, contenido ante la diversidad de su creación. En los últimos años ha mantenido una constante pero pausada actividad plasmada en exposiciones y en comparecencias tanto locales como nacionales. Sus 'Ciudades' han acaparado en este tiempo intensos y singulares trabajos, como esa gran obra que dio lugar a una original exposición de un solo cuadro, 'Eutropía, la ciudad imposible', exhibido en la galería Galería Aele de Madrid. La creación de Eduardo Gruber (Santander, 1949), uno de los pintores cántabros más importantes de las últimas décadas, cuya obra forma parte de las más destacadas colecciones de arte contemporáneo, emprende esta semana un extenso itinerario protagonista por espacios y ámbitos bien diferentes. Además de estar presente en Lisboa, a través de la exposición de arte cántabro 'O belo e o triste' (Lo bello y lo triste), impulsada por la Consejería de Cultura para el Año Jubilar Lebaniego, su obra también estará representada por partida doble en ARCO: en la sala de Evelyn Botella, donde mostrará un impresionante dibujo, 'Buchipluma nunca ganó el derby de Kentucky' -grafito y collage (cerámica y paja) sobre papel y bastidor de aluminio de 300x300x37cms, perteneciente a la serie 'Display windows'-; y como integrante de la Colección de Norte en el stand de Cantabria en la feria.

El 1 marzo, con los últimos dibujos protagonizará su primera individual del año en Aele. El 13 de abril en la galería santanderina Siboney mostrará su serie Tijuana-Francfurt. En junio, su apuesta más especial: los jardines del Palacio de Caja cantabria en Santillana acogerán su proyecto 'Rascacielos'. Y en perspectiva, para rubricar el año, su trayectoria, en lo que se refiere sólo a su creación dibujística, será objeto de una publicación integrada en la colección de libros de arte del Colegio de Aparejadores de Cantabria.

-Un flash back obligado: ¿qué itinerario emocional y creativo precede a tanta comparecencia?

-La cosa es sencilla, el estudio no sólo es el lugar donde desarrollo el trabajo para el que parece estar destinado, también es un espacio especial, por lo que te rodea, para la reflexión. Y en esta actividad es imprescindible tener lucidez con lo que te propones, y, a veces, y este es el caso, esa reflexión te dice que debes de cambiar el ritmo y alejarse de lo que termina haciéndose cotidiano. Por ello, decidí que el año 2006 fuera sabático en lo referente a compromisos o exposiciones, para así poder desarrollar todo lo que viene ahora.

-Aunque siempre estuvo ahí, ¿a qué achaca esta vuelta al dibujo, al menos notoria por su mayor protagonismo?

-Tiene que ver con el pensamiento que acabo de decir. De siempre he tenido debilidad por el dibujo, entendido de una forma autónoma, y después de unos años he vuelto con entusiasmo a él con la serie de gran formato 'Display Windows'. Es precisamente ese sosiego elegido, el que ha dejado que el proyecto haya tomado forma.

-¿Cómo es el Gruber o los 'Gruber' que este año veremos en cuatro o cinco espacios?

--Nuevo y al tiempo predecible. Todo tiene que ver entre sí. Al fin y al cabo, todo se desarrolla en el mismo espacio físico y emocional; en uno mismo. Y, luego, está el estudio, el territorio en el que, si no te dejas engañar, puedes intentar hacer que cualquier cosa imaginada sea posible.

-Cuando se agolpan los proyectos, ¿uno cree de verdad que vive un momento de gracia o todo es fruto de varias causalidades y azares?

-De vez en cuando es necesario estar satisfecho y, todavía más importante, darse cuenta de ello. Salir silbando del taller no tiene nada que ver con la autocomplacencia, es más el síntoma de que estás cerca del punto que buscas.

-Son muy diferentes los escaparates en los que se presenta su creación este año. ¿La obra, con sus ritmos y sensaciones, es la que marca el diálogo con los espacios elegidos, o intervienen otros factores?

-Hay proyectos pensados para un lugar concreto, pero es la excepción. Lo acertado, así lo entiendo yo, es que las pinturas, los dibujos, las fotografias tengan su principio y final en sí mismas. Después, cuando la obra sale del estudio, es evidente que se selecciona, teniendo en cuenta el lugar donde se vaya a exponer, para que la propuesta sea entendida como uno desea.

-El proyecto de Santillana para el verano conlleva connotaciones del Gruber escultor y escenógrafo. ¿Cómo se presenta esa experiencia en un entorno donde la naturaleza impone su ley?

-Seguro. Mira, en alguno de los textos que he escrito mientras concebía el proyecto soy muy directo, digo: « tres rascacielos, descarnados, reducidos a ritmos y líneas, para transfigurarlos en algo visionario e irreal, en una suerte de teatro de la ilusión, intentando lograr una monumentalidad -y esto es lo importante- no impositiva sobre el paisaje La elección de una escala determinada permite al espectador salir de su contexto y transferirle la idea de que es la naturaleza la que generosamente acoge, bajo su dosel arbóreo, la propuesta sin ningún ánimo de confrontación ; al fin y al cabo, lo efímero del proyecto, hace que al final se libere el paisaje, y se recupere el vacío, aspiración última de esta iniciativa».

-Al mirar atrás, ¿qué dimensiones encuentra el pintor para la autocrítica?

- La autocrítica debe de hacerse, pero en el tiempo real. Lo pasado lo percibo con cierto distanciamiento. En todo caso, soy consciente que, de una u otra manera, en todo lo anterior se apoya el futuro.

-¿Cuál es la raíz de su visión plástica?

-Todo tiene que ver con todo. Las vivencias infantiles, los amigos, las aficiones, las ideas, los libros elegidos, la familia Todo hace que veas la vida así o así, y la pintura es parte de mi vida.

-El pintor ¿conserva 'banderas', 'modas' e 'ismos', o los aglutina en una 'voz propia'?

-Podría continuar enumerando esas cosas que te construyen, y, claro, como artista, es interesante 'saber ver' lo que se ha hecho o se hace para reafirmar tu 'voz propia'.

-Supongo que se lo ha preguntado usted todos los días pero, ¿qué ha perdido y ha ganado Gruber, en términos puros de creación, con eso de la madurez y la experiencia?

-En el arte no creo en términos como frescura, espontaneidad y menos relacionados exclusivamente con la juventud. Puede ocurrir y ocurre, que sea precisamente la madurez la que te permita acercarte a planteamientos, que en otros momentos de tu trayectoria parecerían impensables.

-Usted es un artista asiduo a ARCO, a través de galerías y espacios institucionales. ¿Qué espera de esta edición, y cómo analiza el desembarco de una nueva directora?

-El hecho de tener habitualmente obra en ARCO no hace que me interese especialmente lo que suceda allí si, como suele ser habitual, se entiende más por la vertiente mediática o comercial que por otra cosa. Aunque, como visitante siempre espero encontrar algo que te conmueva y te enseñe. Si en el ARCO de este año ocurre eso, poco me importa quién lo dirija.

-¿En qué momento se halla el lenguaje del arte? ¿La independencia como artista en el contexto del mercado se consigue día a día, o interviene el saber relacionarse?

-En tanto en cuanto todo es susceptible de ser considerado arte, los lenguajes se han expandido hasta el infinito. Ha tardado unas décadas, pero la realidad hace más profético a Duchamp.

-¿Comparte la impresión desde fuera de que el mundo del arte está 'encauzado' por la existencia de un 'establishment' que abre y cierra caminos? ¿No cree que a esto se suma una corriente de superficialidad y frivolidad que vertebra el cruce de los lenguajes artísticos?

- Déjame, primero, que te conteste a la pregunta anterior, que puede servir para ésta: lo que ocurre en el estudio es una cosa, ahí el territorio te pertenece exclusivamente, y los códigos con los que te manejas para realizar tu trabajo son íntimos e intransferibles, pero, fuera de él, es imposible encontrar a alguien que no esté afectado, en mayor o menor medida, por lo que tú denominas 'el mundo del arte' A todo lo demás contesto con un 'sí'.

-Vuelve con fuerza la pintura a la que muchos daban por muerta... ¿regresa por lógica, por inercia, por imposición...?

- Es una pregunta recurrente en las últimas décadas, y siempre tiene una misma respuesta: la 'pintura' será eterna. Lo entrecomillo porque hablo de la pintura no como técnica, sino como un modo de 'ver' que contamina. Aparecen nuevos lenguajes, nuevas técnicas, pero en su desarrollo está latente ese modo de ver. Quizá esta sea la contestación más subjetiva de la entrevista, lo dice un pintor.

-¿Qué le diría a un coleccionista para fijar su atención ante una obra suya?

-Aunque me esfuerce, me es imposible visualizar una situación así, aunque alguna vez les he hablado con entusiasmo de algunas obras de otros artistas, cosa, por otra parte, más fácil. Un buen coleccionista suele tener bastante pasión, mucha información e instinto, y el instinto, ya se sabe, también es personal e intransferible. «El estudio del pintor es un espacio para la reflexión y ésta te dice cuándo debes cambiar»

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