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Tribunales/SUCESOS

La anciana de Valdáliga murió apuñalada antes del incendio

El jurado deliberará hoy sobre la culpabilidad del hijo procesado

C. DE LA P.

Jueves, 22 de febrero 2007, 09:21

Ni accidente ni suicidio. Juana Escalante Vallina, una mujer de 73 años y muy enferma, cuyo cadáver fue encontrado carbonizado el 14 de abril de 2004 en la casa donde vivía en San Vicente del Monte (Valdáliga), murió de dos puñaladas letales en el corazón y pulmón. Después, el homicida prendió fuego a la cama donde reposaba y las llamas se extendieron por toda la vivienda hasta arrasarla. Los peritos forenses que declararon ayer en el juicio con Jurado que se sigue en la Audiencia de Cantabria contra uno de los hijos de la víctima fueron contundentes y despejaron toda duda sobre si la mujer se encontraba muerta o no cuando se desataron las llamas.

También los expertos en incendios de la Guardia Civil fueron concluyentes: el incendio fue provocado y se inició en la cama.

De este modo los expertos confirmaron que la víctima fue asesinada y que después el homicida prendió fuego deliberadamente a la vivienda. Pero ¿quién fue el autor? El Ministerio Fiscal acusa a José Luis B. E., uno de los hijos de la anciana, para quien solicita 20 años de prisión como autor de un delito de asesinato y dos por otro de incendio. La abogada del procesado pide la absolución.

Los informes de las dos especialistas en Medicina Legal despejaron las dudas sembradas en la jornada anterior por un hermano del procesado, quien, en su ánimo de exculparle, llegó a decir que su madre «se pudo suicidar o ser víctima de un accidente».

Ayer las forenses que realizaron la autopsia al cadáver explicaron a los miembros del Jurado que enjuicia el caso que el cuerpo presentaba dos heridas de arma blanca. Una, partió el corazón de la anciana; la otra, alcanzó uno de los pulmones. Dos heridas mortales que provocaron su muerte y que fueron causadas antes de que el incendio destruyera completamente la vivienda.

Y es que, según precisaron las doctoras, las vías respiratorias de la mujer estaban libres de humo y carecían de toda quemadura.

Las peritos forenses ofrecieron otro dato importante: las incisiones que presentaba la víctima son incompatibles con la utilización de palos largos con un gancho en un extremo, los llamados bicheros, que utilizaron los bomberos tras el incendio para retirar madera y otros objetos.

Los bomberos que prestaron declaración aseguraron que cuando entraron en la planta baja utilizaron estos palos con garfios para despejar la zona alta. «¿Cabe la posibilidad de que hubieran pinchado el cuerpo de la víctima antes de haber visto el cuerpo?», preguntó la abogada defensora a los especialistas. «La posibilidad cabe», coincidieron los testigos.

Sin embargo, los informes forenses despejaron cualquier duda: la mujer fue apuñalada antes del incendio y las heridas que presentaba son incompatibles con un garfio como los utilizados por los bomberos.

Hoy, el jurado recibirá el cuestionario que deberá responder para determinar si el procesado es culpable o no culpable.

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