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El terrorismo y ETA recuperaron en el último sondeo del CIS el liderazgo entre los problemas que más preocupan a los ciudadanos. El 44,9% de los consultados considera que la violencia terrorista es el principal motivo de inquietud, por delante del paro, 37,6%, y la inmigración, el 34,5%.
Viernes, 23 de febrero 2007, 09:15
R. GORRIARÁN COLPISA. MADRID
Hay que remontarse hasta diciembre del 2004 para encontrar la última vez en que la violencia terrorista era la principal inquietud de la población. En aquel mes, el 55,1% confesó que ese era su principal problema, por delante del paro, el 53,8%. Unos datos que fueron consecuencia de una breve reaparición de ETA con la colocación de pequeñas bombas en distintos puntos de España el puente festivo de la Constitución.
En esta ocasión, el terrorismo ocupa la primera posición tras el atentado de ETA en la terminal cuatro de Barajas el 30 de diciembre pasado y que costó la vida a dos ciudadanos ecuatorianos. En los últimos meses, la violencia ha sido una preocupación secundaria para los ciudadanos. Por ejemplo, en el anterior sondeo figuraba en cuarta posición.
Tras el terrorismo, el desempleo y la inmigración, el sondeo del CIS de enero sitúa en cuarto lugar entre las inquietudes a la vivienda, 29,8%, y la inseguridad ciudadana, el 18,9%.
En el anterior estudio, el de octubre, la ordenación de los problemas era muy distinta; la inmigración ocupaba el primer lugar, seguida del paro, la vivienda, el terrorismo, y las inquietudes económicas en general.
Plante popular
Por otro lado, el PP anunció ayer que no acudirá a más encuentros preparatorios del pacto antiterrorista. Los populares se cansaron de «marear la perdiz» con reuniones que no conducían a nada y culparon al PSOE de que se truncasen las conversaciones por no aceptar «ninguna de nuestras propuestas», mientras los socialistas mostraron su «sorpresa» por la «ruptura unilateral» de los populares. El Gobierno, entretanto, puso en duda la conveniencia de fijar una cita entre los firmantes del acuerdo si no existe un mínimo común denominador sobre la agenda.
El partido opositor rompió la baraja. Alguien tenía que hacerlo en vista de lo infructuoso de las conversaciones preparatorias del pacto antiterrorista y del clima de desacuerdo existente sobre la estrategia a seguir contra ETA. Y el PP lo hizo. Su portavoz en el Congreso anunció que daban «por acabadas» las conversaciones preparatorias que tenían por objetivo acordar un orden del día para que se reuniera la comisión de seguimiento del pacto antiterrorista. De modo que, si nadie lo remedia, el pacto firmado en diciembre del 2000 ha llegado a vía muerta, un destino que, en privado, socialistas y populares consideraban inevitable.
Eduardo Zaplana, acompañado del secretario de Libertades Públicas del PP, Ignacio Astarloa, justificó la ruptura por la negativa de los socialistas durante la reunión, que duró poco más de una hora, a aceptar alguna de sus propuestas y porque, en contrapartida, el partido gubernamental no propuso «ninguna medida concreta» y solo planteó «cuestiones genéricas».
Las cinco proposiciones
Los populares pretenden que en el orden del día del pacto figuren las cinco proposiciones no de ley que han presentado en el Congreso, entre ellas la ilegalización del Partido Comunista de las Tierras Vascas o impedir toda actividad pública de Batasuna, a las que incorporó el compromiso del Gobierno para que el preso de ETA Iñaki de Juana cumpla íntegra la condena a tres años de cárcel. El portavoz del PP explicó que la respuesta del PSOE ante estas iniciativas es que la ilegalización fue rechazada por el Congreso o que la situación penitenciaria del terrorista es responsabilidad del Ejecutivo.
El dirigente opositor consideró, en resumen, que es «absurdo» reunirse para nada y, por tanto, no habrá más entrevistas. Dejó abierta la puerta, no obstante, a que su partido acuda a una convocatoria gubernamental del acuerdo si es para abordar «medidas concretas». Esa es, añadió, «nuestra posición hoy, ayer y mañana». Astarloa incidió en que la postura del PP no es ir a la cita para «hacerse una foto en beneficio de nadie».
El portavoz socialista, Diego López Garrido, mostró su «sorpresa, estupefacción y desagrado» por la «ruptura unilateral» del PP tras la segunda reunión preparatoria, la anterior se celebró el jueves pasado. El dirigente socialista denunció que la actitud de «levantarse de la mesa» del partido opositor demuestra su «nulo interés» por llegar a un consenso entre las distintas fuerzas políticas contra ETA.
Las iniciativas
López Garrido, acompañado del portavoz de Interior, Antonio Hernando, negó que acudiera a la reunión con iniciativas genéricas porque eran, en su opinión, «sustantivas» y estaban encaminadas a reforzar la cooperación internacional, ampliar el consenso antiterrorista a todos los partidos, y adoptar iniciativas en el terreno «procesal y político» para impedir que la ley de partidos sea vulnerada por Batasuna.
En el fondo, sostuvo el portavoz del grupo gubernamental, el motivo de la ruptura es que el PP quiere que «digamos sí a las cinco proposiciones» que han planteado. La oposición, agregó, aspira a «hacer la política antiterrorista y que el Gobierno asuma esa política antiterrorista», y si no es así «no hay nada que hablar». López Garrido señaló que, pese a todo, el PSOE «no tira la toalla» e intentará reunirse de nuevo con los populares.
Fuentes gubernamentales también mostraron su extrañeza por la actitud del PP ya que creían que iba a apurar hasta el final las reuniones para no aparecer ante la opinión pública como los responsables de la ruptura del pacto.
Estas fuentes indicaron que si bien no descartan la posibilidad de convocar el acuerdo, es «improbable» porque si no existe un orden del día consensuado es imposible llegar a acuerdos.
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