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CECILIA CUERDO
Sábado, 24 de febrero 2007, 02:28
Al grito de «Delphi no se cierra» y «hoy por mí, mañana por ti» y con ruido de cacerolas, unas 200 mujeres, esposas y madres de los trabajadores de la multinacional iniciaron este viernes una serie de protestas ante la anunciada desaparición de la factoría. La primera fue una manifestación por las calles de Puerto Real (Cádiz). Mientras tanto, la plantilla se ha organizado para mantener siempre ocupadas las instalaciones e impedir un «cierre patronal», que deje en la calle a 1.600 empleados directos y 4.000 provenientes de la industria auxiliar. Fuera de Cádiz, la alarma cunde en un sector que ha visto en los últimos siete años como se destruían más de 7.000 empleos.
La dirección de Delphi Automotive Systems argumenta pérdidas operativas durante los últimos cinco años -estimadas en 150 millones-, altos costes e incapacidad de atraer nuevos contratos de negocio. La Junta de Andalucía, partidos políticos y sindicatos han manifestado su oposición y alertan de que el cierre convertirá «en un desierto laboral» la Bahía de Cádiz, zona con una alta tasa de paro.
Una de las promotoras de la cacerolada, Pepa Gil, explicó que es necesaria la solidaridad con las familias que dependen de la fábrica. «Es muy fuerte lo que se nos viene encima, no sólo para los trabajadores, sino también para los comercios y otros establecimiento de la Bahía. Si no hay empleo para los jóvenes, que están preparados, cómo lo va a haber para hombres de 40 ó 45 años, muchos sin cualificación», comentaba visiblemente emocionada.
«Huelga a la japonesa»
La manifestación pasó por delante de la factoría de Airbus, empresa que también atraviesa dificultades, donde el comité de la planta aeronáutica se unió a la marcha. La protesta concluyó con una sentada ante la sede de Delphi y con gritos de «la plantilla unida, jamás será vencida», «queremos carga de trabajo» o «queremos justicia», en referencia a las subvenciones públicas concedidas a la multinacional en los últimos años a cambio de que no habría desmantelamiento de las instalaciones por lo menos hasta el año 2010.
El comité de Delphi ha planteado una «huelga a la japonesa», consistente en que el personal trabaje todos los días, incluidos festivos, con normalidad en sus turnos para evitar que la factoría quede vacía, «justo lo que quiere la empresa», comentaron sus representantes. La producción se mantendrá, pero se bloquearán los envíos a clientes para provocar el incumplimiento de los pedidos y obligar a la dirección a abrir negociaciones.
Además de la protesta femenina y de intensificar la actividad, los trabajadores han convocado una manifestación para el 1 de marzo. La próxima semana también está prevista una reunión en la Consejería de Empleo de Andalucía para buscar soluciones. Asimismo, representantes de las uniones sindicales informaron que el ejecutivo regional «ha mantenido contactos de alto nivel» con el Gobierno Central y responsables de la Unión Europea. El presidente autonómico del PP, Javier Arenas, demandó precisamente que el presidente de la Junta, Manuel Chaves, hable con el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, de la situación de Puerto Real y adelantó que su partido planteará una interpelación parlamentaria sobre el problema.
Por su parte, el consejero de empleo, Antonio Fernández, señaló que de llevarse a cabo el cierre, la empresa tendrá que cumplir la legislación española y la Junta comprobará si los incentivos han cumplido la finalidad para la que fueron concedidos. De lo contrario, Delphi tendrá que devolver unas ayudas que rondan los 60 millones de euros.
También desde Izquierda Unida ha habido reacciones. Su grupo parlamentario andaluz ha instado a la Junta a que se persone para defender activamente los derechos de los 1.600 trabajadores afectados. Los representantes de la coalición mantienen que el Gobierno de la Junta «no puede volver a limitarse a mirar hacia otro lado como si fuera un convidado de piedra».
Mientras los trabajadores de Delphi y sus familiares se organizan en la Bahía en defensa de sus empleos, el temor ante nuevas deslocalizaciones cunde en el sector.
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