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VIOLETA SANTIAGO
Lunes, 9 de abril 2007, 10:44
Que no te vengan con cuentos. Cuando tu chico te controla, te critica 'por tu bien' o quiere que dependas de él para todo, ¿es amor o es otra cosa? En la Dirección General de la Mujer (DGM) creen que no es tan raro que los jóvenes caigan en el error, así que se ha puesto en marcha una campaña para enseñarles a detectar actitudes que pueden desembocar en situaciones indeseables. La iniciativa se ha denominado 'Amar no es anular' y persigue hacer reconocible la violencia de género en sus momentos incipientes, es decir, cuando las jóvenes tienen sus primeras relaciones afectivas, en las que también se dan ofensas.
El departamento que dirige Ana Isabel Méndez realizó en 2006 un 'Estudio sobre violencia de género y actitudes sexistas en la población joven de Cantabria', cuyas conclusiones pusieron en evidencia que hay que seguir actuando entre los jóvenes, entre quienes persisten las creencias sexistas y los estereotipos de género. Este informe reveló, por ejemplo, que en el 23% de los casos las chicas que manifestaron tener pareja reconocían entre tres y ocho indicadores de violencia física o psicológica, a pesar de lo cual mantienen su relación.
Si bien también se vio que las nuevas generaciones -que han crecido bajo el influjo de los valores de la igualdad y la tolerancia- muestran un mayor respeto por las diferencias de género y unas actitudes más igualitarias, al tiempo los datos recogidos demostraron que chicos y chicas siguen siendo educados de forma diferenciada. El informe determinó que las chicas muestran una menor tolerancia hacia los malos tratos que los chicos, pero también que es necesario insistir en la información y sensibilización ya que la identificación del maltrato es bajo, tanto entre los varones como entre las mujeres.
Diferente educación
Por otro lado, el informe destacó que los jóvenes aspiran a mantener unas relaciones de pareja diferentes en función de su sexo. Así, las chicas tienen un ideal de relación más igualitario y aspiran a un mayor respeto de su propia independencia y de proyectos personales, mientras que ellos aspiran a mantener relaciones basadas en estereotipos de género más sexistas.
Y, de forma añadida, cuanto más sexistas son las actitudes de los jóvenes en sus relaciones, mayor tolerancia tienen hacia la violencia de género y más estereotipados son los roles percibidos de mujeres y hombres en ámbitos como la familia y el trabajo, y mayor será también la tendencia a buscar parejas que se acomoden a los estereotipos familiares tradicionales.
Para que las estudiantes -sobre todo- sepan identificar estas posturas, unas 'patrullas' han repartido varios días a las puertas de los centros educativos de Secundaria y universidades de la capital unos tarjetones en los que se les interroga sobre las actitudes de sus parejas. Los colaboradores de la DGM son voluntarios de los sindicatos, la Dirección General de Juventud, el Consejo de la Juventud de Cantabria, el Consejo de Estudiantes de la Universidad de Cantabria y algunas concejalías de ayuntamientos.
Los expertos creen que a los jóvenes les falta información respecto de los comportamientos violentos (físicos y psíquicos). También han visto que, algunos, siendo conscientes de que existen estas 'presiones', tienen tal grado de dependencia que les impide romper.
De ahí que se haya visto la necesidad de insistir en la detección de estas actitudes, porque la violencia de género es el resultado de un proceso que se inicia con pequeños abusos y se agrava con el tiempo, poco a poco. Los analistas saben, además, que cuando se habla de esta violencia todo el mundo piensa en una víctima determinada: una mujer adulta que tiende a simplificar la verdadera dimensión del problema. Pero la realidad señala que, ya en la adolescencia, son numerosas las chicas que empiezan aceptando prácticas de control que pueden agravarse con el paso del tiempo.
Desde la Dirección General de la Mujer se asegura que los maltratadores suelen disfrazar de 'otras cosas' sus verdaderas intenciones de control o sometimiento de la pareja a sus deseos, tal como se ponía de relieve en una 'macroencuesta' que realizó hace dos años en colaboración con el Instituto de la Mujer.
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