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Soplaos: el precio que se ha pagado por el agua

JAVIER RUIZ LÓPEZ Y MARÍA JESÚS DIEGO BEZANILLA

Sábado, 14 de abril 2007, 03:11

Los partidos políticos toman diferentes posturas con respecto al problema de los 'soplaos' en el Valle de Camargo y modelan la verdad a su conveniencia. Desde aquí queremos dar a conocer la versión, documentada, de muchos vecinos que vivimos en esas casas que se están quebrando, y con miedo a que un día se abra un agujero a nuestros pies.

El acuífero del Valle de Camargo. El subsuelo de Camargo tiene, a distintas profundidades, abundantes cavidades rellenas de agua, la cual ejerce presión hacia arriba y, de esta forma, equilibra la que el suelo ejerce hacia abajo. Al extraer el agua, esa presión desaparece y es cuando se producen los colapsos o hundimientos, pues el equilibrio del subsuelo se rompe.

El terreno, ya por naturaleza, tendría tendencia a sufrir colapsos en épocas de prolongada sequía, que rebajara más de lo deseable el nivel freático. Igualmente ocurriría con la entrada de las aguas por las fuertes lluvias tras un periodo de prolongada sequía. Pero los efectos serían casi inapreciables y, desde luego, se darían con muchísima menor frecuencia. Sin embargo, el fenómeno se está agravando, acelerando y multiplicando por la extracción de agua, lo que de por sí produce esas sequías de las que hablábamos. Además, el arrastre de materiales que conlleva la extracción también produce daños constantes.

La historia de los soplaos es la historia de la extracción de agua del subsuelo. En la primera mitad del siglo XX la compañía minera 'Bairds Mining Company Ltd.' intentó lavar el mineral con agua del subsuelo. En cuanto vieron las consecuencias que la extracción tenía sobre el terreno, en forma de hundimientos, cesaron de hacerlo. En el año 1988 el Ayuntamiento extrae agua para abastecimiento y se producen de nuevo los hundimientos. El Ministerio de Obras Públicas realiza unos estudios y los relaciona con la extracción de los pozos del Ayuntamiento. En 1992 recomienda cerrar algunos y vigilar otros.

En el año 1999 accede a la Alcaldía el señor Lejardi. A partir de ahí se pone en marcha la ETAP, con un depósito de lodos (que salen del subsuelo, con el agua) de 250 m3 que se llenaría cada pocos días, y se pide licencia, en 2002, a la CHN para explotar los pozos, que ya se utilizaban.

Concesión de explotación de los pozos. Es el 3 de octubre de 2003 cuando la CHN otorga al Ayuntamiento la utilización del agua de dichos pozos, con un cauce máximo global de 126 l/seg. Todo ello se hace sin ninguna evaluación de impacto y en contra, como hemos dicho, de recomendaciones de años anteriores realizadas por técnicos ministeriales. Entre las condiciones de explotación de los pozos se encuentran las que siguen:

- El destino del agua es para abastecimiento del municipio de Camargo.

- El agua que se concede queda adscrita a los usos indicados y no puede ser aplicada a otros distintos.

- La concesión se entiende hecha sin perjuicio a terceros y tendrá carácter provisional y a precario en época de estiaje, si no hay caudal disponible.

- El volumen máximo anual que puede ser extraído es de 3.973.536 m3.

El informe de la Fundación ECODES (Ecología y Desarrollo) para la Consejería de Medio Ambiente dice, y la información la aporta ANSA, que los recursos proceden de captaciones propias. Añade que en 2004 se pueden estimar en 4.211.924 m3.

En un cuadro vienen señalados los consumos desde el año 2000 (tres antes de la Concesión) hasta el 2004.

Por otro lado, según el díptico informativo que el Ayuntamiento editó, en diciembre de 2006, con motivo de la exposición 'El agua, un compromiso de todos', éste se abastecía al 90 % de captaciones propias y al 10% de Santander.

Aún restándole a ese total de 4.211.924 m3 el 10%, queda en 3.990.731, lo que supera lo otorgado en la concesión.

En otro apartado de ese mismo informe, se dice que uno de los ayuntamientos que surte de agua al municipio de Piélagos es el de Camargo. Vemos, pues, que no se incumple una, sino varias de las condiciones de la concesión.

El problema de los soplaos. Cuando algunos vecinos nos percatamos de que nuestras casas se estaban agrietando, en el 2003, Lejardi encargó un estudio a TRIAX, al final del cual se recomendó por esta empresa otro más concluyente. Este lo encargó la Dirección General de Carreteras, ya que la carretera comarcal también estaba afectada. El informe de este estudio recomienda el cese de la extracción de agua.

En el 2004 accedió Mª Jesús Calva a la Alcaldía. Como nos va dando largas, en el 2006 llega un momento en que nos hartamos y nos pusimos en contacto con muchas otras administraciones. Además, comenzaron a multiplicarse los hundimientos en terrenos y las grietas en viviendas y otras construcciones. En el verano de 2006, la alcaldesa, tras haberlo hecho antes los propios afectados, le comunica a la CHN lo que está sucediendo.

Informe de la Consejería de Industria. Una de esas administraciones a las que recurrimos fue la Consejería de Industria. A raíz de nuestra denuncia elaboraron los técnicos un informe en el que se relacionan sin ningún género de dudas la extracción y los hundimientos, y se recomiendan medidas a tomar tanto por la CHN, como por la Consejería de Medio Ambiente y el Ayuntamiento.

Medidas tomadas desde la Confederación. La CHN encarga un informe al Instituto Geológico y Minero de España. Después de recibirlo, sigue sus indicaciones e, independientemente de lo que en un futuro pueda hacer con el resto de concesiones de la región, que ahora, ante este problema, ha decidido revisar, manda cesar la extracción del agua en algunos pozos del Ayuntamiento y reducir el caudal en otros. Pero no es de forma aleatoria, sino porque los pozos tienen una zona de influencia, dependiendo de la profundidad; en el caso de los del Ayuntamiento, aproximadamente un radio de kilómetro y medio. En ese espacio se produce un efecto embudo y es en donde se pueden producir hundimientos. Y es ahí donde se encuentran las zonas afectadas. Al mismo tiempo, están controlando dos días a la semana los niveles piezométricos de la zona, por si hubiese que reducir aún más la extracción.

Los hundimientos no cesarán por rebajar las extracciones. Los geólogos de las administraciones aseguran que seguirá habiendo hundimientos a pesar del cese o reducción de las extracciones, pues el daño está hecho y el terreno puede tardar años en estabilizarse. Eso es, además, lo mismo que ya ocurrió en las otras ocasiones en que se extrajo agua anteriormente.

Los soplaos en el Parlamento cántabro. En el segundo de los plenos del Parlamento cántabro, el señor Javier García Oliva, del Grupo Parlamentario del PSOE, comenzó hablando de la falta de seguridad de la zona y hasta admitió la relación entre la extracción del agua y los hundimientos.

Luego basó su argumentación en que sin utilizar el agua del subsuelo no se hubiera podido garantizar el suministro al municipio, pues el verano pasado también Santander había tenido escasez y no hubiera estado en condiciones de suministrarnos. A partir de este año (2007), con el bitrasvase y la autovía del agua, se podría empezar a pensar en no utilizar este agua subterránea, lo que hasta ahora había sido impensable.

¿Es que hemos sido los afectados por los soplaos, nuestras casas, nuestras ilusiones y nuestra seguridad el precio que ha pagado por el agua un gobierno incapaz de planificar una política hidrológica adecuada?

Seguimos esperando una respuesta. Desde el Ayuntamiento parece que se pretende culpar a la naturaleza de lo que ocurre. ¿Quizás para intentar declarar zona catastrófica, y, de tener que pagar, sea una miseria y lo haga el Estado? Será un juez quien tenga que dar la solución.

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