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JOSÉ LUIS PÉREZ
Domingo, 15 de abril 2007, 03:18
- Tras más de una década en Iberoamérica, ahora trabaja y reside en Segovia. ¿Cómo se ve Cantabria desde la distancia?
- Afortunadamente nunca he perdido contacto con mi tierra, aquí tengo a mi familia, muchos amigos tanto de tiempos colegiales como universitarios con quienes mantengo una cálida relación. Cuando vives lejos, ves tu tierra con añoranza, quizá idealizando más de lo emocionalmente aconsejable muchos aspectos como sus paisajes, paisanajes, cultura, gastronomía y un largo etcétera, pensando que estar lejos implica perderte lo cotidiano de la vida que afecta a tu gente, a tu cultura... Luego, con más reflexión, te permite tener una perspectiva más enriquecedora al establecer comparaciones más sosegadas que resaltan o soslayan determinadas características de tu tierra.
- ¿Qué transformaciones le han llamado más la atención en los últimos años en la región?
- Grandes y muy positivas. No sólo en las infraestructuras que son quizá lo más visibles y evidente, máxime para aquellos que nos teníamos que desplazar desde Campoo o Valderredible hasta Santander por aquellas tortuosas carreteras, sino en lo bien que nos ha sentado la realidad autonómica. Se ha cuidado la marca 'Cantabria' como calidad, así se la aprecia desde la distancia, no sólo en aspectos de promoción turística, por otra parte muy importante en una sociedad como la nuestra, sino en la formación de recursos humanos, en el aumento de la calidad de vida y servicios a los ciudadanos. He notado un sentimiento más de identidad regional que estaba tan ausente en los primeros años de vida política de nuestra Comunidad Autónoma, en el rescate de las señas de identidad y de valoración de nuestro patrimonio tanto el tangible como el intangible, la labor de instituciones que trabajando por la conservación y difusión de los recursos de nuestra tierra. Es impagable, en este sentido, el compromiso de las instituciones en este posicionamiento y no quiero dejar pasar la oportunidad de reconocer públicamente a algunas tan representativas como la Universidad de Cantabria, Caja Cantabria a través de su Obra Social, por citar algunas de las más señeras, o medios de comunicación como El Diario Montañés que siempre se ha preocupado de destacar nuestro patrimonio y recuperar la memoria histórica de la región.
- Su primera etapa profesional estuvo vinculada a las escuelas taller. ¿Qué recuerdos le trae aquella experiencia?
- Mi primera experiencia laboral fue en la Escuela Taller de Reinosa, en 1986. Una gran experiencia tanto profesional como humana. Me encontré con un grupo excepcional, tanto su director, hoy alcalde de Reinosa, como mis compañeros de trabajo y alumnos. Fue el primer contacto con la intervención sobre el patrimonio, aplicar los conocimientos teóricos adquiridos en la universidad en algo tan práctico con la docencia tanto dentro del aula como fuera de ella, con un alumnado que había huido o le habían sacado de la enseñanza reglada y que encontró en las escuelas taller una posibilidad real de formación e inserción laboral en disciplinas y oficios que estaban en el olvido.
Un año más tarde recibí la llamada de Jose María Pérez (Peridis), alma mater de este proyecto de escuelas taller, ofreciéndome la dirección de la Escuela Taller del Monasterio de Aguilar de Campoo, donde se había gestado y materializado este innovador proyecto. Fueron dos años muy intensos y que junto a un gran grupo de amigos y profesionales sirvieron para consolidar este programa y donde tuve la fortuna de integrarme en ese equipo, semilla del posterior Centro de Estudios del Románico y la Fundación Santa María la Real, que son desde hace una década un referente internacional para la conservación, estudio, investigación, difusión y uso racional del patrimonio cultural.
- ¿Sigue siendo necesario este programa para los jóvenes y para el patrimonio?
- No tengo ningún género de duda, con el amplio patrimonio en los ámbitos urbanos y rurales que este país atesora, la demanda social existente de un nuevo concepto de ocio y cultura, la diversificación de un activo mercado laboral, la conciencia que están tomando las distintas administraciones en esta materia que aúne formación-empleo-conservación del patrimonio y su puesta en uso y valor, no puedo menos que augurar un futuro prometedor para esta formación.
- Ha seguido trabajando con gente joven pero en el ámbito universitario. ¿Qué problemas percibe en la juventud actual?
- Los problemas son distintos, psicológica y sociológicamente hablando. En el mundo universitario detectamos angustias relacionadas con las expectativas que los graduados se generan de cara a obtener un empleo estable y acorde con su formación, que por otro lado es cada día más intensa con la realización de postgrados, masters y cursos que parecen no tener fin. Esto ya le he vivido en experiencias universitarias en los Estados Unidos donde prevalecen las mentalidades que promueven una constante formación, la no acomodación a un mismo lugar de trabajo, la movilidad laboral tanto dentro del ámbito de la misma empresa como la geográfica dentro de la misma nación, región o continente. Nuestros universitarios van abandonando paulatinamente la idea de encontrar un trabajo en su misma ciudad, sino es posible de hallarlo en su mismo barrio, y que este trabajo sea adecuado a su nivel de formación, estable y fijo para toda su vida. En un mundo cada vez más global y competitivo esto es cada día más difícil. Hay que aceptar estos cambios, adaptarse lo más rápido posible y no tener miedo a ese desafío.
- ¿Qué le llevó a dar el salto del Atlántico?
- La invitación de otro cántabro, rector entonces de la Universidad Internacional SEK en Santiago de Chile, Cesáreo Pérez, quien me hizo partícipe de un nuevo proyecto educativo que acarreaba la implantación de un sistema universitario en Iberoamérica, región tan unida cultural y sentimentalmente con España. Primero fui a Chile como decano de la Facultad de Estudios del Patrimonio Cultural y posteriormente a crear la universidad en Ecuador donde ocupé la Dirección general y posteriormente su vicerrectorado. Allí me enamoré de las raíces americanas y vi con otros ojos, sin perjuicios o prejuicios que habitualmente se tienen desde la óptica europea, el enorme legado cultural que en esas tierras se atesora.
-¿Cómo valora la situación actual de Iberoamérica dada su experiencia que le ha permitido recorrer varios de estos países?
- Solemos tener una idea muy vaga y esteriotipada de los países latinoamericanos, nos llegan visiones que sólo destacan aspectos relacionados con la pobreza, los populismos, la corrupción, la desestructuración social y familiar producto de los grandes flujos migratorios hacia los llamados paraísos económicos y democracias estables. Sólo nos quedamos con eso. El llamado mundo desarrollado es el menos indicado, y la historia nos lo recuerda constantemente, para dar lecciones en ese sentido o crear un ideal que está muy lejos de nuestra realidad actual.
Es una región con una gran potencialidad y futuro, sólo hay que ver la política que nuestros bancos y empresas más internacionales han emprendido allí.
- ¿Y cómo está su Patrimonio Cultural?
- Presenta un patrimonio muy amplio, extenso y disperso tanto geográfica como culturalmente, muy heterogéneo y tiene la peculiaridad que la arqueología no forma parte del pasado ya que podemos acercarnos a su esencia y significado a través de sus grupos étnicos actuales, herederos de tradiciones milenarias y centenarias donde el sincretismo cultural y religioso se ha visto enriquecido por los contactos intercontinentales. Es arqueología viva en estado puro.
Distinto es la problemática respecto a su situación administrativa, que debe de preservar, conservar, divulgar y explotar este legado. En Iberoamérica ha habido, tanto por parte de sus propios gobiernos como por parte de organismos internacionales, más interés por la explotación de sus recursos patrimoniales que por el desarrollo sustentable del mismo. En la última década hemos visto un creciente interés por estos temas y en muchas ocasiones ha venido de la mano de un desarrollo de proyectos de inversión económica en Turismo Cultural y Natural. Hay experiencias muy positivas de algunos grupos étnicos indígenas que están autogestionando sus propios recursos que revierten en mejoras de su calidad de vida y elevación de su conciencia e identidad como valor antropológico, lo que denominamos etnicidad. No siempre los gobiernos ven con buenos ojos estas iniciativas que escapan al control de sus oligarquías y élites económicas.
- ¿Por dónde pasa el futuro del América del Sur?
- Educación y formación de sus recursos humanos, evitar ser simples proveedores de recursos naturales y convertirse en artífices de su propio desarrollo, evitar esa sangría constante que implica las migraciones de sus mejores recursos humanos que empobrecen y provincializan a sus naciones.
- ¿Los regímenes dictatoriales y populistas qué traerán?
- Nunca han provocado nada más que miedo, muerte o exilio en muchas ocasiones, inseguridad en las sociedades, deslegitimación de sus instituciones, desprestigio progresivo de su clase política, soñar que el maná viene de quien se erige como 'salvador de la patria', corrupción y pobreza y aumento de la brecha actual entre los ricos (cada vez menos en número pero más en acumulación de poder, riqueza e influencia) y los pobres (cada vez más numerosos y desposeídos incluso de futuro). De nuevo la historia, en esta caso reciente, nos hace presagiar el horizonte de esos regímenes.
- Al investigador, ¿qué le ha aportado su experiencia americana?
- Ha sido muy interesante y fructífera, tanto en valores académicos, profesionales como humanos. He aprendido a entender muchos contenidos y procesos que había estudiado en la las aulas universitarias y aprendí a aplicarlos en un territorio, con grupos étnicos que lo habitan, a comprender desde dentro la esencia de su cultura ancestral, a saber ver y leer muchos significados que están lejos de quienes simplemente teorizan sobre sus culturas y modos de vida, creencias y muerte. Fueron varias las campañas de campo antropológicas y arqueológicas las que me permitieron apreciar esos matices que son el alma de un pueblo. A la América nativa y multicolor le debo el haber descubierto el sentido práctico de la Antropología.
- ¿El arte rupestre americano tiene semejanzas con el que conocemos en el norte de la Península Ibérica?
- Prácticamente ninguna salvo meras coincidencias con la técnica de realización de algunas expresiones artísticas. Las manifestaciones rupestres americanas, tan variadas como de difícil interpretación, responden a significados y lenguajes propios de sus artífices, representan una cosmovisión de un mundo que ellos interpretan de forma muy distinta a como nosotros explicamos el nuestro. De ahí su singularidad y cómo se pueden y deben estudiar aplicando metodologías de investigación que son extrañas al arte rupestre prehistórico en Península Ibérica. Tenemos la ventaja de poder preguntar en muchos casos a los 'herederos culturales' de los propios autores sobre el significado de su expresión que va casi siempre más allá de la simple manifestación artística.
- ¿Qué papel juegan en el sistema universitario español los centros privados como la SEK?
- En los últimos años la implantación de universidades privadas en el panorama universitario español ha enriquecido la oferta de titulaciones y específicamente los estudios de postgrado y másters oficiales. Nuestra universidad SEK de Segovia, situada en un monasterio declarado monumento, y con sedes también en Salamanca y Palencia, ha recibido en enero de este año un gran impuso con la incorporación del Instituto de Empresa (IE), una de las cinco mejores Escuelas de Negocios a nivel internacional, a la titularidad de la universidad. La llegada de esta prestigiosa institución está suponiendo una apuesta por la calidad y personalización de la enseñanza así como potenciación de la oferta con novedosos programas de postgrados en áreas de especial interés empresarial que vincula a todas las titulaciones oficiales que se imparten actualmente.
- ¿Qué valores del patrimonio de Cantabria cree que todavía están infrautilizados?
- Veo que en los últimos años han proliferado los Centros de Interpretación, ejemplos varios tenemos del románico, de eremitorios rupestres, mundo rural, de las marismas, de arquitectura vernácula, del Ebro, de la cantería, de rabeles, aulas arqueológicas, etc Estos proyectos tienen que ser constantes, no pueden nacer y esperar que se mantengan por arte de magia. Hay que apoyarlos, promover su renovación constante, dinamizarlos vinculándolos a la pedagogía de las aulas de todos y cada uno de los niveles de enseñanza que tenemos. Cantabria es una región con distancias muy cortas y eso facilita el trasiego de visitantes. Por último, que hecho de menos, el proyecto del nuevo Museo de Arqueología o de Cantabria se haga realidad. Es incompresible que una tierra que tiene la riqueza patrimonial tan importante, y así reconocida a nivel mundial, carezca de una vitrina tan propagandística de sus propias señas de identidad.
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